El voto de Saúl
Saúl Rosales me envió un artículo donde plantea su posición sobre el voto. En el mail me pide que comparta dicho texto con mis pocos o muchos lectores, y hoy lo hago con gusto, dado lo pertinente de su abordaje. No cabe íntegro en este espacio, por eso compacto algunos párrafos sin desfigurar su propuesta:
“Mi voto en las elecciones para presidente de la república será igual que el de los pobres que votarán por Andrés Manuel López Obrador y el Partido de la Revolución Democrática. (…) Votaré igual que votarán los estudiantes pobres, igual que los trabajadores pobres, igual que los intelectuales pobres, igual que los que no siendo pobres votarán como lo harán los pobres que votarán por AMLO y el partido del logotipo náhuatl.
Votaré así con plena conciencia de que no es la opción óptima, pero también con la certeza de que no encontraré el partido perfecto ni el candidato inmejorable y con la seguridad de que votando de esa manera daré a mi boleta de elector el destino menos malo. También porque me pregunto qué he venido haciendo yo, que soy tan exigente, para construir el partido político perfecto o por lo menos a la medida de mis intereses; qué para que se seleccione al candidato exacto según mis consideraciones.
Desde hace buen tiempo los usufructuarios del poder y sus intelectuales han venido desprestigiando a los partidos políticos. Ellos han contribuido en gran medida a generar la desconfianza en esas organizaciones civiles porque precisamente al poder se llega mediante los partidos. Al desprestigiarlos alejan a los ciudadanos de ellos, es decir, los alejan de la or-ga-ni-za-ción y de esa manera el pueblo es un pueblo desorganizado, despojado del arma que es la organización.
Esto no quiere decir que se exculpe a los partidos políticos de sus propios errores. Pero tampoco se puede dejar de decir que quienes recomiendan al elector (ese elector que en su mayoría es parte de la mayoría de mexicanos que vive en la pobreza y que por ello es más proclive a la anarquía que al ‘voto razonado’), dejar de decir que quienes le recomiendan anular su boleta, lo están alejando de la posibilidad de decidir y, lo más importante, le están reforzando su desconfianza en los partidos políticos y, repito, hasta la fecha el instrumento para llegar al poder en cualquier grado de la democracia es el partido político. En resumen, están alejando al elector de la posibilidad de decidir.
Así pues, lo que hay en el fondo de la proposición de que se anule la boleta es la intención de generar más antipartidismo, de prolongar la desorganización ciudadana, de garantizar que permanezcan en el poder los que ahora lo detentan. Anular la boleta es una abstención activa que es realmente la pasiva actitud de quien espera que un partido político sea lo que él quiere, pero que no mete las manos, ni el hombro ni menos el cuerpo para crear el partido que quiere. Es más cómodo exigir desde fuera que un partido sea como uno lo quiere que meterse al mecanismo y ensuciarse con sus pringosidades, sus costras y sus fluidos tratando de convertirlo en el partido que me guste, que me represente, que defienda mis intereses.
Quienes están inconformes con los partidos políticos (…) han esperado pacientemente a que les construyan el partido que ellos necesitan y lo más seguro es que han rehuido y rehuyen el compromiso de edificar el partido que quieren, o el de reorientar según sus ideas y sus intereses alguno de los partidos que hay. Es más cómodo y aséptico dejarles el trabajo a los demás y luego reprochar.
En este tiempo de decisión seguirán esperando a que aparezca el partido pulcro, eficaz, iluminado, perfecto. Mientras tanto el 2 de julio los pobres sumaremos nuestro voto al de los pobres y no recomendamos anular la boleta electoral, por el contrario, recomendamos usarla como instrumento de decisión”.
21/5/06
Valladolid, 20, mayo, 1506
Hace medio milenio murió Colón. La fecha y el lugar encabezan esta entrega, y ante efemérides tan importante no queda más que reflexionar un poco en la figura de este genovés al que la suerte regaló un logro mayúsculo y mil reveses a lo largo de su vida y, por qué no decirlo así, también a lo largo de su quintocentenaria muerte. Todavía hoy es, como nadie, un personaje controvertido, víctima del elogio más empalagoso y del odio más hostil. Muy pocos como él (Aristóteles, Lutero, Napoleón) acumulan sobre sus espaldas una bibliografía tan pesada, tanta información que las pupilas de un solo lector serían incapaces de conocerla entera ni aunque empeñaran toda su vida en ese emprendimiento.
Aunque muchas ciudades se han disputado su cuna, a estas alturas parece no haber duda acerca del origen ligur del marinero. Cualquier biografía nos recuerda que, nacido en una familia de escaso patrimonio, Colón se dio a la curiosidad del mar desde muy pronto, apenas llegada su adolescencia. Fueron los viajes mediterráneos, primero, y luego los de navegación de cabotaje a la Europa del Atlántico norte, después, los que le dieron al joven el mejor conocimiento del mar y los navíos, lo que luego le sirvió para hacer carrera de cartógrafo.
Poca fortuna, sin embargo, vio Colón en sus primeras travesías. La historia de sus conjeturas, su insólito ofrecimiento a la corona portuguesa y a la española, el sinnúmero de negativas que recibió, las prerrogativas que consiguió cuando al fin fue persuasivo, el primer viaje por la ruta occidental hacia el mare tenebrosum, el éxito de aquel 12 de octubre, el regreso triunfal a Barcelona para dar noticia a los reyes, las envidias y los pleitos a lo largo de las otras tres travesías, el asedio de los enemigos, el casi olvido en el que vivió su último aliento vallisoletano, todo eso cuenta con una documentación oceánica.
Dicho mar de papeles, sin embargo, no alcanza a dar plena luz sobre lo que fue y lo que hizo Colón. Hay muchos puntos borrosos en su vida, tantos que siempre se le ha regateado mérito como marino y algunos lo tildan incluso de impostor (baste citar por caso la historia del piloto anónimo).
Pese a esas zonas oscuras de su biografía, pese a la desmedida ambición que se le atribuye y pese al resquemor que hoy le granjean las comunidades indígenas de América, Colón cuajó, primero que nadie, una hazaña inevitable. Como el hombre lleno de defectos que fue, pero también como el sujeto que vislumbró obsesivamente una posibilidad, lo admiro. Para mí es el ser de carne y hueso, alucinado y brillante, que dibujó Carpentier mejor que nadie en la novela El arpa y la sombra.
20/5/06
El modelo brasileño
Si no fuera por el idioma, el futbol y el tremendo empaque nalgatorio de sus mujeres, México sería casi una calca de la hermana república del Brasil. En efecto, sólo mi enumeración nos hace diferentes: su hermoso portugués y nuestro no menos bello y elástico español, ellos son unas fieras en balompié y nosotros unos mediocres lechones inflados por la tele y nunca una mujer mexicana podrá tener las caderas de una brasileira en tanga. En lo demás (el mayoritario catolicismo, la riqueza económica, la desigualdad económica, el inmenso territorio, la idiosincrasia fiestera y una historia política esencialmente caracterizada por el poder en manos de corruptos), somos tan parecidos que un brasileño y un mexicano se sienten como en casa cuando se encuentran en el país hermano.
