miércoles, agosto 23, 2006
Desde Rufo
No hay que olvidar al PRI: su miserabilidad sigue siendo rentable ahora que los sinarquistas se agarran de cualquier ardiente clavo. Y pensar que todo esto viene desde el primer beso envenenado, aquel que recibiera Ernesto Rufo Appel en Baja California. Desde entonces el amorío se ha tornado verdadero desenfreno, una secuencia pronográfica de alianzas.