Junto
a Daniel Herrera y Julián Herbert, este viernes a las siete de la tarde
presentaré Norte, una antología,
libro organizado por Eduardo Antonio Parra y publicado este año por editorial
Era. Como lo advierte su título, Norte
es una compilación en este caso de cuentos escritos, todos, por narradores
oriundos de esa tremenda zona de México que abarca más o menos desde Durango y
Sinaloa hasta la frontera con Estados Unidos.
La
voluminosa compilación suma 49 autores, y arranca con los ateneístas Guzmán,
Reyes y Torri, es decir, con escritores que comenzaron su producción literaria
hace casi exactamente un siglo. La selección pasa luego a autores de la
revolución como Campobello y Muñoz, y así, poco a poco (Revueltas, Valadés,
Gardea, Campbell, Ramírez Heredia, Solares, Montemayor, Rascón Banda, López
Cuadras, Sada…) llegamos a escritores nacidos en los sesenta y por ello todavía
activos como Toscana, Crosthwite y Rivera Garza, entre otros. En términos de
edad, la lista de convocados por Eduardo Antonio Parra llega hasta la década de
los setenta con, también entre otros, JJ Rodríguez, Herbert, Pérez Rembao,
Pesina, Blum, Lomelí, Ramos Revillas, Vicente Alfonso y Boone.
La
Laguna cuenta con dos autores en esta nómina de cuentos: Vicente Alfonso, de
Torreón, y Salvador Castañeda, de Matamoros. Nuestro estado tiene a seis (si
contamos a los dos anteriores): Torri, Magolo Cárdenas, Herbert —quien nació en
Guerrero, pero ha radicado casi toda su vida en Coahuila— y Boone. El estado
con mayor número de presencias es Nuevo León, con doce, y lo sigue Chihuahua,
con ocho. Estos criterios numéricos, por supuesto, sólo sirven para la
curiosidad, casi como los “numeritos finales” en un partido de beisbol.
El
contenido, no podía ser de otra manera dados los nombres ya citados, es muy
atractivo. No es posible esperar unidad temática y menos de estilo, pese a que
tendamos a pensar que por ser “norteños” algo habrá de común denominador. Al
menos yo no creo que esto sea posible, es decir, encontrar en este conglomerado
tan grande de escritores ciertos rasgos que los unifiquen más allá de que hayan
nacido en el norte y se dediquen a la literatura. Lo importante en todo caso, y
he aquí lo que debemos agradecer a Parra y a Era, es ver arracimados tantos
buenos cuentos en este libro probatorio de una fortaleza: la del cuento en el
norte mexicano. Los espero en Gandhi Torreón.