Ya no es necesario cepillar; con la sola descripción de sus andadas queda evidente la podredumbre del sindicalismo charrísimo que se gastan en el SNTE. Copio aquí la columna dominical Imaginario colectivo de Renata Chapa; ésta fue publicada el 24 de diciembre de 2006 en El Diario de Chihuahua.
Imaginario colectivo
Diciembre indeSNTE
Renata Chapa
Llamativas pero incompletas. Las reseñas y notas periodísticas se quedaron a medio camino. En casi una treintena de diarios de circulación nacional y regional, no habían suficientes detalles para recrear aquel entorno. Aunque para muchos las descripciones sobran porque la sola mención del sitio resulta evocadora, la situación amerita un recorrido más pausado en el lugar de los hechos. Es necesario intentar poner ante los ojos del lector lo vivido por otros. Más aún cuando esos otros constituyen un grupo de casi doscientos profesores, líderes y exlíderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Y el escenario es Hawai.
En esta semana circuló la información referente al apoyo financiero brindado por el sindicato gremial que encabeza la maestra Elba Esther Gordillo —recientemente propuesta por diputados del PAN y del PRD para ser investigada con motivo de su fortuna inmobiliaria valuada en 67 millones 900 mil pesos según documentos del Registro Público de la Propiedad en el DF (Reforma, 19/12/06)— para que les fuera tramitado un viaje de fin de año en barco por las principales islas hawaianas. El viaje, según el vocero del SNTE, Fernando Macías, “es un programa de promoción y de reconocimiento a muchos maestros (…) Por volumen se consiguen precios atractivos. En el barco va todo incluido, todo. Lo que se hizo fue buscar mejores precios y condiciones (…) A los maestros se les consiguen este tipo de promociones” (EFINFO, 20/12/06). Conocer con certeza a qué se refiere el vocero Macías cuando utiliza las palabras “promoción” y “reconocimiento” para ofrecer justificaciones del viaje es tarea complicada. Los medios no registran más detalles sobre el uso de este par de vocablos por parte de Macías. ¿Se tratará de una promoción de los sitios turísticos de Estados Unidos, o una promoción a nivel internacional del trabajo de los integrantes del SNTE, o posiblemente una promoción de un determinado programa de incentivos a la puntualidad, al pago de cuotas sindicales, a la transparencia administrativa? ¿Reconocimiento a los profesores afiliados al SNTE por sus contribuciones al mundo científico, a la investigación tecnológica?, ¿reconocimiento por sus logros académicos nacionales e internacionales?, ¿por el aprovechamiento de excelencia de sus alumnos?, ¿a la trayectoria ejemplar de los líderes y/o exlíderes sentistas? ¿O existirán otros motivos tácitos? ¿Quizá políticos? ¿Posiblemente relacionados con aquella imagen histórica de la profesora Gordillo que levantaba la mano de Felipe Calderón para declararlo, antes de que lo hiciera el TRIFE, Presidente de la República Mexicana? Con los datos arrojados hasta hoy, no se puede saber. Sólo es posible conjeturar. Una pista para desarrollar ciertas inferencias sobre el tipo de “logro reconocido” a los maestros con el mencionado viaje, podría ser la que contemple el destino del tour y los vericuetos que éste implica. Es decir, no es lo mismo que el gremio sindical organice y financie a sus beneficiados una visita a una presa en Durango que a Mazatlán, Sinaloa; no es lo mismo Mazatlán, Sinaloa, que Cancún, Quintana Roo; no es lo mismo Cancún, Quintana Roo, que Kauai, Molokai, Lanai, Kahoolawe, Maui, Oahu y Hawai. Las distancias, trámites, hoteles, transportes y, por ende, los precios implican diferencias sustanciales. Por tanto, la hipótesis base derivaría en que a mayor inversión para el “viaje de reconocimiento”, mayor el logro del profesorado. Será necesario, entonces, regresar a, por lo menos, un par de parajes pisados por los seguidores de Elba Esther e intentar la recreación de lo que los visitantes vieron, tocaron, olieron, oyeron, sintieron. El primero está ubicado en la isla de Oahu, cerca de Honolulu, ciudad a la que llegaron los viajeros después de volar desde San Francisco, California. Es en la playa de Waikiki donde está el Hilton Hawaiian Village® Beach Resort and Spa (HHV), hotel de cinco estrellas que, si se condujo como acostumbra, dio la bienvenida a los sentistas responsables de la formación educativa de tantos niños y jóvenes de nuestro país con un fresco lei, típico collar de flores exóticas de la región. Aunque es muy probable que, desde su arribo al aeropuerto, los viajeros hubieran sido sorprendidos de la misma manera —con un lei— porque es un añejo símbolo de cortesanía de los isleños