miércoles, noviembre 30, 2022

Cuatro escenarios








Las combinaciones aritméticas para que México pase a la siguiente ronda son varias. Hay posibilidades, pero se ven remotas y la mejor es la que depende de una goleada mexicana y en segundo lugar del resultado entre Argentina contra Polonia. Para empezar, es necesario decir que ningún resultado entre argentinos y polacos libera a México de la obligación de ganar. En unos casos, por cualquier marcador; en otros, por la susodicha goleada (4-0). Por ejemplo, si pierde Argentina, a México le basta con el 1-0 frente a Arabia Saudita. El problema es que los gauchos pierdan, así que debemos contemplar las combinaciones que generaría su empate o su triunfo frente Polonia. En fin, un lío para la selección tricolor.

No es, sin embargo, este hilado fino de especialistas en combinatoria futbolera lo que me interesa comentar, sino cuatro escenarios posibles para México, todos descritos en greña, a trazo grueso. Los describo.

1. Que México pierda. No creo que esto suceda, pues su juego no ha sido del todo deplorable. Cierto que la ofensiva pasa por una sequía espantosa, pero su defensa ha mostrado buen desempeño. Los tantos de Argentina tuvieron que ser golazos desde lejos para minar a México. Nuestra selección puede (debe) secar a los ofensores sauditas.

2. Empate. Es el escenario que veo más viable. Una sosa igualada que nos deje fuera del Mundial como si se tratara del torneo local, sin chiste. Como los mexicanos andan con la pólvora mojada, pueden conformarse con intentar, con dar la idea de que luchan hasta el final, pero sin efectividad. Lamento imaginar incluso un empate a cero goles.

3. Un triunfo-derrota. Este escenario paradójico describe una victoria de México pero por una diferencia tan escasa que, combinada con el resultado del Polonia-Argentina, nos deje eliminados. De nada serviría pues un 1-0 o un 2-0 a favor si en el otro partido no se da la combinación que nos favorezca.

4. Un triunfo heroico. No estamos habituados a esto, al menos no en Mundiales. Sería como pedir un milagro, que los sauditas salieran en el peor día de su historia y que de golpe México mejorara su puntería en la delantera. O no su puntería, sino su llegada, porque hasta ahora ni la oportunidad de disparar se ha presentado. En fin, los milagros no se dan en maceta, así que preparémonos para el desconsuelo.