Las
combinaciones aritméticas para que México pase a la siguiente ronda son varias.
Hay posibilidades, pero se ven remotas y la mejor es la que depende de una
goleada mexicana y en segundo lugar del resultado entre Argentina contra
Polonia. Para empezar, es necesario decir que ningún resultado entre argentinos
y polacos libera a México de la obligación de ganar. En unos casos, por
cualquier marcador; en otros, por la susodicha goleada (4-0). Por ejemplo, si
pierde Argentina, a México le basta con el 1-0 frente a Arabia Saudita. El
problema es que los gauchos pierdan, así que debemos contemplar las
combinaciones que generaría su empate o su triunfo frente Polonia. En fin, un
lío para la selección tricolor.
No
es, sin embargo, este hilado fino de especialistas en combinatoria futbolera lo
que me interesa comentar, sino cuatro escenarios posibles para México, todos
descritos en greña, a trazo grueso. Los describo.
1. Que
México pierda. No creo que esto suceda, pues su juego no ha sido del todo
deplorable. Cierto que la ofensiva pasa por una sequía espantosa, pero su
defensa ha mostrado buen desempeño. Los tantos de Argentina tuvieron que ser
golazos desde lejos para minar a México. Nuestra selección puede (debe) secar a
los ofensores sauditas.
2. Empate.
Es el escenario que veo más viable. Una sosa igualada que nos deje fuera del
Mundial como si se tratara del torneo local, sin chiste. Como los mexicanos
andan con la pólvora mojada, pueden conformarse con intentar, con dar la idea
de que luchan hasta el final, pero sin efectividad. Lamento imaginar incluso un
empate a cero goles.
3. Un
triunfo-derrota. Este escenario paradójico describe una victoria de México pero
por una diferencia tan escasa que, combinada con el resultado del
Polonia-Argentina, nos deje eliminados. De nada serviría pues un 1-0 o un 2-0 a
favor si en el otro partido no se da la combinación que nos favorezca.
4. Un
triunfo heroico. No estamos habituados a esto, al menos no en Mundiales. Sería
como pedir un milagro, que los sauditas salieran en el peor día de su historia
y que de golpe México mejorara su puntería en la delantera. O no su puntería,
sino su llegada, porque hasta ahora ni la oportunidad de disparar se ha presentado.
En fin, los milagros no se dan en maceta, así que preparémonos para el
desconsuelo.