El domingo pasado publiqué una minitanda de microrrelatos en La Opinión; recibí un par de cartas felicitatorias, y eso me alegró, pues todavía practico la micronarrativa un poco a escondidas, sin decidirme de lleno a trabajar con el género más relampagueante de la literatura. Dos días después encontré una página perdida en la red; es del diarovasco.com, de España, y dice lo que copio. Sin duda, estar junto a esos nombres me resulta entre halagador y pavoroso (se refiere al libro antológico La otra mirada, publicado en Palencia, España, por editorial Menoscuarto). Va la reseñita:
Los grandes del breve
Santiago Aizarna
Por breves, ocupan poco espacio y caben muchos. Cincuenta autores y 307 relatos. Los textos antologizados comienzan con dos de Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916), y terminan con cinco de Jaime Muñoz Vargas (México, 1964). Y, encontramos en el índice a Leopoldo Lugones, Alfonso Reyes, Julio Torri, Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, Ramón López Velarde, Vicente Huidobro y Macedonio Fernández, como los encuadrados en la parte denominada Precursores e iniciadores. En otra, Los clásicos del microrrelato, encontramos, naturalmente, nombres y textos de Juan José Arreola, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Augusto Monterroso y Marco Denevi.
En otra más, Hacia el microrrelato contemporáneo, a Ana María Matute, Max Aub, Virgilio Piñera, Adolfo Bioy Casares, Manuel del Cabral, Edmundo Valadés y Enrique Anderson Imbert. Y han quedado, para la última, El microrrelato hoy, Antonio Fernández Molina, Mario Benedetti, José Jiménez Lozano, Guillermo Samperio, Luis Mateo Díez, José María Merino, Javier Tomeo, Juan José Millás, Julia Otxoa, Rafael Pérez Estrada, René Avilés Fabila, José de la Colina, Jairo Aníbal Niño, Triunfo Arciniegas, Luis Britto García, Armando José Sequera, Gabriel Jiménez Emán, Pía Barros, Juan Armando Epple, Cristina Peri Rossi, Eduardo Galeano,Teresa Porzecanski, Isidoro Blaisten, Luisa Valenzuela, Ana María Shua, Pedro Orgambide, Antonio Di Benedetto, Eduardo Berti, Raúl Brasca, Hipólito G. Navarro, Pablo Urbanyi, Rogelio Guedea, y, el anteriormente citado, Jaime Muñoz Vargas.
Una buena muestra de especialistas del relato breve (sin que ello sea óbice para que cuenten en su producción con otros largos) de variados lugares hispánicos, Con la inclusión, en lo que al País Vasco se refiere, de cinco relatos de la donostiarra Julia Otxoa, entresacados de distintos libros de su ya muy abundante producción.
Como de toda antología, lo seguro será decir que no estarán todos los que son, que bastará decir, sin duda alguna, que lo son todos los que están. Nombres prestigiados muchos de ellos y que están en la memoria y en el afecto de muchos lectores, y provenientes otros de un cuidadoso ejercicio de selección por parte del encargado de este menester, David Lagmanovich, que ofrece una interesante introducción en donde manifiesta el criterio seguido a la hora de ejecutar su trabajo, tan gustoso a veces como algo doloroso en otras. En definitiva, una acertadísima elección de esta editorial palentina que, como se indica al final de la antedicha introducción, al mismo tiempo que se saluda a los lectores dándoles la bienvenida al territorio del microrrelato hispánico, "nunca lamentarán el haber entrado en él".