En su “Astillero” de ayer, el torreonense Julio Hernández consignó, gracias al oportuno pitazo de un lector, que Vicente Fox ya está en el dream team de conferencistas (speakers) promovidos por la Harry Walter Agency (www.harrywalker.com), quizá el más lucrativo negocio del ramo en EUA; dicha empresa promueve a renombrados personajes como Clinton, Gore, Gerhard Schröder (Canciller de Alemania, 1998-2005), Bono (el macizo de U2), Benazir Bhutto (ex primera ministra de Pakistán), Fernando Henrique Cardoso (ex presidente de Brasil), Henry Kissinger y muchos otros picudos más. Por una cuota que imagino no es nada módica, cualquier institución o persona del mundo puede contratar los servicios de un speaker, quien irá a donde sea con el fin de arrojar luz y, claro, ganarse algunos miles de dólares nomás para sus chuchulucos.
No sé si sea legal que un presidente en funciones, como Fox, ya se esté ofreciendo para chambas de otra índole (aunque decir “en funciones” no es más que una metáfora, ya que el guanajuatense ha estado ausente del país casi seis años). Supongo que, al menos para cuidar las formas, un presidente debería esperar el fin de su mandato antes de acuclillarse con su letrerito de plomero o de albañil afuera de la catedral. Pero Fox ya está en la lista de Harry Walter Agency y es ventaneado al mejor postor como si se tratara de una pantera en asuntos de geopolítica y globalización, lo cual es más difícil de justificar que la virginidad de Lyn May.
Y a propósito de vedetismos insolentes, la misma agencia gringa integra en su catálogo, con linda foto de estudio, a nuestra primera dama. Según el texto de presentación, esta mamá de los pollitos tiene una voz de gran peso en asuntos de responsabilidad social y ha desempeñado un papel decisivo en la democratización de México.
Uno de los temas con código de barras ofrecidos por la señora que encabeza la Fundación Saqueamos México es el de los cambios sociales y la identidad nacional en medio de la globalización (“Responsabilidad social en el siglo XXI”); otro, “El papel de las mujeres en el nuevo milenio”, promete que la señora aborda el delicado asunto de la igualdad social y económica de las mujeres y del camino abierto por este género en el mundo entero.
Su ficha de presentación afirma que aprovechó ser la esposa del presidente de México para emprender un trabajo social sin precedentes, lo que incluye ayuda a niños con desventajas físicas y dotación de computadoras a la juventud desvalida. Dice también que es “madre de tres hijos”. Lo que no dice es cómo se llaman esos retoños y a qué se dedicaron en el sexenio durante el cual ella les amachinó un padrastro de lujo.