Renata Chapa, la dueña de mis cuentas bancarias en Suiza, escribe una página dominical para El Diario de Chihuahua. Hace unos meses, a propósito del libro El nudo del silencio (Océano, 2006), estudio sobre Juana Baraza, La Mataviejitas, Chapa estableció contacto con el autor de la obra, el criminólogo Martín Gabriel Barrón. Luego de ese primer acercamiento, el diálogo profesional entre Chapa y Barrón Cruz continúa con importantes lecciones del investigador y docente del Instituto Nacional de Ciencias Penales.
Hace unos días la correspondencia con el maestro Barrón Cruz se incrementó a propósito del caso relacionado con el presunto poeta-caníbal de la colonia Guerrero. Sobre el tema, el especialista le recomendó visitar un trabajo que tiene él publicado en la web del Inacipe, en esta dirección: http://www.inacipe.gob.mx. Lo vi y lo recomiendo ampliamente, pues se trata de una aproximación autorizada, científica, al asesinato en serie. He aquí un fragmento de lo mucho que ofrece:
“En los últimos días la Ciudad de México se sacudió ante la noticia de que un hombre había matado a su pareja sentimental. La nota quizá no tendría nada de extraordinario, ante los eventos de violencia que se viven; sin embargo, lo llamativo del tema es que además de privarla de la vida había realizado actos de antropofagia. Éstos consistieron en que el individuo cortó parte del brazo y pierna derecha de la víctima; el primero lo cortó con un cutter por la línea media del codo hasta la mano y extrajo el hueso (radio y cubito) y la carne del mismo. Posteriormente, lo puso en un sartén y lo frió para proceder a comérselo. (…)
La idea básica de elaborar un perfil es conseguir un cuerpo de datos o patrones comunes con los cuales se pueda establecer una descripción general del individuo que cometió la conducta delictiva, en términos de hábitos personales, empleo posible, estado civil y rasgos de la personalidad. Contrario a la creencia popular, no es necesario que el delincuente sea un criminal serial. El perfil se puede hacer de una sola escena del delito, en razón de que el 70-75% de homicidios es circunstancial, por lo cual se puede desarrollar una manera de perfilar sin referencia a la reiteración de los patrones. (…)
La teoría de Hare indica que la psicopatía surge de una compleja y poco entendida interacción entre diferentes factores biológicos y fuerzas sociales. Esta interacción está basada en la evidencia de que los factores genéticos contribuyen al desarrollo biológico del cerebro y también a su funcionamiento. Es decir, para este autor los psicópatas no son el resultado de una mala educación por parte de los padres o de experiencias traumáticas en la infancia, creo que estas juegan un papel importante en el desarrollo de una serie de disposiciones naturales clave. Los factores sociales y la actuación de los padres influyen en la forma en que el trastorno se desarrolla y se expresa en forma de comportamiento; así el individuo con rasgos psicópatas que crece en una familia estable y tiene acceso a fuentes sociales y educacionales positivas puede convertirse en un estafador o en un criminal de cuello blanco o quizá en un político o profesional tenebroso…”
Hace unos días la correspondencia con el maestro Barrón Cruz se incrementó a propósito del caso relacionado con el presunto poeta-caníbal de la colonia Guerrero. Sobre el tema, el especialista le recomendó visitar un trabajo que tiene él publicado en la web del Inacipe, en esta dirección: http://www.inacipe.gob.mx. Lo vi y lo recomiendo ampliamente, pues se trata de una aproximación autorizada, científica, al asesinato en serie. He aquí un fragmento de lo mucho que ofrece:
“En los últimos días la Ciudad de México se sacudió ante la noticia de que un hombre había matado a su pareja sentimental. La nota quizá no tendría nada de extraordinario, ante los eventos de violencia que se viven; sin embargo, lo llamativo del tema es que además de privarla de la vida había realizado actos de antropofagia. Éstos consistieron en que el individuo cortó parte del brazo y pierna derecha de la víctima; el primero lo cortó con un cutter por la línea media del codo hasta la mano y extrajo el hueso (radio y cubito) y la carne del mismo. Posteriormente, lo puso en un sartén y lo frió para proceder a comérselo. (…)
La idea básica de elaborar un perfil es conseguir un cuerpo de datos o patrones comunes con los cuales se pueda establecer una descripción general del individuo que cometió la conducta delictiva, en términos de hábitos personales, empleo posible, estado civil y rasgos de la personalidad. Contrario a la creencia popular, no es necesario que el delincuente sea un criminal serial. El perfil se puede hacer de una sola escena del delito, en razón de que el 70-75% de homicidios es circunstancial, por lo cual se puede desarrollar una manera de perfilar sin referencia a la reiteración de los patrones. (…)
La teoría de Hare indica que la psicopatía surge de una compleja y poco entendida interacción entre diferentes factores biológicos y fuerzas sociales. Esta interacción está basada en la evidencia de que los factores genéticos contribuyen al desarrollo biológico del cerebro y también a su funcionamiento. Es decir, para este autor los psicópatas no son el resultado de una mala educación por parte de los padres o de experiencias traumáticas en la infancia, creo que estas juegan un papel importante en el desarrollo de una serie de disposiciones naturales clave. Los factores sociales y la actuación de los padres influyen en la forma en que el trastorno se desarrolla y se expresa en forma de comportamiento; así el individuo con rasgos psicópatas que crece en una familia estable y tiene acceso a fuentes sociales y educacionales positivas puede convertirse en un estafador o en un criminal de cuello blanco o quizá en un político o profesional tenebroso…”