Ayer a las 8 de la noche Renata y yo fuimos al concierto que de gratín, gracias al Icocult, se despachó Celso Piña en el estadio Revolución. No juntó tanta gente como imaginé, pero se armaron bien las cumbias colombianas y es muy buen tipo ese viejo. La raza bailó, le puso machín a las carísimas Tecates y no faltaron los camaradas que lograron filtrar un buen churro de mostaza para bailar más inspirados. Va una de las fotucas que logré hacer al célebre Celso, uno de los ídolos de García Márquez, según se sabe: