Agrupados en la colección En la mira,
los cuentos de Hotel Kennedy (Editorial
Artificios, 2016), de José Salvador Ruiz Méndez (Mexicali, 1971) constituyen otro bienvenido ejemplo de la fortaleza alcanzada por la actual narrativa negra
producida en México, particularmente en el norte del país, y en el caso preciso
de este libro, en territorio mexicalense.
Estudioso de la literatura policial
vinculada sobre todo al contexto de nuestra frontera norte, Ruiz Méndez ha
sabido asimismo construir su propia obra de ficción. Recién, por ejemplo, ganó
en Tamaulipas el quinto premio nacional de cuento Rafael Ramírez Heredia con el
libro No déis lugar al diablo.
Hotel
Kennedy nos coloca en el bajo mundo
cachanilla. En algunos de los cuentos caminamos guiados por Dominico Hidalgo
Aqueberro, alias el Kótex, policía judicial retirado que luego de servir
oficialmente a la justicia —es un decir, así que bien podemos entrecomillar la
palabra “justicia”— se dedica a planear asaltos con sujetos de la más turbia
calaña. De hipotético origen español, origen exaltado por su acento gachupín y
el uso de palabras según él lujosas, el Kótex acondiciona sus andanzas gracias
a los conocimientos adquiridos durante su paso por la policía: sin vacilar,
sabe con quién, cómo y dónde operar para sacar una raja económica que jamás se
le niega.
Otros cuentos no lo incluyen, pero no
dejamos de asistir por ello al submundo criminal lleno de apodos, armas, drogas
y delincuentes —muchos delincuentes, todos— que ni siquiera parpadean cuando se
ven impelidos a matar. José Salvador Ruiz ha procurado, en todos los casos,
armar historias que encuadren en el bastidor tradicional del género negro:
guardar la sorpresa y dejarla caer en los últimos renglones. En este sentido me
parecen ejemplares los cuentos “Nada puede fallar” y “Junkie cop”, articulados con
maestría para, en ambas historias, jugar con dos planos narrativos y derivar en
vuelcos tan rotundos como lógicos.
Son muchas, pues, las virtudes de los
ocho cuentos que componen Hotel Kennedy.
Destaco la que ya señalé (el juego con la temporalidad y el latigazo final en
cada pieza) y otras no menos atendibles: el detallado conocimiento del
territorio ficcionalizado, el denso humor, la pluralidad de torcidos personajes
y el haber descubierto que los Oxxos pueden ser elevados a la categoría de
teatros donde el hampa, con charola o sin ella, acuerda sus pequeñas y grandes tropelías.
Hotel Kennedy, José Salvador Ruiz, Editorial Artificios (colección En la mira), Mexicali, 2016, 111 pp. Edición de Elba Cortez y Rafael Rodríguez.
Hotel Kennedy, José Salvador Ruiz, Editorial Artificios (colección En la mira), Mexicali, 2016, 111 pp. Edición de Elba Cortez y Rafael Rodríguez.