miércoles, noviembre 27, 2019

Patología de la miseria




















El libro Patología de la pobreza (El Colegio Nacional, México, 2017, 57 pp.) es un documento breve y contundente sobre los estragos que la pobreza inflige al ser humano. En general es algo que inferimos: a mayor desventaja económica, mayor grado de cercanía de la enfermedad, es decir, de la muerte. Su autor, Ruy Pérez Tamayo (Tampico, 1924), es una eminencia en el ámbito de la medicina mexicana que en el caso de este libro ha resumido la estrecha relación entre la precariedad y el deterioro físico acelerado. Es, por ello, un material que nos alerta sobre la necesidad de avanzar en la mejoría de la calidad de vida como base de la salud/longevidad.
“Pobreza y enfermedad”, “La patología de la pobreza” y “Las enfermedades crónicas y la transición epidemiológica en México” son los tres ensayos que configuran el libro. Pérez Tamayo —quien fue fundador y director durante quince años la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM en el Hospital General de México, y durante diez años del Departamento de Patología del Instituto Nacional de la Nutrición— observa que en principio es necesario analizar “las consecuencias de la pobreza en los distintos aspectos de la vida humana que tienen relación con la enfermedad, como la ignorancia, la desnutrición, las malas condiciones higiénicas, la ausencia de planificación familiar, etc.”. Por ello, añade, “Para combatir con eficacia la patología de la pobreza lo que se necesita no es más ciencia médica o más hospitales, sino simplemente más riqueza”.
De los aportes del doctor Alejandro Celis (primero que planteó en México la relación entre pobreza y patología), Pérez Tamayo cita, entre otros, que en los setenta “los enfermos del Hospital General [donde trabajaba Celis] de la SSA estaban mucho más desnutridos y tenían lesiones más avanzadas, cuando fueron vistos por primera vez en esa institución, que los pacientes de la consulta privada”.
La crítica a nuestro sistema de salud debe pasar primero, concluimos, por modificar las condiciones que hacen posible no tanto la enfermedad, sino la miseria. “La salud es un derecho —señala el autor—, pero tal derecho se vuelve inoperante en la miseria. La buena nutrición no es posible cuando no hay ni qué comer, ni dinero (…), ni trabajo para ganar dinero, ni educación para aprender a trabajar…”.
Patología de la pobreza es, por todo, un librito que mueve a reflexión sobre el imperativo siempre acuciante de generar y distribuir mejor la riqueza.