Esta semejanza la confirmo con las noticias frescas que nos llegan de allá. Sao Paulo, la ciudad más rica de Brasil, fue azotada por una ola de violencia que en más de un momento me hizo pensar en su acapulquización o tijuanización. Pero no, allá el asunto es mucho más grave. Un sujeto de nombre Marcos Williams Herba Camacho, mejor conocido en el mundo penitenciario como Marcola, desafió a las instituciones de su país ante el anuncio de que a él y a otros reos peligrosos, pura fichita de calibre subido, los cambiarían a cárceles de máxima seguridad para aislarlos y dejarlos sin posibilidad de ver la copa del mundo. La respuesta de Marcola, cuyo liderazgo en el mundo del hampa entambada es mayor que el de Osiel Cárdenas, lo cual no es poco decir, fue organizar una embestida violenta para que se cagara de pánico la ciudadanía paulista.
Marcola, armado sólo de un teléfono celular con mucho tiempo aire, desde su celda coordinó la operación. En unos cuantos días hizo mierda, sin metáfora, a los aparatos de seguridad locales. En la escalada sangrienta murieron, entre policías, civiles y delincuentes, más de cien personas. El PCC (Primer Comando de la Capital ), organismo regido por Marcola, hizo dichos estragos y luego negoció con las autoridades el cese de la violencia. Para entonces, después de tres días con estallidos de autobuses, bombas molotov a bancos y demás, la ciudad estaba ya tan aterrorizada que nadie osaba profanar con sus plantas la curiosa ley impuesta por Marcola.
No es lo mismo, insisto. En México ni Laredo, ni Acapulco, ni Tijuana, ni el DF, ni siquiera Atenco han padecido un marcolazo como el de Sao Paulo. Pero mucho no nos falta para empatarlos, si siguen los gobiernos, como el de Fox, coludidos con la delincuencia. De igualarlos, sólo seguiremos siendo diferentes en idioma, en fut y en nalgatorios femeninos.
19/5/06
Vuela vuela
Primero, una aparente digresión. Ángel Fernández, el mejor cronista futbolero de todos los tiempos en México, adquirió fama por su agilidad mental, por su timbre inigualable y por su puntería para colocar apodos a los jugadores, virtudes hoy imitadas con espectacular ineptitud por el Perro Bermúdez. Entre muchos otros, Fernández motejó al recio central argentino Miguel Ángel Cornero, un troglodita que vino para el América y después jugó en Cruz Azul. El locutor le colgó al defensa un sobrenombre indeleble: El Confesor. Lo bautizó así, explicó, porque Cornero, matón de las canchas, debía confesar a sus enemigos antes de encararlos en el terreno de juego, eso para que se fueran espiritualmente salvos al más allá.
Como Cornero, Aerocalifornia bien pudo ser llamada la línea confesora. Ahora en pausa por su peligrosidad y pese a todo, esa empresa dejó a La Laguna en plena indefensión frente a la tiburónica dentadura de Aeroméxico, línea que cobra un huevecillo y la mitad del otro por dejarnos posar un instante nuestras naves en cualquiera de sus naves, valga la redundancia. Para los que volamos cada semana a Cancún o a Guadalajara o al DF, y no obstante los demasiados millones que albergamos en la tarjeta de débito de Banco Azteca, es un crimen de leso viajero frecuente lo que cobra Aeroméxico, así que se convirtió en urgente la necesidad de que una autoridad como el alcalde de Torreón extendiera la mano para pedir en México unos vuelitos por amor de dios.
Por suerte las negociaciones se encaminaron en Pegaso de hacienda y la línea Click, dependiente de Mexicana, hará varias partidas de Torreón al DF con posibilidad de trasbordos económicos a otros destinos. Suena maravilloso, un poco más accesible para quienes nunca han tenido la posibilidad, gracias a las grandes uñas de Aeroméxico, de subir a un pájaro de acero y así evitar el infierno móvil de los Estrella Blanca.
Si un viaje redondo al DF costará en Click poco más de dos mil pesos, ¿cuál es la razón por la que en Aeroméxico lo han cotizado a lo doble durante tanto tiempo? ¿Sería mucho pedir que ahora, ya sin el monopolio de esta plaza, dieran alguna mínima explicación a su clientela? No lo harán, pues los monopolios no creen tener razón alguna para explicar nada a nadie.
Esperemos pues, no con ansia pero sí con tamaña curiosidad, qué tantos beneficios acarrea Click a los laguneros. Ojalá sea verdadera la tarifa ya difundida y ojalá los zopilotes de Aeroméxico por fin cobren lo justo, no lo que les apetece cuando echan a volar su voraz imaginación. Al menos tendremos una razón válida para olvidarnos de Aerocalifornia, la línea confesora.
18/5/06
Cibernético para presidente
Me llegó el viernes un comunicado de la Asociación Mexicana Pro Defensa de la Lucha Libre con Máscara y sin Máscara A.C. Cito su indignado contenido:
“Los abajo firmantes, mexicanos preocupados por el bienestar del país y por la belleza de la lucha libre (el deporte favorito de nuestra conciudadaniza), nos manifestamos amargamente enfadados por la decisión de las autoridades luchalibrísticas triple AAA, funcionarios que de manera unilateral, prepotente y baldía de escrúpulos decidieron sancionar con seis meses de hamaca al gladiador de Cibernético nombre de batalla, arguyendo que el connotado rudo se pasó de lanza al atacar con el abrazo del oso y con insultos variopintos al seudodiputado, seudoboxeador y seudoexestrella del Big Brother Jorge Kahwagi.
Como se recordará, nuestro Cibernético héroe fue invitado al programa cultural Permíteme tantito conducido por un tal Jaitovik o Yaitovich o Chatovich o algo así, que para el caso es ocioso recordar al dicho sujeto. El asunto es que en el referido programa el hoy inculpado le dio una lección al chico fresa del boxeo hasta que las cosas se pusieron, como reza el argot de los expertos, color de hormiga, pero lamentablemente, también como reza el argot de los expertos, la situación no pudo llegar a mayores. Durante varios días, el luchador se dedicó a retar y a vituperar, desde varios programas de espectáculos, al más verde que ecologista Kahwagi.
