jueves, diciembre 25, 2014

Cuatro angustias




















Grabado originalmente, según internet, por la sonora Matancera en 1951, el bolero “Angustia” es de esas piezas que, como “Flores negras” y “Total”, por mencionar sólo dos más, suenan bien cantadas casi por cualquier voz. Es una exageración, por supuesto, pero no creo andar muy descaminado al afirmar que su sencillez y diáfana belleza permiten interpretaciones inolvidables, clásicas. De la autoría de Orlando Brito, “Angustia” es una letra de impecable economía:

Angustia de no tenerte a ti
tormento de no tener tu amor
angustia de no besarte más
nostalgia de no escuchar tu voz.

Nunca podré olvidar
nuestras noches junto al mar.
Contigo se fue toda la ilusión
la angustia llenó mi corazón.

Estas dos estrofitas han servido para que muchos cantantes se luzcan y nos regalen con (esta frase, “nos regalen con”, es de la época de oro del bolero) interpretaciones mayúsculas. La primera es, claro, la de Bienvenido Granda, el Bigote que Canta, con la Matancera, agrupación con la que impuso las marcas congaleras y definitivas para cantar esta pieza, el aroma melancólico que trasuda. Las trompetas con sordina serán el sello que la hará mágica.
Muy distinta es la versión de Los Panchos. Parecía imposible sacarla bien sin los alientos, pero a guitarras, requinto, maracas y bongó logran una versión perfecta. Me gusta la forma de rumor con la que atacan el inicio de la segunda estrofa (“Nunca podré olvidar…).
Quizá la interpretación que más me gusta es la de Javier Solís. Para mí es difícil considerar que alguien pueda ubicarse por encima de este monstruo. Aquí se recupera la sordina y está el toque de potencia y terciopelo que tenía la voz, la perfecta voz, de Gabriel Siria Levario, el más grande.
Por último, la versión más moderna, orquestada, de Nelson Ned, no exenta del tenue portuñol (“nostal-gía”) que le añade una diferencia exquisita.