Hacerlo no es tan mecánico y por esto mismo tampoco es
fácil, pero una situación crítica —triste, traumática, desoladora— creada por
la realidad puede ser el remate de un cuento, algo así como un punto de partida
al revés. Explico. En una entrevista con Eduardo Aliverti, el escritor Abelardo
Castillo reveló que la confección de su cuento “La madre de Ernesto” partió del
diálogo con un amigo que le compartió una anécdota cuyo final es inquietante.
Y dijo más: “Lo que llamamos ‘final del cuento’, es el
cuento”, y ejemplificó con “La madre de Ernesto” y la conversación en la que su
amigo le describió el gesto de la prostituta en la que irrumpe el instinto de
madre cuando aparecen los amigos de su hijo. Lo que siguió para Castillo, como
cuentista, fue diseñar el dispositivo argumental para llegar a tal cierre: la
reacción final de la madre.
“La madre de Ernesto” (cuento incluido en el libro Las otras puertas, 1962) relata la decisión
de tres jóvenes (Julio, Aníbal y el personaje-narrador) por acceder al lecho de
una prostituta. Así planteado, eso no supone nada extraordinario. Lo peculiar radica
en que la mujer es madre de Ernesto, uno de sus amigos. A Ernesto ya casi no lo
ven, pues ha cambiado de aires y ahora vive en otro pueblito de provincia.
Escribe Castillo: “era una idea extraña,
turbadora: sucia”. Durante la narración, los jóvenes debaten si está bien o
está mal lo que desean hacer, y este conflicto moral es resuelto a favor de la
relación con la prostituta: “Daba un poco de miedo decirlo, pero, en secreto,
ayudábamos a Julio para que nos convenciera; porque lo equívoco, lo
inconfesable, lo monstruosamente atractivo de todo eso, era, tal vez, que se
trataba de la madre de uno de nosotros”.
De alguna manera, el narrador, de quien no sabemos su
nombre, anticipa el cierre a mediados de la historia: “Lo
peor era que ella nos conocía a nosotros, y que nos iba a mirar. Sí. No sé por
qué, pero yo estaba convencido de una cosa: cuando ella nos mirase iba a pasar
algo”.
Los detalles acumulados antes del remate, las dudas y las certezas machistas abrazadas por los tres jóvenes, léase el ocultamiento de sus miedos, preparan un final que no prevén. “La madre de Ernesto” es un cuento de inmediata localización en internet.