El jueves 11 de mayo, en el programa Con todo y frente a dos comunicadores que si se dedicaran a la lucha libre serían agremiados sin duda en el bando de los exóticos, Ciber (así le decimos de cariño) recibió una terrible noticia: José Luis García, un deprimente burócrata que dijo ser representante de la triple AAA, le informó que quedaba suspendido medio año. Arguyó que la mala conducta de Ciber era un mal ejemplo para la niñez, cuando en realidad todos sabemos que es lo contrario, un héroe, un personaje subversivo, un crítico radical de la engañifa política que Kahwagi perfectamente simboliza.
Feroz catón de todo lo que hace daño a la inteligencia de la patria, al saber la mala nueva Cibernético arremetió contra la escenografía de Con todo cual si fuese el Hooligan de Andrés Bustamante en el estudio de José Ramón Fernández. Indignados, los responsables del programa sensacionalista quedaron alarmados por los desmanes de Ciber, como si ellos no se dedicaran todos los días al vandalismo televisivo, ese que de terrorista manera enjareta al público mexicano sobredosis de basura mediática dicha con aflautada voz.
Por lo anterior, los abajo firmantes exigimos a las autoridades la restitución de todos los derechos que como mexicano y luchador tiene el Cibernético, y de paso lo proponemos como candidato a la presidencia de la república en estos momentos de zozobra y de escepticismo sobre la integridad moral de los actuales aspirantes.
En el peor de los casos, y dado que al final de su sexenio Fox ha demostrado un gran amor por las macanas, Ciber no desentonaría en plan de represor. Por lo menos haría mejor su chamba que Abascal.
‘Por un México libre y con lucha para todos’
Atentamente: dos firmas”.
14/5/06
Soñando por un hueso
Los caminos de la propaganda son inescrutables. Cuando mi capacidad de asombro parecía exprimida hasta sacar de allí sus néctares finales, la semana que se va me ha dejado tres lindos ejemplos de malicia electoral, formas peculiarísimas de convencer al rejego ciudadano. Las enumero sin risa, sólo con la perplejidad de quien se reconoce incompetente para penetrar en los arcanos de la creativa mente humana.
1. A mi hogar dulce hogar siempre llegan papelitos publicitarios de toda índole, basura en el 99.99 por ciento de los casos. En fechas como éstas, entre los anuncios de Pizza Hut y carnicerías en apertura se cuelan los tenaces lustrolitos que muchos candidatos mandan imprimir para entrar en nuestras casas. Uno de ellos, Carlos Bracho, del PAN, expidió un díptico que a primera vista es como cualquiera. En la parte frontal exhibe su foto, el eslogan nacional “Para que vivamos mejor”, el eslogan personal “Un diputado que responde” y el logo de su partido. Desplegado, el documento ofrece más frases autoconvencidas al lado de un breve currículum. Lo chusco aparece en el dorso del volante: junto al nombre del candidato, un alarido: “¡Disfruta el mundial!”, y allí mismo, surrealista, un calendario de la copa del mundo Alemania 2006. Insólito.
2. Si la propaganda devino pasión futbolera en el caso de Bracho, con Salomón pisa territorios no menos insondables. El miércoles 10 de mayo mandó publicar un desplegado que, a la letra, filosofa: “Porque el amor sin condiciones es expresión del valor más grande del ser humano, muchas gracias por su ejemplo, mamás coahuilenses. Su voz es ley”, luego la firma del candidato y después el tímido logo de la Alianza por México. Primero: El texto, pese a su brevedad, es más denso que un tratado de Jürgen Habermas. Lo he releído veinte veces y todavía no logro desentrañar su enigmático mensaje. Segundo: ¿La voz de las madrecitas es de veras ley o es sólo una forma de darles por su lado a nuestras cabecitas blancas? Tercero: ¿Dónde están los asesores de Salomón? Sus viniles gigantes no dicen nada y su comunicado del 10 de mayo es nomás un buen puntacho.
3. Sin dejar la campaña, Madrazo apareció en un acto fuera de convenenciera proporción. En la gráfica se le puede apreciar tomando la eucaristía de parte del padre González Torres. Ante la falta de votos, y sabedores de que cualquier guiño a la religión dominante se puede traducir en cosecha de simpatías, de un tiempo al ahora, milagrosamente, los políticos mexicanos son católicos, apostólicos, romanos y guadalupanos. ¿Dónde quedó la masonería, señores? Suplico un ateíto por el amor de dios.
13/5/06
Idolatrías del antier
“Hace unos días, con Juan Villoro nos pusimos a recordar a aquellos autores que habían sido importantes en nuestra juventud y que hoy han caído en una suerte de olvido, aquellos autores que gozaron en su momento de muchos lectores y que hoy sufren la ingratitud de esos mismos lectores y que para colmo de males no han conseguido interesar a los lectores de una nueva generación”. Así comienza el artículo “Autores que se alejan”, de Roberto Bolaño, publicado en su libro Entre paréntesis.
Reflexiona el chileno sobre los gustos literarios de una generación hoy cincuentona y concluye que la admiración por los autores que antes deslumbraron ahora es menos que fantasmagórico recuerdo. Trae los nombres de Henry Miller, de Antonin Artaud y de Filisberto Hernández; sobre el último, observa que en los setenta gozó un pequeño boom, pero hoy sus relatos sólo pueden ser encontrados “tras mucho buscar en librerías de viejo. Doy por descontado que la suerte de Felisberto en Uruguay y Argentina debe ser diferente, lo que nos lleva a un problema aún peor que el olvido: el provincianismo en que el mercado del libro concentra y encarcela a la literatura de nuestra lengua, y que explicado de forma sencilla viene a decir que los autores chilenos sólo interesan en Chile, los mexicanos en México y los colombianos en Colombia, como si cada país hispanoamericano hablara una lengua distinta o como si el placer estético de cada lector hispanoamericano obedeciera, antes que nada, a unos referentes nacionales, es decir, provincianos”.
Apena caer en la cuenta de que autores de valor ya no habiten más que las casuales librerías de segunda mano. Pero hay algo peor, creo. Bien o mal, Bolaño y Villoro dialogaron sobre Millar, sobre Artaud y quizá sobre muchos otros escritores igualmente notables. Si hoy no son leídos por la muchedumbre, ni modo, los tiempos y los gustos mutan.
Como el ambiente izquierdoso de los sesenta hizo posible la veneración de Sartre y el muy leído compromiso literario/político de Cortázar y García Márquez (máximo admirado de mi coetáneo amigo Javier Casio), así el apetito literario de los jóvenes actuales corresponde fabulosamente con las megatendencias ideológicas del presente: obras de evasión, sin riesgo formal, relajadas, motivadoras para triunfar, genéricamente hermafroditas, chidas y tan deshechables como el pachoncito Pétalo. En resumen, esos jóvenes llegarán al 2030 con la misma desazón de Bolaño, preguntándose por qué ya nadie lee a los predilectos del 2006. Lo terrible es que ellos estarán pensando en Jordi Rosado y en Germán Dehesa, no en Henry Miller.
