Hace quince años, el escritor argentino Fabián Vique
sentó la primera piedra de un proyecto llamado Macedonia Ediciones. Lo hizo en
su ciudad natal, llamada Morón, en la zona del llamado conurbano bonaerense. Su
idea central era abrir cancha, sobre todo, a la microficción, género que, como
el cuento y la poesía, tenía y sigue teniendo una presencia marginal en los sellos
editoriales más poderosos. A los libros con relatos brevísimos, Macedonia
añadió títulos de poesía y un poco, también, de ensayo, novela y cuentos más
convencionales. En su nómina autoral destacan escritores de Argentina, pero
también los hay chilenos y peruanos.
Macedonia ha sido pues un enclave de la microficción en
Sudamérica, y su trabajo ha hecho pinza con otros emprendimientos importantes
como el de Micrópolis (Perú), Brevilla y Letras de Chile (Chile) y Ficticia
(México). Se puede decir, por ello, que si en nuestro espacio geográfico y
lingüístico el cuento súbito se ha desarrollado en los recientes años, esto se
debe a la labor callada y tenaz de editores con innegable vocación por una
forma de escritura cada vez más frecuentada por escritores y lectores.
El trabajo de Vique se vio enriquecido por la
colaboración de José Luis Bulacio, también escritor y editor. Ambos han configurado
un catálogo nutrido de títulos que son evidencia de lo creativo y resistente
que puede ser el deseo de difundir, a terca contracorriente, literatura al
margen de los reflectores.
En la presentación de su web, los macedónicos observan: “Somos
un sello independiente creado en el año 2008, en Morón, Provincia de Buenos
Aires, Argentina. Nuestra materia central es la Literatura.
Nos deleita especialmente lo breve, aquello que en
pocas palabras puede dar aquel cross
a la mandíbula del que hablaba Roberto Arlt, o esa visión del mundo que proponía desde la alcantarilla Alejandra
Pizarnik. Pero también hemos hecho espacio a otras especies como la novela, la
crónica, al análisis del discurso, la Historia, el ensayo y la literatura
infantil.
Integran nuestro catálogo autores contemporáneos que
se caracterizan por sus propuestas creativas, innovadoras, arriesgadas y
bellas. Voces jóvenes sobre todo, no por la contingencia de la edad, sino por
la frescura de su obra.
Nuestro nombre se debe, precisamente, al más joven de
los “viejos”, Macedonio Fernández, autor de obras imprescindibles como el Museo de la Novela de la Eterna y Papeles de Recienvenido.
Participamos de congresos, ferias y encuentros
nacionales e internacionales dedicados a las Letras, además de colaborar con
publicaciones y programas radiales orientados a lo literario. Nuestra
aspiración es seguir creciendo, dando a conocer a talentosos autores de todos
los rincones del país y de Hispanoamérica en su conjunto. Conducimos este
colectivo incontable José Luis Bulacio, Lara Tonco y Fabián Vique.
Compartimos la felicidad de ser parte de los libros y
los universos que los libros son”.
Felices quince años para Macedonia, y a festejar con ellos in situ.