Terminaron el viernes las Primeras Jornadas Universitarias sobre Microrrelato. El encuentro convocó a estudiosos y creadores provenientes de España, Suiza, México, Estados Unidos y Argentina, y tuve la suerte de participar como crítico y creador. Las palabras de clausura expresadas por el doctor David Lagmanovich, presidente honorario de las Jornadas, me llevan a pensar en la obligación que tiene toda universidad de innovar, de abrir espacios a lo naciente, como ocurre en este caso con los estudios literarios sobre las formas más breves de la prosa. Reproduzco parte del mensaje de despedida del doctor Lagmanovich y apunto desde ahora que en 2008 se celebrará el quinto congreso internacional de narrativa, esto en Neuquén, en la provincia de Comahue, en la Patagonia Argentina:
“… Éste es el contexto más amplio dentro del cual se insertan las primeras Jornadas Universitarias sobre Minificción que están llegando a su término en estos momentos. La Universidad Nacional de Tucumán es la primera casa de altos estudios del país que marca un camino para el estudio, la creación y la difusión de esta importante forma literaria contemporánea, la minificción o microrrelato. A pesar de diversas dificultades encontradas en el camino hacia la concreción de esta idea —problemas no ajenos a otras universidades argentinas—, hemos conseguido convocar a importantes especialistas del país y del exterior, mantener un clima de cordialidad y la alegría del trabajo compartido, e insertarnos en una serie de actividades académicas que antes parecían reservadas a otras instituciones. Además, la presencia de muchas figuras estudiantiles y juveniles, en el público y en el escenario, ratifican nuestro legítimo interés por el género, por su creación y por su difusión.
Lo que se ha conseguido en estos tres intensos días se debe a todos ustedes: a los lectores de conferencias plenarias y de ponencias, a los participantes en las mesas de lectura de microrrelatos por sus autores, a quienes trajeron sus libros, a los integrantes de un público atento y cálido, a los residentes de Tucumán y otras provincias del Noroeste que dejaron sus ocupaciones habituales para acompañarnos, y a los que llegaron a Tucumán desde la Patagonia, desde otras provincias argentinas, desde la Capital Federal, desde España, Suiza, México, Estados Unidos... Esa plural participación nos enorgullece, porque es testimonio de confianza en la seriedad de nuestras iniciativas y en la integridad de nuestra vida profesional.
Pero, no por enunciarlo al final de estas palabras, deja de ser fundamental el agradecimiento que debemos a la cadena de personas cuya comprensión y trabajo permitieron la realización de estas Jornadas. Ante todo, la señora decana de la Facultad de Filosofía y Letras, doctora Elena Rojas Mayer; la secretaria de posgrado de la Facultad, doctora Nilda Flawiá de Fernández, presidenta; la profesora Liliana Massara, vicepresidenta; la doctora Estela Asís de Rojo, miembro del gabinete rectoral; la licenciada Silvia Israilev, secretaria de las Jornadas, y las demás personas que colaboraron desde sus lugares de trabajo en la Facultad de Filosofía y Letras y en este centro cultural. Y también hay un especial agradecimiento para el Secretario de Extensión Universitaria de la UNT, psicólogo Manuel Andújar, de quien depende el Centro Cultural Virla en que nos encontramos, por haberse adherido a la iniciativa y permitido de esa manera el uso de estas instalaciones. Ésas son las personas que más merecen nuestro reconocimiento y nuestro aplauso.
Las despedidas son tristes, pero no cuando existe satisfacción por la tarea cumplida y buenas perspectivas de seguir en la brecha. Por todo ello, con alegría por lo realizado y esperanzas en cuanto a lo que falta por hacer, y también con el deseo de que sigamos siendo amigos para proseguir la tarea, en mi carácter de Presidente Honorario con que se me ha honrado, declaro clausuradas las primeras Jornadas Universitarias sobre Minificción”.
“… Éste es el contexto más amplio dentro del cual se insertan las primeras Jornadas Universitarias sobre Minificción que están llegando a su término en estos momentos. La Universidad Nacional de Tucumán es la primera casa de altos estudios del país que marca un camino para el estudio, la creación y la difusión de esta importante forma literaria contemporánea, la minificción o microrrelato. A pesar de diversas dificultades encontradas en el camino hacia la concreción de esta idea —problemas no ajenos a otras universidades argentinas—, hemos conseguido convocar a importantes especialistas del país y del exterior, mantener un clima de cordialidad y la alegría del trabajo compartido, e insertarnos en una serie de actividades académicas que antes parecían reservadas a otras instituciones. Además, la presencia de muchas figuras estudiantiles y juveniles, en el público y en el escenario, ratifican nuestro legítimo interés por el género, por su creación y por su difusión.
Lo que se ha conseguido en estos tres intensos días se debe a todos ustedes: a los lectores de conferencias plenarias y de ponencias, a los participantes en las mesas de lectura de microrrelatos por sus autores, a quienes trajeron sus libros, a los integrantes de un público atento y cálido, a los residentes de Tucumán y otras provincias del Noroeste que dejaron sus ocupaciones habituales para acompañarnos, y a los que llegaron a Tucumán desde la Patagonia, desde otras provincias argentinas, desde la Capital Federal, desde España, Suiza, México, Estados Unidos... Esa plural participación nos enorgullece, porque es testimonio de confianza en la seriedad de nuestras iniciativas y en la integridad de nuestra vida profesional.
Pero, no por enunciarlo al final de estas palabras, deja de ser fundamental el agradecimiento que debemos a la cadena de personas cuya comprensión y trabajo permitieron la realización de estas Jornadas. Ante todo, la señora decana de la Facultad de Filosofía y Letras, doctora Elena Rojas Mayer; la secretaria de posgrado de la Facultad, doctora Nilda Flawiá de Fernández, presidenta; la profesora Liliana Massara, vicepresidenta; la doctora Estela Asís de Rojo, miembro del gabinete rectoral; la licenciada Silvia Israilev, secretaria de las Jornadas, y las demás personas que colaboraron desde sus lugares de trabajo en la Facultad de Filosofía y Letras y en este centro cultural. Y también hay un especial agradecimiento para el Secretario de Extensión Universitaria de la UNT, psicólogo Manuel Andújar, de quien depende el Centro Cultural Virla en que nos encontramos, por haberse adherido a la iniciativa y permitido de esa manera el uso de estas instalaciones. Ésas son las personas que más merecen nuestro reconocimiento y nuestro aplauso.
Las despedidas son tristes, pero no cuando existe satisfacción por la tarea cumplida y buenas perspectivas de seguir en la brecha. Por todo ello, con alegría por lo realizado y esperanzas en cuanto a lo que falta por hacer, y también con el deseo de que sigamos siendo amigos para proseguir la tarea, en mi carácter de Presidente Honorario con que se me ha honrado, declaro clausuradas las primeras Jornadas Universitarias sobre Minificción”.