12/5/06
Fanáticos electorales
Uno de los efectos inmediatos de la propaganda electoral es su poder fanatizador. El mismo acaloramiento gratuito y superficial que produce la publicidad futbolera se manifiesta, con risible esquematismo, en muchos politólogos que, metidos en el análisis al cuarto para las doce, pontifican sobre la calidad y las virtudes de equis candidato como si: a) supieran verdaderamente de política, b) como si su gallo fuera un dios y sus enemigos demonios y c) como si un hombre fuera la salvación de este país hundido hasta el entrecejo en la boñiga.
Polarizados, ciegos, derivan en intolerantes con la mayor facilidad. A la más insignificante provocación (“creo que voy a votar por tal candidato”) arremeten sin piedad y no dan oportunidad de defensa. Con aprioris básicos e irreflexivos, y sobre todo con una mínima gama de argumentos oídos en la sobremesa y en la televisión, son capaces, para imponerse, de insultar a quien los contradiga. No dan tiempo para colocar sobre la báscula un solo juicio. No, atacan con todo, levantan furioso el dedo acusador y destripan a sus contrincantes mucho antes de que nazca el diálogo.
Recuerdo un caso ocurrido a Muñoz Ledo. Invitado a Olla de grillos, el político habló y habló, con lucidez poco común en los bichos de su especie, y cuando llegó la hora de leer los telefonemas del público, el fundador del PRD escuchó el primer mensaje leído por Ángel Carrillo, conductor del programa. Una señora manifestó, decepcionada, que era una lástima ver a un político tan inteligente en el PRD y en campaña a favor de AMLO. Muñoz Ledo, impaciente, interrumpió la lectura de las llamadas para insistir en la tolerancia que nos debemos, más cuando la crítica parte de la ignorancia, pues aclaró que desde hace años no milita en el PRD.
No en el mismo nivel, pero he visto idéntico embustero apiadamiento o franca hostilidad cuando declaro mi tentación de votar a favor de tal o cual candidato. Al menos en tres ocasiones he padecido el airecillo de los juicios impulsados sólo por la víscera: “¡Cómo se te ocurre votar por ese imbécil!”, me dijo, airada, una amiga convencidísima de que estoy equivocado. Ante tal entrada en materia no tuve palabras para contestar, observé derrotado silencio y preferí que aquella Torquemada sexenal se agenciara la razón.
Sé que pedir mesura es casi necio. La gente suele pensar que los aspavientos son más convincentes que el parecer tranquilo y la argumentación. Nadie suele creerle al polemista sereno (a menos que debata con otros polemistas serenos). Me alegra por eso que hayan desaparecido las hogueras; muchos inquisidores andan sueltos y con gusto nos atarían al fuego manso.
11/5/06
Aquel cine raspa
Atravesados los cuarenta, la mente se acostumbra a vivir de la nostalgia. Una palabra, una imagen, una tonada, un nombre son capaces de arrastrar una época, como me pasa cuando toda la secundaria reaparece en mi memoria tras oír en cualquier parte una canción de los Bee Gees. Así me pasó ayer, cuando en la página 26 de La Opinión leí la noticia sobre el deceso de Margarita López Portillo. Hermana de Jolopo, saqueador de México en el sexenio 76-82, ella fue designada, nepotismo mediante, mandamás de RTC.
Su gestión en esa cartera, dice la nota, “es calificada por especialistas en medios de comunicación como una de las más desastrosas de la historia”. Eso es lo que declaran los expertos, pero me atrevo a señalar que sin el cine promovido durante el margarato a muchos nos hubieran privado de una corriente cinematográfica que puede ser calificada precisamente como corriente, una corriente corriente.
Se sabe que fue doña Margarita quien, con el fin de abarrotar las salas del país, promovió rodajes que de inmediato alcanzaron babeante éxito. Gracias a ella tuvimos la oportunidad de ver estrenos que de artísticos no tenían nada, ni cinco segundos de cinta, pero que al menos posibilitaron el desenvolvimiento histriónico de Sasha Montenegro (luego señora de López Portillo), Angélica Chaín, Rebeca Silva y Lyn May, actrices que hicieron las delicias del público masculino y que entraban en combate de albures y pudorosos encueramientos con galanes como Lalo el Mimo, Alberto Rojas, Alfonso Zayas, Luis de Alba, Rafael Inclán y Pedro Weber Chatanooga, cómico que alcanzó las máximas alturas en materia de bajeza verbal.
Era, como digo, un cine trocho en todos sus puntos. Guión, música, iluminación, actuaciones, edición, todo estaba hecho con las patas, pues directores como el emblemático Güero Castro no iban a permitir que esas películas se contaminaran con alguna molécula de arte. Eran todavía tiempos de ingenuidad popular, la gente se resignaba a tolerar que el PRI y sus gobiernos hicieran lo que quisieran con todo, incluido el cine. Finalmente esa mina de diamantes se agotó cuando las videocaseteras facilitaron el acceso ilimitado y particular al verdadero porno.
En fin, son recuerdos de una época, la priísta, que todavía no se ha ido por completo. Andan por aquí, todavía, gobiernos nietos de aquel pasado ilustre, un pasado que en materia de cine nos dejó memorables lecciones, como aquella frase publicitaria de la Pulquería II: el eslogan prometía, no sin malicia retórica, que en el film desfilaban “las vedetes más escogidas y los galanes de mayor envergadura”.
10/5/06
Imago: altruismo educativo
Poco mundo sabe que vivo con cuatro mujeres. Con una hubiera bastado, pero soy un tipo con demasiada suerte y tengo cuatro, una friolera cuantiosa en estos tiempos de pavor a la numerosa gestación. Esa no muy común circunstancia me ha enseñado en diez años mucho más que en los anteriores treinta y pico. Gracias a mis mujeres, pues, me sostengo ahora no sólo en pie, sino productivo y acaso no tan lejos de ese estadio imposible de la vida que los profesionales de la filosofía y del optimismo suelen denominar “felicidad”. Le estorba a mi noción de dicha plena, claro, lo que le estorba a la mayor parte del género humano: la satisfacción de necesidades primarias que ahora son casi lujosas, el miedo al fin de mes, el terror a los bancos y al gobierno, la certeza de que nuestro país es tan maravilloso como desgraciado, la sensación de que los achaques producidos por el calendario ya vienen trotando hacia mis huesos. Pese a eso, insisto, la fortuna ha sido conmigo muy dadivosa y como Violeta Parra soy de los que, incluso bajo el riesgo de incurrir en cierta cursilería, le doy gracias a la vida por haberme dado tanto, más de lo que humanamente merezco si nos atenemos al pésimo reparto de utilidades en el mundo actual.
