Firmado por José Manuel Martínez y publicado el 26 de marzo pasado, CNNExpansión dio a conocer un estudio de Banamex sobre crecimiento económico en México. La nota me la envió Heriberto Ramos Hernández, a quien siempre le agradezco su colaboración en este espacio. Los números inquietan sobre todo en el caso de Durango, entidad que en 2007 apenas tuvo un ridículo crecimiento del 0.8%, porcentaje que coloca al estado alacranero en el último peldaño de esa lista. Hay que decir, de entrada, que el promedio nacional fue de 3.2%, lo que hace aún más alarmante el diminuto crecimiento que acusa el estado que hoy gobierna Ismael Hernández Deras.
Una vez más, como es tradicional sobre todo en los reinos de la demagogia institucionalizada, los discursos no embonan con la realidad. Es bien conocido el rezago padecido por Durango, su histórico alejamiento del progreso y su atávica vocación caciquil. Dos ciudades que no son ni mínimamente importantes en el ranking nacional, Gómez Palacio y Durango, son las únicas avanzadas del estado, así que ya podemos darnos una idea sobre la depauperada ruralidad de los demás municipios. Eso coincide, entonces, con los indicadores sobre desarrollo dados a conocer por CNNExpansión: Durango no fue capaz de estar encima de entidades que siempre y lastimosamente han padecido la mayor pobreza del país, como Oaxaca, situada en 2007 en el lugar 31 (es obvio que de 32) con 1.1%.
Algo grave está pasando en las instancias encargadas del fomento económico en Durango, pues no es explicable que un estado con tantos recursos crezca casi siete puntos porcentuales menos que otros como Quintana Roo (8.4%) y Baja California Sur (7.2%), los dos mejor ubicados en la tabla que registra datos de 2007. “Destaca el crecimiento de las entidades con gran vocación turística de playa. Tanto Quintana Roo como Baja California Sur dan muestras de gran dinamismo sustentado en la prestación de servicios turísticos, principalmente para el turismo de alto ingreso”, dice el estudio citado por el reportero de CNNExpansión. Y agrega que “Entre los estados que crecieron por arriba de la media nacional destacan Querétaro [con] 5.1% y Aguascalientes (5.2%) gracias a la diversificación de sus economías, lo que redujo el impacto de una desaceleración del sector manufacturero”.
Sea por las razones que sean, lo cierto es que resulta muy poco honroso ocupar el peldaño 32 en listas que dan cuenta del avance económico por entidad. ¿Qué no se supone que en el norte nos caracterizamos por avanzar más aprisa que en el sur? ¿Qué nuestros gobiernos (como el de Durango) no blasonan de progreso en todos los rubros? Parece que no hay tal, y por ello, como bien me lo comenta Heriberto en su oportuna carta, “en los círculos financieros nacionales a Durango se le llama socarronamente ‘El Chiapas del Norte’; su PIB per capita es de aproximadamente 5,000 dólares, y pueblos enteros ya son fantasmas sin hombres, pues estos se han ido a EUA”. El PIB per capita promedio nacional es de 8,455 dólares, añade, “o sea que Durango está atrasado y para acabarla de amolar crece muy poco”.
Uno se puede formar una idea clara del desastre si observamos que, en dólares, el PIB per capita en 2007 de los diez estados más ricos es el siguiente: DF, 20,049; Nuevo León, 15,170; Campeche, 13,570; Quintana Roo, 12,308; Chihuahua, 12,308; Coahuila, 11,963; Aguascalientes, 10,816; Baja California Sur, 10,735; Sonora, 10,534; Baja California, 10,129.
En Durango no hay ni un milímetro cuadrado más para la demagogia. La política ficción, allí, vale menos que un cuento de vaqueros filmado en locaciones, precisamente, durangueñas.
Una vez más, como es tradicional sobre todo en los reinos de la demagogia institucionalizada, los discursos no embonan con la realidad. Es bien conocido el rezago padecido por Durango, su histórico alejamiento del progreso y su atávica vocación caciquil. Dos ciudades que no son ni mínimamente importantes en el ranking nacional, Gómez Palacio y Durango, son las únicas avanzadas del estado, así que ya podemos darnos una idea sobre la depauperada ruralidad de los demás municipios. Eso coincide, entonces, con los indicadores sobre desarrollo dados a conocer por CNNExpansión: Durango no fue capaz de estar encima de entidades que siempre y lastimosamente han padecido la mayor pobreza del país, como Oaxaca, situada en 2007 en el lugar 31 (es obvio que de 32) con 1.1%.
Algo grave está pasando en las instancias encargadas del fomento económico en Durango, pues no es explicable que un estado con tantos recursos crezca casi siete puntos porcentuales menos que otros como Quintana Roo (8.4%) y Baja California Sur (7.2%), los dos mejor ubicados en la tabla que registra datos de 2007. “Destaca el crecimiento de las entidades con gran vocación turística de playa. Tanto Quintana Roo como Baja California Sur dan muestras de gran dinamismo sustentado en la prestación de servicios turísticos, principalmente para el turismo de alto ingreso”, dice el estudio citado por el reportero de CNNExpansión. Y agrega que “Entre los estados que crecieron por arriba de la media nacional destacan Querétaro [con] 5.1% y Aguascalientes (5.2%) gracias a la diversificación de sus economías, lo que redujo el impacto de una desaceleración del sector manufacturero”.
Sea por las razones que sean, lo cierto es que resulta muy poco honroso ocupar el peldaño 32 en listas que dan cuenta del avance económico por entidad. ¿Qué no se supone que en el norte nos caracterizamos por avanzar más aprisa que en el sur? ¿Qué nuestros gobiernos (como el de Durango) no blasonan de progreso en todos los rubros? Parece que no hay tal, y por ello, como bien me lo comenta Heriberto en su oportuna carta, “en los círculos financieros nacionales a Durango se le llama socarronamente ‘El Chiapas del Norte’; su PIB per capita es de aproximadamente 5,000 dólares, y pueblos enteros ya son fantasmas sin hombres, pues estos se han ido a EUA”. El PIB per capita promedio nacional es de 8,455 dólares, añade, “o sea que Durango está atrasado y para acabarla de amolar crece muy poco”.
Uno se puede formar una idea clara del desastre si observamos que, en dólares, el PIB per capita en 2007 de los diez estados más ricos es el siguiente: DF, 20,049; Nuevo León, 15,170; Campeche, 13,570; Quintana Roo, 12,308; Chihuahua, 12,308; Coahuila, 11,963; Aguascalientes, 10,816; Baja California Sur, 10,735; Sonora, 10,534; Baja California, 10,129.
En Durango no hay ni un milímetro cuadrado más para la demagogia. La política ficción, allí, vale menos que un cuento de vaqueros filmado en locaciones, precisamente, durangueñas.