Es
relativamente fácil distinguir diferencias en el vocabulario del español
hablado y escrito en las distintas regiones del mundo hispánico, y la
comunicación actual nos muestra esos matices evidentes mediante películas y
canciones, entre muchos otros productos. Más difícil es percibir cambios que
están más allá del léxico, de la palabra aislada, en frases que alcanzan
distintos grados de fijación y se convierten en formulaciones que aparecen y
reaparecen en el habla cotidiana y la escritura informal. Al respecto he
tratado de parar la oreja para detectar algunas locuciones que a mi parecer
tienen un frecuente uso local, aunque por supuesto no descarto que también puedan
aparecer en el habla de otros países.
La
idea de detectar estas locuciones me nació hace algunos años, cuando un grupo
de amigos argentinos me pidió que le explicara el significado de la expresión
“ni modo”. Pensé, claro, que para los mexicanos es obvia, y me asombró no
haber reparado en lo vago que podía resultar su inteligencia en un ámbito de
comunicación distinto al nuestro.
Traigo
pues, aquí, una sarta de expresiones recurrentes en nuestra habla. Insisto que
no son palabras, sino frases, locuciones adverbiales, verbales o nominales. Por
limitación de espacio e incompetencia personal no agoto la descripción ni los
usos de cada una. Casi me limito pues a enumerarlas, bordear su significado y dar
un ejemplo de cada una.
A poco.
Generalmente aparece como introducción de una duda dentro de una pregunta. “¿A
poco no te gustó la sopa que preparé?”
Al ahi se va.
Modifica sobre todo al verbo “hacer” cuando algo fue elaborado o ejecutado desprolijamente:
“Todo lo hace al ahi se va” (es importante observar que el adverbio “ahí” se
pronuncia sin acento: “ahi”).
Así como así.
Expresa espontaneidad, que algo se hace sin tomar demasiados previsiones o recaudos.
“Entró a la fiesta sin invitación, así como así”.
De a tiro.
Locución que intensifica ciertas afirmaciones, que las lleva al extremo de su
significado: “Es de a tiro pobre”.
Hacer de pedo.
Desafiar, reclamar, provocar por rechazo a alguien o a algo. “Llegó y la hizo
de pedo porque no estaba lista su comida”.
Hecho la mocha.
Rápida, veloz, diligentemente. “Salió hacia su casa hecho la mocha”.
Luego luego.
Inmediatamente, sin solución de continuidad. “Llegó a la oficina y luego luego
se puso a trabajar”.
Mero mero.
La persona más destacada de un conjunto: “Es el mero mero de toda la oficina”.
Mira mira.
Locución útil para mostrar escepticismo o criticar con cierta burla. “Mira
mira, te crees muy culto”.
Muy muy.
Ironiza sobre alguien presuntuoso. “Se cree muy muy, el que se viste mejor”.
Ni a cuál irle.
Pone en entredicho la falta de un buen elemento entre varias opciones. “Ninguno
de los jugadores es bueno, no hay ni a cuál irle”.
Ni modo.
Frase de resignación ante cualquier tropiezo, adversidad o fatalidad. “Ni modo,
se descompuso mi computadora”.
No le aunque.
Expresión adversativa para marcar terquedad en un deseo o propósito. “Le pediré
que sea mi novia, no le aunque me diga que no”.
No que no.
Introduce una duda irónica en ciertas preguntas. “¿No que no te gustaban los
camarones?” Hay otra parecida que enfatiza una afirmación “Iré a la fiesta, sí
que sí”.
Por si las moscas.
Marca una precaución, que un acto se realiza para evitar un contratiempo o
desaguisado: “Compré otro neumático por si las moscas”.
Qué esperanzas.
Exclamación que expresa expectativas nulas o bajas respecto de un propósito o
deseo. “No terminará su carrera, ¡qué esperanzas!”
Qué le hace.
Frase que mitiga o anula el peso, la importancia o el valor de una situación.
“Qué le hace que no tengas dinero, vámonos de viaje”.
Quién quita.
Locución que añade duda sobre el posible fracaso de una acción: “Vamos a reparar
la silla aunque no tengamos herramienta, quién quita y quede bien”.
Tal por cual.
Descalificación eufemística. “Nadie le presta dinero, todos sabemos que es un
tal por cual”.
Va que va. Afirmación. “Me pidieron que ayudara y va que va, acepté”.