Escribo esto por una sola razón: si la percepción o el optimismo o la querencia no me confunden, la dueña de mis cada vez más flacas quincenas anda en las mismas. Me resulta, pues, relativamente fácil entender su preocupación por dar un paso hacia desconocidas formas de la solidaridad. La he escuchado desde hace años y sé que uno de sus principales orgullos es el de saberse parte de esa delgada franja de mexicanos que han tenido la oportunidad, el privilegio, de estudiar una carrera profesional, luego una maestría y durante ya década y media de dar clases en diferentes universidades de Chihuahua y La Laguna. ¿Y después de eso, qué?, se ha preguntado Renata. La respuesta ha sido un proyecto de carácter estrictamente educativo en el que ha volcado sus entusiasmos para dar algo de lo mucho que ha, que hemos, recibido.
La creación de los Centros Interactivos Multimedia (CIM) Imago ha sido una tarea digna de contarse. Como muchas instituciones dedicadas al trabajo altruista, su base está en el verbo “dar”, aunque los peculiariza un matiz: los CIM darán, en efecto, pero no bienes materiales que palien o satisfagan alguna carencia, sino bienes relacionados con el conocimiento y la imaginación. Tal y como ella lo expuso ayer en el programa Olla de grillos (cuya repetición se dará hoy, domingo, a las 10 pm), los cuatro centros instalados en dos albergues, el área de pediatría de la Clínica 16 del IMSS y el Cereso de Torreón están por arrancar, cada uno en su propio salón, cursos que buscan ofrecer un conocimiento significativo y duradero a quienes los tomen. Renata ha diseñado un proyecto ambicioso e inclusivo: todos aquellos profesionistas —privilegiados por el simple hecho de serlo— que deseen compartir algún conocimiento, podrán diseñar un curso, un taller, una charla útiles para quienes no han tenido el privilegio de acceder a espacios de formación especializados.
La tarea es pesada; es mucho, muchísimo lo que falta por hacer para que los CIM den lo que pretenden dar. La infraestructura de las aulas, por ejemplo, puede ser mejorada notablemente, y un empresario, un comerciante, un profesionista, todos los que bien o mal tuvimos herramientas educativas para luchar, podemos dar algo. Todo sirve: libros, mobiliario de oficina, pizarrones, revistas, persianas, cursos. La dirección a donde pueden escribir es centrosimago@yahoo.com.mx o al teléfono 0448711 783347. Yo ya estoy apuntado para impartir un taller literario en el Cereso y ya doné varios libros. Insisto: falta mucho por hacer, y, como Renata, o quizá por ella y por mis hijas, soy un privilegiado que desea reciprocar al mundo —al menos a mi comunidad— un poco de lo mucho que me ha dado.
7/5/06
Guioncito para un espot
1. Exterior. Tarde. Coahuila.
El secretario del trabajo huye de familiares de mineros coahuilenses tras dar la noticia de que cesarán los intentos de rescatar a los obreros atrapados. Un reportero, sobreactuado sin necesidad pues la tragedia es tanta que se puede prescindir del tono hiperbólico, describe la cuantía de las indemnizaciones y recuerda lo que ganaban los mineros dados por muertos: una miseria, menos de cien pesos diarios por un trabajo que reditúa millones.
2. Interior. Día. Temprano. Tras un atril. Cualquier auditorio de la república.
El señor presidente, sin disimulo, señala que vamos por buen camino, que no hay necesidad de cambiar el caballo, sólo al jinete.
3. Exterior. Día. Amanece. Guerrero.
Imágenes desordenadas de un choque sangriento entre policías y narcotraficantes. Un delincuente yace inerte sobre la carretera. A dos metros, tocado con casco blanco y uniforme, un representante de la ley apunta y hace fuego contra el presunto narco tendido sin conciencia.
4. Interior. Día. Temprano. Tras un atril. Cualquier auditorio de la república.
El señor presidente, sin disimulo, señala que vamos por buen camino, que no hay necesidad de cambiar el caballo, sólo al jinete.
5. Exterior. Tarde. Baja California.
Un jefe policiaco avanza en su vehículo y de golpe recibe una cuota de plomo capaz de aniquilar a una pequeña población: más de quinientos disparos. Asombrosamente, sale ileso.
6. Interior. Día. Temprano. Tras un atril. Cualquier auditorio de la república.
El señor presidente, sin disimulo, señala que vamos por buen camino, que no hay necesidad de cambiar el caballo, sólo al jinete.
7. Exterior. Día. Michoacán.
Mineros de Sicartsa contra la fuerza pública. Piedras, palos, máquinas, bolas de acero, rifles de alto poder. Dos muertos y varios heridos en la diabólica chamusquina.
8. Interior. Día. Temprano. Tras un atril. Cualquier auditorio de la república.
El señor presidente, sin disimulo, señala que vamos por buen camino, que no hay necesidad de cambiar el caballo, sólo al jinete.
9. Exterior. Día. Guerrero.
Dos cabezas aparecen colgadas en Acapulco. Los narcos dejan un recado a las autoridades mal educadas: “Para que aprendan a respetar”.
10. Interior. Día. Temprano. Tras un atril. Cualquier auditorio de la república.
El señor presidente, sin disimulo, señala que vamos por buen camino, que no hay necesidad de cambiar el caballo, sólo al jinete.
11. Exterior. Día. Estado de México.
Cientos de policías encaran a una turba en San Salvador Atenco…
6/5/06
El código Changoleón
Se llamaba Samuel Ruiz (la homonimia no es guasa). Dizque era psicólogo y dizque daba clases en la UNAM , pero el alcoholismo lo hizo añicos y lo convirtió, de la madrugada a la mañana, en teporocho, catarrín, borrachales, dipsómano, lumpen o como se le quiera denominar, que para el caso es más o menos el mismo pex. Su vida como fanático del alcohol hubiera pasado completamente en la sombra a no ser por el humanitarismo de Televisa y del “actor cómico” Facundo, quien por medio del programa Incógnito hizo famoso al vagabundo bajo el mote hoy legendario de Changoleón.
Lo encontraron muerto el 30 de abril, solo, más abandonado que un poeta en la Canacintra. Independientemente de lo que se pueda pensar, por fuentes fidedignas ahora sé que Changoleón cumplió una heroica y decisiva labor en la tierra. Integrante de un grupo perfectamente ideologizado y conciente de lo esquizoide que es la televisión mexicana, se infiltró en Televisa con una sutil máscara de minusvalidez muy bien prefabricada. Sus correligionarios son Samy, Furcio y Margarito, tres osados activistas, dos supuestamente enfermos de la mente y uno enano.
El hoy occiso, señalan mis informantes, se comunicaba con un método peculiar, “el código Changoleón”, consistente en muecas, voz tartajosa y entrecortada, señas con las manos e inextricables guturalidades, eso para legitimar su presunta condición limítrofe. Organizados en una célula, lograron penetrar con cierta facilidad los exigentes castings de Televisa, pues no es mucho mayor el fingido handicap de Samy, por ejemplo, que el de muchos actores en apariencia “normales”.
