Ni de broma puedo decirme villamelón en rock. Soy menos que eso, pues mi música de cabecera anda por rumbos muy lejanos. He sabido respetar, empero, a varios grupos y a no pocos solistas. Son escasos, puros lugares comunes, la mayoría ubicables en la época de oro, por así llamarla, del rock: los sesenta y los setenta. Me gustan, me gustarán toda la vida aunque no me especialice en ellos, Los Beatles, Los Doors, Creedence (grupo al que por cierto, no lo olvido, aborrecía mi amigo roquerote Óscar Fernández, quien lo denominaba, por su ritmo algo country, Los Creedence del Norte), Queen, Bob Dylan y, ya más acá, algo de Guns & Roses. No es mucho. No es nada, más bien, pero qué le vamos a hacer. Uno cree que elige, pero en realidad hay elecciones que se dan al margen de nuestra voluntad, y la elección del rock no fue la mía. Todavía hoy, por ejemplo, no converso sobre música con Raymundo Tuda, uno de mis mejores amigos, simplemente porque él es rockólogo y yo un diletante sin causa. Tuda ama a Morrison, lo oye y lo lee como si fuera el evangelio. Ya se imaginan pues que por allí no nos entendemos.
Cuando pienso en rock, en conocimiento casi absoluto de rock en La Laguna, no tengo mejor modelo que Adolfo Calderón Sánchez. Este cuate sí que lo sabe todo, pues todo lo ha conseguido, catalogado, oído, estudiado y archivado. Es una enciclopedia humana de rock. Su trabajo le ha costado, pues él sólo ha sabido trabajar como maestro universitario durante muchos años para, con ello, mantener a su familia y luego darse el lujo de administrar una discoteca/videoteca/biblioteca de dimensiones más o menos apabullantes. De hecho, y él lo reconoce así, es un obseso. Cómo no serlo: todos los que abrazan causas de ese tipo, los que anhelan conocer todo sobre determinados temas, no tienen más remedio que ser tercos, pertinaces a la hora de buscar hasta el más recóndito ejemplar de lo que les interesa.
A Calderón Sánchez lo conocí, creo, hace poco más de veinte años. Durante cierto tiempo él hizo amistad, supongo que estrecha, con Gilberto Prado Galán. Recuerdo que nos acompañaba a las reuniones literarias y siempre me pareció inquisitivo, perspicaz, hábil para la polémica. No hablaba mucho de lo suyo, sino de cine y literatura, dos artes que también le placen y conoce. Por aquellos años me dio algunos artículos sobre rock y yo los publiqué con gusto en la tolvanera, suplemento cultural de la revista brecha. Luego lo perdí la vista. Me lo topaba por aquí y por allá, no mucho, pero siempre, por referencias de amigos comunes (Pepe Ramírez, Carlos Velázquez), me enteraba de que Adolfo andaba por allí, con sus clases universitarias y su vocación fanática por el rock de todos los colores y sabores.
Por ello, no me parece nada inoportuno que lo hayan convidado al Festival de Rock Coahuila 2010. Al contrario, creo que debemos abrirle cancha más seguido a quienes, como él, han dedicado la vida a una tarea específica hasta especializarse en ella. Según el boletín que lo promociona, “La conferencia de Adolfo Calderón (Rock español: el estado de la cuestión) abordará el momento actual del rock en la Iberia española; como tomar una fotografía desde el Meteosat que nos permita percibir qué sucede en el ámbito rockero de España. Grupos relevantes, solistas, conciertos, festivales, grabaciones, la forma en que la Gran Araña ha impactado al movimiento de rock y la actuación de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)”.
Calderón Sánchez es sociólogo y maestro de la Universidad Juárez del Estado de Durango desde 1979. Con el tema del rock ha colaborado en periódicos y revistas regionales y fue conductor del programa Rock en el ozono de Radio Torreón. Solo, al margen de cualquier apoyo institucional, ha configurado una discoteca/videoteca sobre rock que es sin duda uno de los acervos más importantes del país. La conferencia se celebrará hoy a las ocho de la noche en la nueva sede del Taller de grabado El Chanate, en Matamoros 539 oriente. Allí estaré, gustoso de escuchar a la enciclopedia Calderón.
Cuando pienso en rock, en conocimiento casi absoluto de rock en La Laguna, no tengo mejor modelo que Adolfo Calderón Sánchez. Este cuate sí que lo sabe todo, pues todo lo ha conseguido, catalogado, oído, estudiado y archivado. Es una enciclopedia humana de rock. Su trabajo le ha costado, pues él sólo ha sabido trabajar como maestro universitario durante muchos años para, con ello, mantener a su familia y luego darse el lujo de administrar una discoteca/videoteca/biblioteca de dimensiones más o menos apabullantes. De hecho, y él lo reconoce así, es un obseso. Cómo no serlo: todos los que abrazan causas de ese tipo, los que anhelan conocer todo sobre determinados temas, no tienen más remedio que ser tercos, pertinaces a la hora de buscar hasta el más recóndito ejemplar de lo que les interesa.
A Calderón Sánchez lo conocí, creo, hace poco más de veinte años. Durante cierto tiempo él hizo amistad, supongo que estrecha, con Gilberto Prado Galán. Recuerdo que nos acompañaba a las reuniones literarias y siempre me pareció inquisitivo, perspicaz, hábil para la polémica. No hablaba mucho de lo suyo, sino de cine y literatura, dos artes que también le placen y conoce. Por aquellos años me dio algunos artículos sobre rock y yo los publiqué con gusto en la tolvanera, suplemento cultural de la revista brecha. Luego lo perdí la vista. Me lo topaba por aquí y por allá, no mucho, pero siempre, por referencias de amigos comunes (Pepe Ramírez, Carlos Velázquez), me enteraba de que Adolfo andaba por allí, con sus clases universitarias y su vocación fanática por el rock de todos los colores y sabores.
Por ello, no me parece nada inoportuno que lo hayan convidado al Festival de Rock Coahuila 2010. Al contrario, creo que debemos abrirle cancha más seguido a quienes, como él, han dedicado la vida a una tarea específica hasta especializarse en ella. Según el boletín que lo promociona, “La conferencia de Adolfo Calderón (Rock español: el estado de la cuestión) abordará el momento actual del rock en la Iberia española; como tomar una fotografía desde el Meteosat que nos permita percibir qué sucede en el ámbito rockero de España. Grupos relevantes, solistas, conciertos, festivales, grabaciones, la forma en que la Gran Araña ha impactado al movimiento de rock y la actuación de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE)”.
Calderón Sánchez es sociólogo y maestro de la Universidad Juárez del Estado de Durango desde 1979. Con el tema del rock ha colaborado en periódicos y revistas regionales y fue conductor del programa Rock en el ozono de Radio Torreón. Solo, al margen de cualquier apoyo institucional, ha configurado una discoteca/videoteca sobre rock que es sin duda uno de los acervos más importantes del país. La conferencia se celebrará hoy a las ocho de la noche en la nueva sede del Taller de grabado El Chanate, en Matamoros 539 oriente. Allí estaré, gustoso de escuchar a la enciclopedia Calderón.