miércoles, junio 28, 2023

Sin agua









El problema de escasez de agua en Torreón es sumamente grave, tanto que ya es hora de que las autoridades lo tomen en serio y para venideros años traten de evitar, ya sin postergaciones, ya sin demagogia técnica, el sufrimiento de la ciudadanía.

Todavía estamos montados en el mes más caluroso del año, aunque al parecer ha pasado lo peor: han sido dos semanas para recordarlas con tristeza, pues sin misericordia nos pusieron frente a varios días consecutivos con temperaturas máximas ubicadas arriba de los 40 grados. Como ya no hay indicios de que en el futuro tengamos una realidad climática algo menos dura, es imperativo que desde hoy se tomen precauciones para que no falten el agua y la electricidad, dos recursos indispensables en todo momento, pero más en las temporadas de torridez como la que recién cruzamos y de la cual, de hecho, aún no salimos, aunque es cierto que ya pasó lo más difícil.

No fueron, ni son todavía, pocos los reclamos de la ciudadanía que padece escasez de agua. Se sabe que muchas zonas de la región han estado sometidas a un suministro de agua mínimo y además breve, de una o dos horas diarias de flujo, lo que sin duda trastorna la vida. Hay que insistir en esto: sin agua es imposible maniobrar, sacar adelante la existencia sin un alto costo físico y emocional. Sólo quien ha visto vacíos los depósitos de su casa, sólo quien ha estado muy temprano a la expectativa para verificar si hay presión, sólo quien se ha bañado con media cubeta o ha resistido al equipo de refrigeración sin agua sabe a lo que me refiero en esta reiterada alerta. Sencillamente es imposible vivir, sortear las tareas cotidianas sin la sombra de malestares variados y tenaces.

¿Será posible algún día tener garantizado el suministro de agua en La Laguna? Me refiero a un suministro digno, permanente y democrático, no al esporádico y fugaz chorrito que flagela a muchas colonias laguneras. Recuerdo que hace años se discutía sobre el futuro y se planteaba que nuestra región estaba en riesgo de vivir sometida a la más severa falta de agua. Pues bien, aquel futuro ya es presente. Estamos al borde del colapso si no es que ya muchos sectores de la comunidad aterrizaron en él. Como dicen, la solución no era para mañana: urge para ayer.