de Hawai. Según la información traducida de la página virtual del HHV ( HYPERLINK "http://www.hiltonhawaiianvillage.com" www.hiltonhawaiianvillage.com), el área que ocupa este centro hotelero es de 22 acres (poco más de 89 mil metros cuadrados) frente al Pacífico, océano que, según comentó una de las viajeras proveniente de la secundaria Felipe Carrillo Puerto en Mérida, Yucatán, resultó ser “toda una decepción” por lo frío de sus aguas (Diario de Juárez, 19/12/06). Sin embargo, para satisfacer las exigencias de sus clientes, el HHV les ofrece la posibilidad de tomar un agradable chapuzón en cualquiera de sus cinco albercas, con cascadas artificiales, dentro de las cuales se incluye la más grande de todo Waikiki. Todas ellas están distribuidas en puntos estratégicos del complejo hotelero. A la orden del paladar de los turistas magisteriales provenientes de diferentes puntos de México, el HHV abre las puertas de sus 22 restaurantes con diferentes conceptos gastronómicos. “Golden Dragon”, “Village Steak and Food Restaurant”, “Cj´s New York Style Delikatessen”, “Rainbow Lanai” o el “Ola Pono Spa Café” son sólo algunos de los puntos que constituyen el sofisticado mosaico culinario al que tuvieron acceso los profesores. Por ejemplo, en el caso del “Bali by the Sea”, uno de los más solicitados restaurantes ubicado en la simbólica Torre Arcoiris del Hilton, el visitante tiene la oportunidad de sentarse ante una vista abrumadoramente bella del atardecer a la orilla del mar, mientras degusta el siguiente menú: como entrada, elote dulce Kahuku y sopa de cebolla Maui o una fresca ensalada Island de vegetales verdes con aderezo de champaña Bali; luego, los comensales pueden optar entre un Mahimahi a las brasas, pechuga de pollo al curry o una pasta coronada con mariscos. La comida, según el sitio virtual del Hilton, finaliza con una “dulce nota” compuesta por una copa de crema de fresas frescas acompañada de nieve sabor nuez macadamia. Buen provecho, compañeros sentistas. Para ir de compras, como sucedió la tarde del 10 de diciembre dentro del tour de los del SNTE (Diario de Juárez, 19/12/06), más de noventa tiendas estuvieron a sus servicios: “Aloha Ukulele” (instrumentos musicales hawaianos); “LeSportsac” y “Louis Vuitton” (accesorios de diseñador); “Reinassance Gems” (joyería); “Shoe emporium” (zapatos); “KoKo Boutique” (regalos de calidad europea); “The Pearl Factory” (joyería especialista en perlas); “Alter Ego” (boutique juvenil); “Sunglass Hut” (lentes oscuros); “Guest Pix´s” (artículos fotográficos y revelado); “Harley-Davidson” (ropa y artículos exclusivos de esta línea para motociclistas), entre otras. Otro atractivo del emporio hotelero en la playa de Waikiki es la fauna típica que, con seguridad, fue uno de los marcos fotográficos con más demanda por los agremiados del SNTE, así como alguno de los múltiples espacios ecológicos y jardines botánicos abiertos al público dentro del hotel. El Hilton en Oahu ofrece a sus huéspedes el spa más grande de todo Waikiki con albercas al aire libre o techadas; modernos baños sauna y jacuzzis; servicios completos de salón de belleza (manicure, pedicure, peinados y faciales); áreas de masajes, aromaterapia y aplicación de mascarillas corporales; restaurante con menú basado en alimentos sanos provenientes del Pacífico; tienda de regalos. En fin, todo lo necesario para lograr el relajamiento total del profesor o líder sindical más apesadumbrado. Para el entretenimiento infantil —ya que la mayoría de los turistas viajaron acompañados de sus familias (Infosel, 19/12/06)— el HHV cuenta con un programa diseñado para niños de cinco a doce años en el que son ofrecidos paseos a las diferentes torres de la zona hotelera y sus lagunas artificiales llenas de peces multicolores; clases de baile hawaiano y polinesios; cocina regional y entrenamiento para buceo. El área infantil también cuenta con una atractiva biblioteca especializada, área audiovisual y un equipo de profesionales en espectáculos y visitas guiadas. Los paseantes elbistas, por tener que abordar un crucero al siguiente día, quizá ya no tuvieron el suficiente tiempo de aprovechar las clases de buceo, de tabla de surf, de baile o el impresionante show de fuegos artificiales y danza con fuego que desde hace décadas tiene orquestado el HHV. Pero quizá sí lograron integrarse a las actividades especiales programadas para las fiestas decembrinas como la “Holiday Chef Cooking Demonstration” en donde habrían de aprender a elaborar la famosa casa navideña de “ginger bread”, o la ceremonia del encendido del árbol de Nnavidad gigante o el paseo por el Hilton, para los de menor edad, en el “Village Holiday Train”. ¿O