Entre las escuelas emblemáticas de La Laguna se encuentra,
sin duda, la Carlos Pereyra, institución que cumplió 75 años de vida y para
celebrarlo publicó un libro cuyo contenido recoge, con textos e imágenes, una
gruesa parte de su historia. La investigación fue coordinada por la doctora
Laura Orellana Trinidad, directora de Investigación Institucional en la Ibero
Torreón.
El ejercicio de reconstrucción histórica abarca 366 páginas
en formato oficio apaisado, y cubre desde el año pereyrano cero hasta 2018. No
podía ser menor el tamaño de la obra si consideramos la complejidad del objeto
estudiado. En una introducción, seis largos capítulos y una sección de
reflexiones finales, el libro conmemorativo rinde detallado testimonio de los
innumerables retos que la Pereyra ha encarado en sus más de siete décadas.
Para llegar a buen término, la investigación se basó en
distintas fuentes, entre ellas, los anuarios, las publicaciones que editaron
los estudiantes en diferentes periodos, las revistas institucionales, las
cartas y documentos del archivo del colegio, las memorias de algunos egresados,
las fuentes hemerográficas y (es muy importante destacar esto) las más de
cuarenta entrevistas “individuales y grupales” a jesuitas, directivos, personal
administrativo, profesores y egresados.
A grandes zancadas puede subrayarse que el primer capítulo
describe el contexto social y económico de La Laguna en los albores de la
Pereyra como escuela preparatoria; los siguientes dos apartados dan cuenta de
los primeros avances para asentar su infraestructura, sus programas, su planta
de maestros y su visión hispanista. El cuarto capítulo describe las
características de la Ratio Studiorum,
es decir, el modelo de educación eje de la enseñanza jesuita. En la quinta
estancia se aborda el periodo de los setenta, ochenta y el fin de siglo, con
las complejas implicaciones que tuvo esta larga etapa en el contexto religioso
derivado del Concilio Vaticano II. El capítulo final examina los rasgos de la
Pereyra frente la realidad más cercana: la de la educación en un mundo que ha
cambiado radicalmente debido a las nuevas tecnologías.
Todos en La Laguna tenemos, cerca o lejos, y acaso sin
saberlo, algo que ver con la Pereyra. Puede ser que un pariente o amigo hayan
egresado de sus aulas, o que un cliente o proveedor hayan sido profesor,
funcionario... En todos los casos es posible que haya un rasgo común: el
orgullo de haber estado en la Pereyra durante algún periodo de sus 75 años.