domingo, marzo 14, 2010

Pasta de mexicano



La columna de Renata Chapa publicada hoy en El Diario de Chihuahua:

Imaginario colectivo

Pasta de mexicano
Renata Chapa

No escribir sobre noticias desalentadoras es una tarea difícil en México. El vistazo a nuestra realidad deja un agrio sabor de boca que muchos columnistas traducimos en renglones no menos ácidos. A algunos les podrá parecer que nuestra intención es prolongar el dolor y que en tiempos como los que ahora corren, los de múltiples y constantes luchas, deberíamos optar por lo contrario: motivar a la acción ciudadana con optimismo; tener fe en que el cambio positivo sí se va a dar; augurar que tiempos mejores están por venir y creer con vehemencia que “sí se puede”. Parece innecesario preguntar a quién no le gustaría, incluyendo a los mismos periodistas, que estas consignas tuvieran un alto grado de factibilidad. A quién no.
Sin embargo, la realidad es eso, lo real, y se presenta tal y como es. Con los representantes de los intereses del pueblo mexicano firmando pactos anómalos a hurtadillas; con políticos que buscan beneficios para sí mismos en función de lo que su pertenencia a un cierto partido les pueda arrimar; con diputados y diputadas que se gritan entre sí “putos”, “borrachos”, “asesinos”, “corruptos”, “depravados”, “mentirosos”, “ilegítimos” por decir lo menos en plena sesión de Congreso; con los presidentes de los dos partidos más influyentes en México trastornados por la ira, solicitando pruebas del polígrafo para determinar quién es más o menos mentiroso en sus declaraciones; con legisladores que reciben sueldos de insulto para chatear, platicar, grillar, comer, dormir y “conciliar” desde sus curules mientras México se desangra en sus narices.
Con la reconfirmación de historias de pederastia perpetuadas por el fundador de la orden religiosa “Legionarios de Cristo”; con una iglesia católica silenciosa de más ante la contundencia de los hechos; con los testimonios de los hijos y esposa de Maciel que narran una cadena de abusos donde la impunidad se torna ley; con la solicitud de indemnización por parte de los hijos de Maciel por la cantidad no menos estrujante y alarmante de 26 millones de dólares; con una orden religiosa que, según narra el columnista Jorge Fernández Menéndez, además de estar a cargo de una importante red escolar privada en México, “posee bienes por unos 28 mil millones de dólares a nivel mundial y fue la principal operadora financiera del Vaticano desde el escándalo del Banco Ambrosiano” (www.exonline.com.mx, 09/03/2010).
Con bombo y platillo anunciando la ubicación del mexicano Carlos Slim Helú como el hombre más rico del mundo según la revista Forbes; con una empresa de telefonía que, sumada a otros boyantes negocios de giros diversos, le reditúa a Slim 53 mil quinientos millones de dólares en un país con el 54% de sus habitantes viviendo con menos de 4 dólares diarios, el 22% con menos de 2.5 dólares y el 24% con menos de 2; con la entrega de la “Orden de Oro del Mérito Libanés” en Beirut al “Titán de las Comunicaciones”, como le llaman a Slim.
Con cuestionamientos permanentes sobre el porqué de la violencia en un país que está “reprobado en el cumplimiento de los derechos básicos de los infantes de cero a cinco años de edad porque no les garantiza vivir, crecer saludables y que vayan a la escuela”; con un México “calificado con 5.6 en un ranking del uno a diez en garantizar los tres derechos fundamentales” ya mencionados, según el Índice de los Derechos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) (http://www.exonline.com.mx/, 13/03/2010); con niños y niñas víctimas del siniestro de la guardería ABC y que su pérdida aún mantiene a sus padres en vilo; con niños y niñas convertidos en carne de cañón en esquinas; con niños y niñas entregados al mejor postor en redes de prostitución y tráfico infantiles en México.
Con todo esto, y muchísimo más, la realidad se presenta tal y como es en México. Y dentro de ella es claro que también existe espacio para los contrastes. Para esos datos que rompen el habitual y lógico pesimismo, y que si bien no cambian el negro por el rosa pastel, sí son preludio a un estado de ánimo menos vapuleado.
Con todo y Elba Esther Gordillo; con todo y los cánceres de un anacrónico sindicato de maestros; con todo y las carencias en la infraestructura de los espacios educativos públicos; con todo y las incompetencias académicas de ciertos docentes que contaminan, generación tras generación, a millones de estudiantes en las áreas urbanas y rurales del país; con todo y corruptelas y mafias en las cúpulas del poder que controlan la educación en México; con todo y nuestro par de libros leídos por mexicano al año; con todo y nuestro elementalísimo nivel en materia de investigación; con todo y esto y lo que sigue deteriorando la calidad de la educación en nuestro país, tres jóvenes mexicanos estudiantes de la Facultad de Ciencias de la UNAM y del IPN, tras enfrentarse a más de 110 equipos de alumnos de universidades de primera a nivel mundial (Harvard, Cambridge, MIT, la Universidad de Tokio, entre otras) conquistaron el primer lugar en la categoría de “Investigación Básica en Biología Sintética” de la competencia International Genetically Engineered Machines (iGEM).
“Gilberto Gómez Correa, estudiante de Física de décimo semestre; Luis de Jesús Martínez Lomelí y Jesús Pérez Juárez, de octavo en las carreras de Matemáticas y Biología, respectivamente, formaron parte de la delegación que asistió recientemente a la competencia para representar al equipo UNAM-IPN (…) (que) fue fundado por el especialista del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, Pablo Padilla Longoria; cuenta con el apoyo de investigadores del Centro de Ciencias Genómicas de Cuernavaca y del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de Irapuato, Guanajuato, y como asesor, Francisco Razo Hernández (http://www.jornada.unam.mx/, 12/03/2010)”.
Al momento de ser entrevistados, uno de los ganadores compartió una frase que bien valdría la pena analizar dos veces: “nuestro proyecto busca corroborar ideas matemáticas o físicas en el mundo real; por ello creamos un ejemplo propio”. Los alumnos, según lo dicho, no sólo tenían bien calibrada la teoría, sino que no cesaron hasta ver resultados en su propia práctica y aportar por medio de la construcción de conocimiento. Los tres muchachos, guiados por sus profesores, innovaron de manera magistral. Su logro corrobora la importancia de la actitud que se asuma de frente a las adversidades.
Porque es un hecho que antes del dominio de los fundamentos físicos y matemáticos estuvo la disposición de los alumnos para el estudio profesional a pesar de cualquier cantidad de obstáculos. Luego, con teoría en mano, su actitud siguió abriéndoles la brecha para no cesar al insistir en el contraste de contenidos duros en escenarios reales. Y finalmente, gracias a su entrega y a la de sus profesores y demás compañeros, optaron por competir, por tercera ocasión, en una contienda en la que muchos podrían haberlos visto perdidos de antemano.
Hoy, esos tres chavos nos demuestran el tipo de pasta que podría marcar la diferencia en tantos mexicanos. Son un aliciente en medio de realidades que parecieran perdidas. Nos dan la buena noticia de que, en efecto, es con vehemencia, y no con medias tintas, como el “sí se puede” puede ser un grito de lucha nacional y no una de tantas frases motivacionales con olor a demagogia barata.
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