alguno de los docentes sindicalizados habrá preferido atender tantas de sus tareas pendientes en el vanguardista centro de negocios del Hilton, equipado con computadoras, impresoras, escaners e internet? Muy probablemente no. De todas las opciones para continuar la “travesía del reconocimiento”, el gusto de los profes, líderes, exlíderes sentistas y familiares que los acompañan, se inclinó por el “Pride of Hawaii” (“Orgullo de Hawai”) que, de acuerdo a la descripción de la página virtual HYPERLINK "http://www.smartcruiser.com" www.smartcruiser.com, es una muestra de que, en materia de viajes por los mares hawaianos, “lo bueno se vuelve aún mejor con la llegada del nuevo y lujoso crucero” inaugurado en este 2006 por una de las compañías más poderosas en el negocio de los cruceros en Norteamérica, la Norwegian Cruise Line. Con un peso de 92 mil toneladas y mil empleados que atienden a un promedio de 2816 pasajeros, el “Pride of Hawai” paseó por siete días a las casi dos centenas de trabajadores de la educación mexicana. A continuación sólo se enumeran algunos de los espacios de entretenimiento y servicios comprendidos en la cubierta del “Pride…” por tarifas que van desde los $899 dólares hasta los $1600, según la ubicación y capacidad de la cabina: piscina exterior “Waikiki Beach”; alberca techada y jacuzzi; piscina “Saphire” para niños; librería; gimnasio; galería de boutiques; seis tinas de hidromasaje caliente; tienda especializada de artículos de golf; área de videojuegos; salón de belleza y spa “Ying & Yang”. En cuanto a los restaurantes, son diez los que ofrecen, desde las 5:30 a.m hasta la media noche, una variedad que va de la cocina francesa o italiana a la comida rápida (“Grand Pacific”, “Paniolo Tapas & Salsa”, “Cagney´s Steakhouse”, “Le Bistro”, “Aloha Nui Café”, “Jasmine Garden Asian”, “Papa´s Italian Kitchen”, por citar algunos). Los “lounges” también están a disposición de los navegantes para que puedan brindar con sus pares. El servicio al cuarto está disponible las 24 horas, “tal y como debe ser en tus vacaciones”, según lo afirma la página smartcruiser.com. En otras palabras, y de regreso a los tripulantes del sindicato de maestros, ya en el barco, si alguno de ellos quiere comer una o quince veces, lo puede hacer ya que, como dijo su vocero Fernando Macías, “en el barco todo está incluido, todo”. A lo ofrecido en el barco habría que añadir lo ofrecido en cada una de las islas en las que desembarcaron; como, por ejemplo, diferentes campos de golf clasificados entre los de mejor categoría en el globo. Citan varios periódicos que el senador y secretario del SNTE, Rafael Ochoa, “defendió el derecho que tienen sus compañeros de hacer el tour (…) Es un grupo que lo cubre (el viaje) con sus propios recursos mediante un financiamiento y están en su derecho (de hacerlo) como cualquier ser humano” (El Norte, 20/12/06). Que los integrantes del selecto grupo logren cubrir o no la totalidad de los gastos, es parte de uno de esos inasibles procesos que sólo quienes viven en las tripas administrativas del sindicato pueden conocer a detalle. Y quizá ni para muchos de ellos dicho proceso queda claro. Podrían haberse manejado negociaciones a la petit comite, de ésas a las que la opinión pública simplemente no tiene acceso y quizá ni imagina lo torcidas que pueden ser. Sí, podría haber algunas detrás del sueño hawaiano vuelto realidad. Pero lo que puede resultar más evidente es que, en materia de derechos, de ésos que puede ejercer “cualquier ser humano”, según lo dicho por Ochoa, también está el derecho a la educación. Dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que “la educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia (…) El criterio que orientará a esa educación (la laica) se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios”. La hipótesis base hasta ahora defendida sostiene que “a mayor inversión para el ‘viaje de reconocimiento’, mayor el logro del profesorado”. Pueden compararse los pormenores aquí enunciados de la aventura paradisiaca sentista con esos cuantos renglones de la Constitución y con lo que vemos y oímos tanto en educandos como en educadores. ¿Existe relación lógica? ¿Sí corresponde la suntuosidad del recorrido por las islas hawaianas con la calidad educativa demostrada por los profesores del SNTE así como por su presidenta? Y pensar que todavía seguirán la fiesta hoy en la noche deseosos de que, por fin, les llegue su Navidad.
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Por su cumpleaños y con inmensas ganas de acompañarla al café, va ésta, como todas las entregas, con tanto cariño y recuerdos para mi madre, Olga González de Chapa