Logrado el propósito de la infiltración, aprovecharon la doble moral de Televisa. Sabían bien los usuarios del código Changoleón que Televisa navega con dos banderas: la primera, útil para ganar audiencia con sentimentalismos misceláneos, explota la miseria (espiritual y material) del pueblo llano y convoca megacruzadas altruistas y mañanitas a la virgen. La segunda, nada encubierta, nada eufemística, cultiva el humor negro por medio de enfermos mentales, enanos, gordos, travestis, teiboleras, lúmpenes y demás desterrados del reino Cosmopolitan.
Changoleón supo aprovechar ese factor y con sus actuaciones (y las de sus adictos) dejó evidente el grado de hipocresía que priva en la más poderosa televisora del país. No es flaco favor el que nos ha concedido la célula de infiltrados, de ahí que duela hasta el tuétano la muerte de su líder moral.
Por todo lo que hizo, por todo lo que nos dejó, in memoriam, Changoleón.
5/5/06
Eso es amor, Osiel
Otras urgencias demoraron la publicación de esta merecida apología. Va hoy:
“La constancia, disciplina y esfuerzo son la base del éxito, sigue estudiando para que seas un gran ejemplo; Feliz Día del Niño 2006, con todo mi afecto para el triunfador del mañana, te desea tu amigo Osiel Cárdenas Guillén”. Este es, que nadie lo dude, un hermoso mensaje para los niños de hoy, seres que con toda certeza serán los hombres del futuro. Aunque se encuentra recluido en el penal de alta seguridad de La Palma , en el Estado de México, lo redactó el abajo firmante Osiel para que su mensaje concientizador quedara asentado en la tarjeta que acompañaba a cada uno de los 17 mil regalos ofrecidos a otros tantos niños en el estadio Adolfo López Mateos de Reynosa, Tamaulipas. Un maravilloso gesto, sobre todo porque los pequeños necesitan paradigmas de constancia, disciplina y esfuerzo para que mañana sean triunfadores en la actividad que vayan a elegir, como Osiel.
Gracias precisamente a su constancia, a su disciplina y a su esfuerzo es que el triunfador Osiel ha rebasado las limitaciones que le impone su aislamiento para dar algo a los chiquitines urgidos de buenos testimonios. El extraordinario recluso echó la casa por la ventana del penal y en Reynosa, sede oficial del cártel del Golfo, pudo organizar un acto masivo para más de 22 mil personas. Y qué acto, damas y caballeros, un verdadero ejemplo de generosidad, pues todo fue gratuito y sin el riesgo de que Fox acusara de populista a Cárdenas Guillén. Tanto padres como chiquillos y chiquillas fueron agasajados, irónicamente, con todas las de la ley: un nutritivo almuerzo consistente en refresco, bolsa de frituras y una botella con agua; luego, un show maratónico en el que desfilaron Los Payasónicos (famosos en el mundo entero por sus canciones didácticas) y un grupo denominado con el pedagógico nombre, muy adecuado para la niñez, Los Hijos D.
Luego de las bellas interpretaciones, a Osiel se le ocurrió presentar el espectáculo educativo por excelencia en México: una función de lucha libre en la que chicos y grandes pudieron ver representados, esquemáticamente, el bien y el mal, dicotomía útil para la afirmación de valores fundamentales y para seguir luchando pese al triunfo de los rudos, habituales ganadores en este país.
Luego vinieron los 17 mil regalos y la rifa de 150 bicicletas. Osiel no estaba presente, pero sus colaboradores no dejaron de trabajar con ahínco para que el festejo fuera un sonoro hitazo.
¿Tío Gamboín, Chabelo, DIF, Unicef, Teletón, Cáritas, Vitauva? El tuyo sí es amor, Osiel. Sí es amor.
4/5/06
Conagua, otro ecocidio
Tal vez no hay en La Laguna un ambientalista con mayor y más informado activismo que el doctor Francisco Valdés Perezgasga (fvaldesp@gmail.com). Hace unos días la asociación civil Prodefensa del Nazas, que él preside, denunció a la autoridad uno más de los crímenes de leso entorno cometidos en silencio, sin dejar huella aparente. Creo que, como en este caso, muchos perjuicios al medio ambiente se suceden en la comarca y las denuncias tienen poco eco. Me sumo desde aquí a los afanes de Valdés Perezgasga y firmo sin titubeo la carta dirigida al gerente de Conagua:
“Estimado Ing. Óscar Gutiérrez Santana,
Hace aproximadamente diez días, se produjo de nuevo un gravísimo atentado contra el Cañón de Fernández. Por segunda ocasión, la gente del módulo de riego III con sede en San Jacinto metió un trascavo a romper el lecho natural del Nazas con el objeto de robarse el agua de los ecosistemas para usarla en los campos de alfalfa. Le adjunto fotos tomadas el viernes pasado en la desembocadura (extremo norte) del Cañón de Fernández. En ellas se aprecia incluso el daño ocasionado a un vehículo de los lugareños que se hundió en la cavidad hecha ahí.
El rompimiento del cauce natural es el segundo que hace el módulo de riego III. En 2002 en el mismo Cañón de Fernández, cerca del Ejido Nuevo Graseros, usando un trascavo de la Unión Regional Ganadera del Norte de Durango, realizaron la misma maniobra ilegal y punible. En aquella ocasión, a pesar de haberse hecho una denuncia por escrito, Conagua decidió ignorarla y nunca procedió contra los responsables. Hoy, el Cañón de Fernández cuenta con el estatus de Parque Estatal. Lo realizado violenta el plan de manejo de área natural protegida. El rompimiento del cauce natural es un acto vandálico e ilegal que roba el agua que ha mantenido vivos a ahuehuetes de más de mil años de edad para llevarla a los campos de alfalfa que mantienen los agricultores afiliados al Módulo de Riego III.
Exijimos la intervención de la Gerencia Regional Cuencas Centrales del Norte de la Comisión Nacional del Agua para que se obligue a los responsables a encarar las consecuencias penales y administrativas a que se han hecho acreedores y a reparar el daño causado al cauce del Nazas. En particular señalamos como responsable de este atentado al presidente del módulo de riego III de San Jacinto, el Sr. Raúl Vargas Martínez.
Esta solicitud la hacemos amparándonos en nuestro derecho constitucional de petición”.
