Esto publicó Paco Valdés hoy en La Opinión. Otra vez, aguas con los políticos sobrados de iniciativa:
Despropósitos acuáticos
Francisco Valdés Perezgasga
Lo más caritativo que puede uno decirle a los políticos de la región es que ven la tempestad y no se hincan. Todos los modelos de cambio climático nos pronostican un descenso en las lluvias promedio para nuestra parte del mundo. Viviendo en el desierto, el agua debería ser preciosa para los laguneros. Sin ella no somos absolutamente nada y la frase hueca —e imprecisa— sobre haber vencido al desierto se desmorona como la arena.A pesar de las advertencias, vuelve a levantar su fea cara el tema de construir una potabilizadora que use agua del Nazas. Un tema que hoy resucitan Ulises Adame, candidato príísta a diputado por el distrito 14 de Durango y Ricardo Rebollo, aspirante príista a alcalde de Gómez Palacio. No parecen haber entendido que la impredictibilidad del régimen de lluvias desatada por el calentamiento global nos obliga a emprender un manejo sustentable del agua hoy. Un manejo que asegure que el recurso no se acabe y esté presente para el desarrollo de las generaciones futuras. Un manejo que debe enfocarse, necesariamente, al equilibrio de nuestros acuíferos, la restitución de la salud de nuestras cuencas hidrográficas y el manejo ilustrado, moderno y adaptativo de nuestros ríos.
La idea de la potabilizadora usando agua de río es una idea perversa a cual más. Manda el mensaje de que ya tenemos la maquinita que nos resolverá el problema del abasto de agua y que los señores lecheros pueden proceder alegremente a rematar al acuífero.“Es todo suyo” es el mensaje de Adame y de Rebollo a los amos y señores del agua en La Laguna, cuando el acuífero no es de ellos, sino de los laguneros del futuro. Además tomar agua del Nazas para el abasto urbano le impone una carga adicional a un río de desierto sumamente estresado.
Proponen Ulises y Ricardo una solución tramposa que no es solución alguna, sino todo lo contrario.
Una inversión onerosa, innecesaria e inútil que sólo lastrará el futuro financiero de nuestra comarca. A los laguneros del futuro —tus hijos, lector, tus nietos— Rebollo y Adame quieren dejarles un acuífero seco y una deuda de cientos de millones de dólares en el banco. Menuda herencia.
Transparencia Internacional dice que, en la construcción de megaobras —presas, potabilizadoras, aeropuertos, autopistas— hay sólo dos grupos que siempre salen beneficiados: los constructores y los políticos corruptos que reciben dádivas de ellos.
La regla general es que el resto de los mortales, o sea, nosotros, salgamos perjudicados. La advertencia de Transparencia Internacional debería de ser atendida por todos nosotros por razones eminentemente prácticas y debería ayudarnos a blindar nuestros oídos con una sana dosis de escepticismo y de sospecha.
Lo que los laguneros debemos emprender ya es la recuperación de nuestros ríos. Equilibrar el acuífero deteniendo la criminal sobreexplotación.
Restaurar la salud de sus cuencas hidrográficas recuperando sus ecosistemas y sus valiosísismos servicios ambientales. Renovar nuestra identidad colectiva con el Nazas y el Aguanaval y reintegrándolos a nuestro imaginario cultural y afectivo. Pero por lo pronto, rechazando de tajo la propuesta de Ulises Adame y Ricardo Rebollo.
fvaldes@nazasvivo.com