Grabado originalmente, según internet, por la Sonora Matancera en 1951, el bolero “Angustia” es de esas piezas que, como “Flores
negras” y “Total”, por mencionar sólo dos más, suenan bien cantadas casi por
cualquier voz. Es una exageración, por supuesto, pero no creo andar muy
descaminado al afirmar que su sencillez y diáfana belleza permiten
interpretaciones inolvidables, clásicas. De la autoría de Orlando Brito,
“Angustia” es una letra de impecable economía:
Angustia de no tenerte
a ti
tormento de no tener tu amor
angustia de no besarte más
nostalgia de no escuchar tu voz.
tormento de no tener tu amor
angustia de no besarte más
nostalgia de no escuchar tu voz.
Nunca podré olvidar
nuestras noches junto al mar.
Contigo se fue toda la ilusión
la angustia llenó mi corazón.
nuestras noches junto al mar.
Contigo se fue toda la ilusión
la angustia llenó mi corazón.
Estas dos estrofitas han servido para que muchos cantantes
se luzcan y nos regalen con (esta frase, “nos regalen con”, es de la época de
oro del bolero) interpretaciones mayúsculas. La primera versión es, claro, de Bienvenido Granda, el
Bigote que Canta, con la Matancera, agrupación junto a la cual impuso los rasgos congaleros y
definitivas para cantar esta pieza, el aroma melancólico que trasuda. Las
trompetas con sordina serán el sello que la tornarán mágica.
Muy distinta es la propuesta de Los Panchos. Parecía
imposible sacarla bien sin los alientos, pero a guitarras, requinto, maracas y bongó logran una
versión perfecta. Me gusta la forma de rumor con la que atacan el inicio de la
segunda estrofa (“Nunca podré olvidar…).
Quizá la interpretación que más me gusta es la de Javier Solís. Para mí es
difícil considerar que alguien pueda ubicarse por encima de este monstruo. Aquí
se recupera la sordina y está el toque de potencia y terciopelo que tenía la
voz, la perfecta voz, de Gabriel Siria Levario, el más grande.