El Teatro Isauro Martínez cumple hoy noventa años. Es, creo,
el más importante documento arquitectónico de La Laguna, así que verlo
saludable, protegido y en plenitud de funcionamiento es un orgullo para quienes
en diferentes momentos de nuestras vidas lo hemos admirado desde lejos o lo hemos
visitado como público de su muy variado menú artístico.
Como sabemos, luego de su nacimiento
y esplendor tuvo una mala época, tan mala que incluso bordeó la posibilidad de
desaparecer. En un ensayo sobre Revueltas y a propósito de El apando, película basada en la nouvelle del escritor duranguense, mi amigo Gerardo García describe
con escalofriante precisión aquel terrible momento del TIM: “En una de las tardes perdidas de la juventud, cuando la vida parece
extenderse en un futuro sin orillas, decidí junto con Alfonso, mi amigo de la
prepa, asistir a una función de cine mexicano. Acudimos al Isauro Martínez. Era
una de las épocas aciagas del inmueble, concebido para funcionar como teatro,
pero por oscuras circunstancias algún burócrata gubernamental había decidido
transformarlo en cine ‘de piojito’. Sigilosas cucarachas y hambrientos ratones
pululaban entre los zapatos distraídos de los cinéfilos…”.
Gerardo
habla de los setenta, etapa en la que nuestro teatro fue llevado a tocar fondo.
Pero ocurrió una especie de milagro: en el amanecer de los ochenta y luego de
frenéticas negociaciones encabezadas sobre todo por jóvenes estudiantes de la
UAdeC, el TIM fue rescatado, restaurado y puesto de nuevo a funcionar como enclave
cultural de la ciudad. Luego a su esquina de la avenida Matamoros y calle
Galeana se le sumó el llamado “anexo”, de suerte que así amplió sus
posibilidades de servicio a la comunidad.
La
nómina de los artistas foráneos que han pasado por allí es abrumadora. Con los
nombres de actores, músicos, bailarines, escritores, pintores y demás dedicados
al arte podrían llenarse varias páginas. De los que recuerdo sin esforzarme,
allí vi a Ignacio López Tarso, Ofelia Medina, Javier Camarena, Horacio Franco,
Ofelia Guilmáin, Diego Luna, Tania Libertad, Fernando del Paso, Fernando
Vallejo, Luisa Valenzuela… y a todos los artistas de La Laguna, a todos.
Para
acercarnos al TIM podemos seguir dos caminos: visitarlo o leer la investigación
histórica (todavía hay ejemplares) confeccionada por la doctora Laura Orellana
Trinidad. En cualquiera de los dos casos nos asombraremos del tesoro que
tenemos a media cuadra de la Plaza Mayor.