Hay escritores que escriben con música. Es un don, casi como cantar. No abundan, por cierto. En La Laguna no tenemos muchos, que yo sepa. Son tan hábiles para usar la cuartilla como si fuera partitura que todo, hasta la prosa, les sale con una entonación melodiosa, encantadora en sentido estricto, es decir, que hipnotiza como si canto fuera. Por eso en tales casos es difícil disociar su poesía de su prosa, porque todo parte del mismo impulso, de esa tendencia natural a escritura rítmica. Uno de esos pocos escritores laguneros que se pueden sentir aludidos en este párrafo es Daniel Maldonado (Torreón, 1978) quien esta noche presentará Prosas fulanas, su tercera obra individual y primera con contenido prosístico.
Y digo prosístico sólo por distinguir la forma evidente de los textos, porque en su fondo tanto Los otros males como Engranajes memoriales, que son poesía, poco se diferencian de Prosas fulanas, que obviamente son prosa. El sustrato es, en los tres casos, una especie de densidad poética, un estado emocional hilvanado con palabras, una música hecha no con notas, sino con sílabas. Genéricamente, pues, Prosas fulanas responde al género todavía definido con incertidumbre como prosa poética, prosa de intensidades, prosema, poema en prosa y demás. En todo caso se trata de lo que en el análisis del fragmentarismo literario es conocido como microtexto, eso para diferenciarlo del microrrelato o microficción, cuyo propósito es contar algo, narrar, no trasmitir un estado de ánimo.
Pero insisto que más allá de definir lo que ya de por sí tiene algo de centáurico, la obra que hoy presentará Daniel Maldonado junto a su colega Gerardo Monroy reúne un menú de ejercicios que muestran las posibilidades sonoras del verbo, su elástica condición de sonido con sentido.
De formación autodidacta y tallerística, Maldonado es autor de los poemarios Los otros males (2002) y Engranajes memoriales (2002). Compilador y coautor del libro Las lenguas dementes (2004). Figuró como parte de la antología en el libro de poesía bilingüe español-francés Cantos de Piedra / Chants de Pierre, 2005, junto a poetas contemporáneos mexicanos y franceses, y en el libro Las voces del tranvía, Muestra poética de la Laguna, 2007. Ha publicado su obra literaria en diversas revistas, suplementos y periódicos del país y en internet. Se dedica al periodismo, la enseñanza y la crítica de medios entre otras actividades. Recientemente colaboró en el colectivo Coral para Enriqueta Ochoa. Tiene inédito un par de libros de poesía.
Por su parte, Gerardo Monroy, el presentador, nació en Monterrey en 1977 y estudió ciencias biológicas en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Radica en Torreón Asiste al taller literario coordinado por Saúl Rosales en el teatro Isauro Martínez y es, además, articulista. En 2005 fue becario del programa Jóvenes Creadores de Nuevo León en el área de letras. El Instituto Coahuilense de Cultura editó en 2007 su primer libro, una selección de poemas titulada Algunas hojas.
En “Inventario de cama”, dice: “Hay dos o tres brazos mal formados henchidos de remotas ansias, hastiados de la falsedad en hora, brazos que sangran el rasgar vicioso del placer. Hay también vientres, poemas recurrentes para el sexo, diálogos de miel plañidera, fondos del encuentro solidario, todo inscribiéndose en la sábana, dejando los grafitis del deseo oscurecido por el acto en flama. Tenemos dos vínculos venéreos que tragan la saliva de lo eterno, fluidos de víspera marginal a la espera del gemido en hierro. Tenemos un hambre de blasfemia durmiendo en las orejas de los sexos, hendida en la hora como un incierto encierro, sellado con candados del éxtasis perpetuo”. Hoy, en el Icocult, a las ocho de la noche, nos vemos y nos oímos con Daniel Maldonado.