3/5/06
Tres anécdotas
En ratos libres, cuando puedo, escribo las anécdotas que se me van atravesando en el camino. Ofrezco tres, ocurrieron realmente, y dos de ellas son recuerdo de mi primera hija, niña todavía niña en este día del niño:
Urgencia de la urbanidad
Fuimos invitados mi esposa, mi hija y yo a una cena celebrada en casa de unos buenos amigos. Mi pequeña apenas frisaba los dos años, pero ya hablaba muy bien. Entre los comensales estaba el suegro de los anfitriones, un señor alto y totalmente calvo. Mi hija estaba sentada al lado mío y, frente a ella, el susodicho señor. Mientras despachábamos los deliciosos platillos, mi hija, señalando al señor, me dijo con su vocecita:
—Está pelón.
Hice como que no la oí, y rápido introduje en la conversación un asunto gastronómico. Pero mi hija no cedió y el señor la miraba con ojos de terror:
—Está pelón.
Pedí el salero, solicité otra cerveza, resalté las bondades del espagueti, mientras el señor, apenado, bajaba un poco la cabeza, tratando de evitar el índice flamigerito de mi hija:
—Está pelón.
La pequeña insistió como diez veces. Se dio por vencida cuando el señor, en son de paz, le ofreció un poco de gelatina.
Premios
Me encontraba en un restaurante agringado junto con mis pequeñas y mi esposa. En un rincón del establecimiento descansaba llena de luces y color una maquinita extraña que servía para dar premios luego de depositar en ella unas monedas. Mi hija mayor, cazadora intransigente de esas promociones, insistió durante toda la cena que deseaba meter en la maquinita una moneda para ver qué premio obtenía. Sin parar, me rogó una y otra vez que le diera la moneda. Le expliqué lo de siempre: esos aparatos sólo sirven para robar el dinero. No la convencí. Al final de la cena le di la moneda y, obvio, no sacó el juguete que esperaba. Entonces rompió en un llanto actoral, de niña que ya maneja, sin Stanislavsky de por medio, lágrimas y gritos de chantaje. Ya lejos y en el coche de regreso a casa, la niña seguía llorando. En eso se me ocurrió preguntar qué malditos premios ofrecía el instructivo pegado en el aparato. Renata mamá comentó que el tercer premio era un refresco, el segundo un trozo de pastel y el primero una cena. Al oír aquello, la niña, que más bien esperaba un juguete, cesó de gritar y, de golpe, con la voz más serena del mundo, dijo:
—Ah, entonces para qué lloro.
La literatura ubicua
La literatura está en todas partes. Hace poco contraté un servicio de transporte/tour para tramitar, en el consulado de Laredo, la visa láser de mi hija. Antes de salir, una edecán tomó lista dentro del camión. Decía, como en la escuela, primero el apellido y luego el nombre. Pero hubo un problema:
—¡Benítez, Miguel! ¡Benítez, Miguel! ¡Benítez! ¡Benítez! —gritaba la edecán, sin que nadie le respondiera.
En ese momento se me ocurrió parafrasear, casi automáticamente y en voz muy alta, un verso satírico de Salvador Novo dedicado a don Fernando Benítez:
—¿Benítez o te quedates? —grité.
Nadie le encontró el chiste a mi vacilada. Sólo yo, que vagamente recordé aquel soneto que termina “Benítez, vites y vencites”.
30/4/06
Feria de vanidades
La agenda informativa nos deparó este fin de semana una agitada feria de vanidades y un anuncio de tormenta. Los enumero:
1. Fanfarrón como él solo, ajonjolí de todos los moles políticos y faranduleros, el casi nada simiesco diputado del PVEM Jorge Kahwagi se dejó retar a las vencidas en un lelo programa de tv. Sus contrincantes fueron los luchadores (luchadores de lucha libre, no sociales) La Par-K y Cibernético. El darwiniano legislador venció a La Par-K con cierta facilidad, y cuando llegó el turno de torcer el brazo a Cibernético ambos hicieron un primer intento fallido y luego se cruzaron insolencias. Kahwagi lanzó un golpe a Cibernético y éste, ya descamisado, contratacó tirándole al diputosco el abrazo del oso para que terminaron liados en el piso sin hacerse daño. Fue un espectáculo lamentable, sobre todo porque no le dieron más tiempo a Cibernético para concluir esa obra humanitaria.
2. Villavicencio, Barrales y Arenas, polakas (chichi)mecas que han hecho tetánicos esfuerzos para servir al país, le entraron al destape en sentido estricto, no en el metafórico que ya es parte del argot político mexicano. Aparecieron con poca ropa en una revista para chaqueteros (perdón, para caballeros). Las fotos ya circulan en la red y por su atrevimiento (a cada una se les ve apenas un centímetro cuadrado de glándula mamaria) han hecho las delicias de quienes visitan asiduamente las webs de Disney Channel, Cartoon Network y Provida. Si la Cicciolina viera esto terminaría pensando que Jorge Serrano Limón es nuestro Larry Flint. Entre más veo el destape mexicano, por ello, más amo mi colección de Hustler.
3. Dueño cabal de su imantada personalidad, Calderón anda en tiempos de posdebate ya seguro de que trepó en las encuestas y de que muy probablemente dentro de poco instalará su zona glútea en la silla presidencial. Sin despeinarse, no ha visto la necesidad de golpear ni la pena de ser golpeado. En la campaña ha tenido de su parte el trabajo electoral del gobierno, y en el encuentro/debate no llevó porra, sino porro, o perro, eso para ladrar y distraer y liquidar al gángster del PRI, quien prácticamente quedará en el limbo mientras se dan dos disputas: una entre dos partidos grandes y otra entre dos chicos. Calderón, pues, tiene razones de sobra para estar contento, será el próximo presidente de México y todos viviremos felices para siempre.
4. ¿Y el paro de trabajadores? El gobierno de Fox ignora que está creando una bomba de tiempo. Aguas.
29/4/06
De fintas y regalos
Borges recuerda en alguna de sus páginas autobiográficas que cuando de niño recibía regalos su primera reacción era la incomodidad, pues sentía no haber hecho nada para merecerlos. Ese mismo sentimiento se desata en mi fuero interior cuando, en el momento menos esperado, timbra el teléfono y una seudoamable voz me comunica que he sido elegido, por equis o zeta empresa, para recibir un regalo, algo así como un viaje o una cámara digital o no sé qué diantres. Igual al niño argentino que fue Borges, igual a cualquiera que se tome en serio esto del merecimiento y los regalos, pienso en mi papel de “elegido”. ¿Qué hice para merecer eso?, pregúntome con dubitativa cara de filósofo callejero. Y me respondo: nada.
Luego de esa trivial cavilación, me desplazo a otra pregunta: ¿habrá en México alguna empresa que de veras, sin interés, se quiera tomar el tiempo de buscar mi teléfono para informarme que he ganado, así como así, un generoso obsequio? Igual, me respondo presto: no, ninguna empresa me regalará nada a cambio de nada, pues si una característica tiene el mercado es su capacidad para encajar los colmillos con sutiles y seductivas fintas; los bancos son, sobre todo, las entidades expertas en vender el infierno de las deudas, de las comisiones leoninas y de las letras chiquitas dentro de un edénico envoltorio.
