sábado, mayo 31, 2008

El Hundido en peligro



Qué importante es ver avances, por mínimos que sean, en el respeto a los bienes naturales en riesgo de extinción. Cualquier avance, por ello, es saludado por la comunidad (la científica, sobre todo) como un paso hacia la preservación del espacio físico o la especie animal amenazados por la destructiva mano del hombre. Eso fue lo que pasó hace poco más de un año, cuando por el bien de la zona de El Hundido, en Cuatrociénegas, Coahuila, la principal empresa lechera de La Laguna aseguró que tomaría medidas drásticas. Un boletín enviado por Francisco Valdés Perezgasga me pone en alarma, pues el paso aparentemente seguro hacia la protección de aquel espacio sólo ha quedado en promesas, en tristes y vacías promesas.
Dice Valdés Perezgasga: “Hace más de quince meses, el 21 de febrero de 2007, el Grupo Industrial Lala anunció a los productores de leche que se encuentran establecidos en la zona de El Hundido, cerca de la reserva ecológica de Cuatro Ciénegas al norte de Coahuila, que dejaría de comprarles leche con el objetivo de proteger esa reserva única en el mundo. El vocero de la empresa señaló en esa ocasión que tal medida respondía a un compromiso permanente de Lala con la protección del medio ambiente y que, en el caso de Cuatrociénegas, la empresa tenía un especial interés por tratarse de una reserva natural única en el mundo que debe ser protegida a cualquier precio”.
El ambientalista lagunero comenta asimismo el buen ánimo provocado en su momento por la decisión de la empresa lechera: “La noticia causó una buena impresión entre todos aquellos preocupados por la conservación de Cuatrociénegas al percibirla como un gesto simbólico que señalaba el compromiso de Lala de alejarse de la conducta depredadora e insensible que hasta entonces la había caracterizado. Sin embargo, nos hemos dado cuenta que, a quince meses del anuncio de su retirada del Valle del Hundido, la empresa no ha cumplido con su promesa. Uno de los principales socios de Lala sigue produciendo forrajes en el Valle del Hundido y la empresa sigue comprando la leche que él produce. Para todo efecto práctico, el anuncio de Lala del 21 de febrero de 2007 fue un engaño pues persiste la presencia de Lala y de otras compañías en la zona, poniendo en grave riesgo la viabilidad de este gran tesoro, patrimonio de Coahuila, de México y del mundo”.
Y exhorta: “En Defensa del Ambiente, Pronatura Noreste, Biodesert, The Nature Conservancy, Prodefensa del Nazas y Profauna deploramos que los peligros que asechan a Cuatrociénegas sigan hoy operando, magnificados por el cambio climático que nuestro planeta experimenta. Igualmente manifestamos nuestro disgusto ante la maniobra de relaciones públicas del Grupo Industrial Lala al hacer un anuncio y una promesa que no ha tenido la responsabilidad y la decencia de cumplir. Llamamos a los cieneguenses, a los coahuilenses y a todos los mexicanos a que redoblemos nuestros esfuerzos por rescatar a este sitio maravilloso que tanto nos enorgullece ante los ojos del mundo. Conminamos a Lala a que cumpla su palabra dada en prenda el 21 de febrero de 2007 y a que se retire del Valle del Hundido como lo había prometido”.
No es mucho pedir, agrego, que si ya dieron a conocer una decisión radical en pro del medio ambiente en un lugar específico de Coahuila, es porque reflexionaron a fondo en sus consecuencias. Esto quiere decir que antes de febrero del 2007 ya habían valorado lo riesgoso que era no cumplir con la palabra empeñada, pues muchos laguneros estamos atentos al asunto y deseamos que los avances sean respetados, por mínimos que puedan ser. Ojalá, pues, que esto sea un malentendido y, si no es así, ojalá que Lala ratifique su compromiso en el Valle del Hundido. Ya es mala hora para recular, y eso deben saberlo.