Gracias al maestro Enrique Medina por su reseña a mi Leyenda Morgan (UANL, Monterrey, 2023). El comentario fue publicado en la edición de Página 12, Buenos Aires, Argentina, el 12 de junio de 2023. Aquí la reseña.
Teniente
Morgan
Enrique Medina
La novela policial, mirada de costado en sus inicios por alguna crítica “seria”
o “exigente”, y luego revalorizada como un auténtico género literario, tuvo
diferentes etapas antes de consolidarse. Pasando de los enigmas de los
escritores ingleses a la narrativa dura norteamericana, sin dejar de lado la
complejidad del francés Simenón, muchos han sido los creadores que grabaron a
fuego libros señeros con personajes que han quedado como clásicos en la mente
de los lectores. Al Sam Spade de Dashiell Hammett, al Philip Marlowe de
Raymond Chandler, al Mr. Ripley de Patricia Highsmith, al Hércules Poirot de
Agatha Christie, y rematando con el brutal Mike Hammer de Mickey Spillane,
dejando espacio para los que falten mencionar, vale sumar ahora al Teniente
Morgan del mexicano Jaime Muñoz Vargas.
Leyenda Morgan se
titula el libro. Con habilidad, el autor ha sabido construir un personaje con
características muy marcadas y curiosas en una singular narrativa que no sólo
crea un personaje para deleitar con sus aventuras, sino que, en sí mismo ya de
por sí, es una considerable creación que se yergue por mérito propio en las
páginas que lo dibujan. El modo que tiene el protagonista para
presentarse: “Morgan, Teniente Morgan”, imitando al agente de inteligencia 007
con su “Bond, James Bond”, es la clave para ingresar a este fascinante mundo de
acontecimientos descalabrantes. Rudas, sangrientas, por momentos
escalofriantes, estas historias se desenvuelven en un decorado oscuro y
siniestro que el autor describe con absoluta maestría en una narración que
peca, muy bien, de tosca inocencia y sutil ferocidad.
El protagonista es un personaje cuyos rudos y
sangrientos episodios atrapan completamente. Siendo un nadie lavacoches,
de suerte pasa a vestir el uniforme azul de policía. De ahí, gracias al milagro
de un muy sonado caso de secuestro, en el que participa apenas dándose cuenta,
pero sabiendo aprovechar los coletazos del periodismo amarillista que lo erige
héroe por haber perdido parte de la oreja derecha, debido a un balazo cómplice
en el trámite, rápido, de reflejos bien aceitados, y gracias a verse en los
diarios que lo muestran héroe, el protagonista deja de ser un policía de cuadra
y pasa a convertirse en investigador judicial. Y ya, apenas si le falta hacerse
acreedor de rasgos que lo singularicen. Magistral, el autor lo describe
terminante y con feliz rúbrica.
Morgan, que en realidad tiene un nombre chato y sin
brillo, se erige teniente y calza botas picudas de tacón cubano, fuma
cigarrillos Raleigh, bebe mucha cerveza marca “Indio”, empuña una pistola
“Beretta” de nueve milímetros y quince tiros, y maneja un Impala que a veces
niega venirse a razones. Y por si fuera poco, es fanático de la música rock de
su juventud. Estas características que lo identifican con aspaviento entre sus
pares, sólo son los detalles pintorescos que le dan color y simpatía; pero
también tiene otras que sólo comparten el autor y los lectores: y es una profunda
vocación de corrupto, asesino y coimero.
Cada aventura es una delicia de ingeniosidad y estilo. Así
como coimea desvergonzadamente, también es estafado por algún asesino falto de
palabra. Pero también sabe prorratear una recompensa desmesurada como si
lidiara con un tendero de barrio popular. En otra historia es alquilado para
actuar como sicario, pero, extrañamente, elimina al contratante. Los
relatos se hacen atractivos porque el lector también debe meterse a detective y
descubrir la conclusión junto al Teniente Morgan, cuando él, recurriendo al
clásico estilo de los finales policiales, pasa a explicar el caso cerrando el
episodio. Admirable libro y notable escritor.
El novelista Guillermo Arriaga, guionista, entre
otras, de las películas Amores perros y 21 gramos, ha escrito
sobre Muñoz Vargas: “Su narrativa suda, huele, moja, ensucia de sangre,
lágrimas, semen. Y encima de todo esto es, además, un escritor elegante. Su
prosa es limpia, precisa; al estilo de los grandes contadores de historias, no
se queda en un regodeo estéril del lenguaje. Quien lea este libro tendrá el
viejo placer de encontrarse con una historia contada de manera espléndida, con
un escritor que sabe su oficio, un maestro que usa el lenguaje con
sabiduría”.
Cabe destacar las ilustraciones de Rubén Escalante Alonso, que dibuja el personaje con hondura y patetismo, como si se lo hubiera cruzado en algunos de esos aciagos piringundines de terror. Jaime Muñoz Vargas nació en Gómez Palacio, Durango, en 1964. Es editor y maestro de la Universidad Iberoamericana Torreón. Ha publicado una veintena de libros, narraciones como El principio del terror, Juegos de amor y malquerencia, Las manos del tahúr; y también de periodismo Tientos y mediciones, Entre las teclas. Ha ganado los premios nacionales de Narrativa Joven, y San Luis Potosí, entre otros. Leyenda Morgan fue editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León.