La
que viene es una anécdota real. Tuve problemas con un neumático y por obvias
derivé en la primera vulka disponible. En estos casos siempre, claro, bajo de
la nave y mientras el compa hace su jale trato de conversar con él. Está en mi
naturaleza preguntar lo que no sé, entender detalles técnicos de oficios que no
domino (“¿Cómo se llama esa herramienta, maistro?” “¿Ese pegamento seca rápido?
¿Cuánto tiempo tiene trabajando en esto”). En tal intento de interlocución
estaba cuando el maistro dijo una palabra: “Es un martillo hechizo”. No pasó
mucho tiempo para que soltara otra: “Muchos compas son muy trochos, no trabajan
como debe ser”.
“Hechizo”,
“trocho”, estas dos palabras me hicieron reparar en los términos que usamos
para minusvalorar, para calificar algo como mediocre o de baja calidad, mal
hecho, improvisado o de poco o nulo valor. Sé que hay más, pero de momento
traigo ocho en orden alfabético.
Balín.
De poco valor y por lo tanto de baja calidad. Parece una deformación de
“valer”, que en el habla se asocia con “madre” para significar que algo no
alcanza la calidad adecuada. “Un reloj balín”.
Caciquiar.
Producto comestible mal servido, sin la calidad ni los insumos pertinentes. “El
bufet estaba muy caciquiado”.
Chafa.
Acaso la palabra mexicana más popular para expresar que algo, lo que sea, ostenta
mala calidad. Todo puede ser chafa: una película, un pantalón, un teléfono
celular, un bar… “Le regalaron una camisa chafa”.
Correas.
Deformación de “corriente”. Todo aquello que no cumple con los estándares
mínimos de calidad, que tiene materiales frágiles y se descompone apenas es
usado. “El estéreo le salió muy correas”. Dícese también del sujeto vulgar, procaz.
Cucho.
Mal hecho, que no se sostiene bien o queda construido con suma precariedad. “La
silla le quedó cucha”.
Hechizo.
Hecho de manera improvisada, sin las herramientas ni los materiales habituales
según el caso. “La defensa de su camioneta es hechiza”.
Malacucho.
Igual a “cucho”, pero más enfática en su sonoridad. “La instalación de la
ventana se ve malacucha”.
Trocho. Mal ejecutante de algún oficio. “Ese plomero es muy trocho”. Objeto elaborado sin destreza ni buenos acabados. “La instalación eléctrica le quedó tocha”.