En el mes que termina, dos veces he recibido llamadas ceñidas a tal estratagema. Una melosa voz como la de Bárbara Mori en Rubí me informa que he ganado un premio. La más reciente me indicó que debía pasar al Salón Laguna o Lagunero del hotel Camino Real este domingo 30 de abril; allí debía recoger mi pase para un viaje. Me pidió que llevara una identificación, alguna tarjeta de crédito y a mi esposa. Luego me suministró una clave abstrusa, todo con ritmo algo secretero, neblinoso, como si fuera una película de Julio Alemán en el papel de Álex Dinamo, nuestro Agente 007 de petatiux.
Formulo algunas preguntas finales. ¿Tienen derecho esas empresas a usar nuestros teléfonos particulares para perpetrar sus mañosas dádivas? ¿Por qué si es un obsequio no lo mandan a nuestras casas y se olvidan para siempre de nosotros? Si ya lo saben, puesto que de allí obtienen los números telefónicos, ¿por qué preguntan sobre uso de tarjetas de crédito y por qué piden que las llevemos? Si alguien muerde el anzuelo, ¿en qué parte del cuello le hincan los colmillos? ¿Qué tanto sabe de esto la prestigiada cadena hotelera Camino Real?
No sé quiénes son, ni me interesa saberlo. Sólo les informo que dono mis regalos a Carlos Slim. Llámenle a él.
28/4/06
Orejas de burro
Ríos de tinta corren desde ayer sobre los resultados del primer debate. No voy a sumarme a lo que ya, de mil maneras distintas, se dice y se dirá sobre el tema, pues en líneas generales ocurrió, para no variar, lo que se esperaba: la tiesa exhibición de cuatro productos a la venta del electorado: un golpeador a precio, un gato acorralado, una izquierdista soft, un empresario orondo y un inexplicable ausente llenaron de bostezos la pantalla chica con actorales puyazos y con “propuestas” contrarreloj. Atrapados por el poder banalizante de la televisión, los candidatos fueron sólo forma (ropa, gestos, tono de voz) y nada o muy poco de fondo.
Ante tal muestra de apresurada frivolidad con disfraz de democracia electoral, traté de imaginar un debate distinto, una prueba que verdaderamente arroje luz sobre la capacidad de los aspirantes más allá de su oratoria y de su elegante vestimenta. Si el debate del 25 sirvió para verles la traza, para medirlos como en un casting político, el debate que se me ocurrió no tendría la presión que se le demanda al actor frente al público y serviría para columbrar qué tan bien articuladas tienen sus ideas.
Sin más suspenso, pensé en la organización de un debate escrito. Dado que, como señala Campbell, muchos políticos llegan a ocupar curules y puestazos sin terminar bien a bien ni la secundaria y sin deslizar nunca sus pupilas por un libro, no me parece disparatado orquestar un encuentro de los cinco candidatos en cubículos aislados y de cristal, con una computadora sólo provista del programa Word, sin celulares ni aparatos de radio, sin acordeón, sin nada. Como si fuera un Big Brother electoral, durante una maratónica mañana de cinco o seis horas, los candidatos recibirían temas sorpresa (políticos, económicos, culturales, históricos) para que los desarrollen en el tiempo que crean pertinente. Mientras escriben, los representantes de los partidos, al alimón, podrán ver, con computadoras en red, cómo avanzan los aspirantes, cómo escriben, cómo corrigen, cómo citan. Al final, el IFE podría pagar un encarte en todos los periódicos y así tendríamos acceso al pensamiento de los candidatos sin presiones ni ligerezas, y gracias a la escritura podríamos diferenciar al estadista del merolico.
Todo, casi todo veríamos allí: ortografía, sintaxis, dominio temático, referencias, sensibilidad, capacidad de síntesis, orden de pensamiento, claridad expositiva. Sería, ése sí, un striptease interior, un genuino desnudamiento de la mente.
Yo me daría por bien servido, lo digo sin broma, si alguno sabe colocar las tildes y no confunde las eses con las zetas. Ignoro cuántas orejas de burro debemos tener listas.
27/4/06
Debate y lastres
Aunque el PAN ha ubicado el peligro para México estrictamente en la figura de AMLO, la verdad es que el tal peligro está en todas partes, es ubicuo. En la medida en la que se acerca el día clave, cuando habremos de elegir al que queremos para el sexenio entrante, más cunde el convencimiento de que ninguna oferta alienta a pensar en un buen gobierno venidero para nuestro desvalido país.
Escribo estas líneas a tres horas del debate y no sé lo que pasará a la noche en el salón Olmeca del WTC, pero me queda claro que a estas alturas, por una razón u otra, las tres opciones mayoritarias lo único que ganan son más metros en el terreno de la ignominia. Todos arrastran un pasivo político impresionante, tan largo como la cola de un cometa. Sumado, pues, a los lastres actuales del narco, del desempleo, de la extinción de nuestros recursos naturales, de la analfabetidad real y del rezago tecnológico, no es menor el problema de la partidocracia y sus sayones. Al contrario: no pinta nada claro el futuro para México si las únicas opciones a la vista, para ejecutivo, son Madrazo, Calderón y AMLO.
Fuera de lo que pase en el debate, donde tanto el panista como el priísta están en la disyuntiva de atacar o no atacar al ausente perredista, ninguno de los tres está ahora en condiciones de garantizar nada, ninguna de sus propuestas. El poder está trabado en la distribución de tres tercios, lo que hace previsiblemente inviable, o al menos muy difícil de cristalizar, el éxito de proyectos y reformas. Hoy prometerán, garantizarán, y el Peje desde casa los desdeñará, pero lo cierto es que mientras no haya una mayoría notable, el tripartita equilibrio de fuerzas obstaculizará cualquier proyecto, por bueno o malo que nos parezca, dado que en México son imposibles los acuerdos entre esas tres fuerzas políticas.
Un debate, pues, no hace verano. Insisto que los lastres son demasiados para los tres candidatos, y muy ingenuo me parece que con una maquillada aparición en público se logre desactivar la bomba de escepticismo que reina en el país. Madrazo arrastra el pasado dinosáurico del PRI, su gangsterismo político; Calderón, la suma de los disparates foxistas y la obcecación de una ultraderecha que ya probó, además del amor de dios, el reino del presupuesto y que no está dispuesta a ceder un milímetro a los “populistas”; AMLO, por su parte, ha dejado ver demasiado claro que tiene sostenida su candidatura con alfileres, con listas porriles y ahora con inoportunos gobernadores que en lugar de deslindarse del gobierno federal envía hombres armados a disolver tomas de minas para beneplácito de López Dóriga.
Pobre país. Pobre país.
26/4/06