Escribí alguna vez, en la desesperación de los años laguneros
más violentos, que la garantía primordial que debe procurar el Estado a los
ciudadanos es la seguridad. ¿De qué sirven el alimento, la vivienda, el
vestido, el trabajo, la salud, la educación, si uno está muerto? Tal era el eje
de mi angustiado y baldío razonamiento, pues recién habían asesinado a uno de
mis sobrinos. Hoy, algunos años después, me entero de un crimen entre los miles
que produce este país maldito y otra vez ya no sé ni para dónde hacerme. Sobre
el caso, un grupo de escritores dirigió una carta al fiscal general de Sinaloa, Juan José Ríos Estavillo. La carta
describe la fatalidad y reclama lo que en México suele no existir, justicia:
“El pasado lunes 26 de marzo
de 2018 asesinaron a Sebastián Quezada Ramos, de 13 años de edad y sobrino de
nuestro amigo, el escritor Hilario Peña. El niño regresaba del gimnasio de box
donde entrenaba y se dirigía a su hogar cuando fue asaltado. Su pecado fue
haber dejado el teléfono celular en casa. Su homicida no se lo perdonó.
El infanticidio fue llevado a cabo con arma punzocortante en una avenida (Gabriel Leyva) céntrica de Mazatlán, Sinaloa. Sebastián fue ingresado al Hospital General a las 19:55 horas, presentando dos heridas cortantes, una en la región abdominal y otra en la región hipocondria derecha. El niño falleció horas después.
Pareciera que vivimos en un estado fallido, sin garantías para aquellos que nos atrevemos a vencer el miedo y osamos hacer uso de los espacios públicos. Pareciera que hay individuos con licencia para matar, que ejercen este privilegio sin temor a sufrir consecuencia alguna. Esto no es lo que queremos para el estado de Sinaloa ni para México. Es por ello que solicitamos su ayuda para esclarecer este infanticidio y procesar judicialmente a la persona o personas que le quitaron la vida a Sebastián, actuando siempre conforme a derecho.
Contamos con que la fiscalía a su cargo hará todo lo posible por comprobar la validez de las actas de nacimiento y demás documentos que acrediten la supuesta minoría de edad de los tres “probables responsables”, como usted los llamó en conferencia de prensa, el pasado 15 de abril.
Por último, le informamos que tanto escritores como periodistas seguiremos muy de cerca este caso que ha conmocionado a la comunidad artística y a todo el estado de Sinaloa”.
El infanticidio fue llevado a cabo con arma punzocortante en una avenida (Gabriel Leyva) céntrica de Mazatlán, Sinaloa. Sebastián fue ingresado al Hospital General a las 19:55 horas, presentando dos heridas cortantes, una en la región abdominal y otra en la región hipocondria derecha. El niño falleció horas después.
Pareciera que vivimos en un estado fallido, sin garantías para aquellos que nos atrevemos a vencer el miedo y osamos hacer uso de los espacios públicos. Pareciera que hay individuos con licencia para matar, que ejercen este privilegio sin temor a sufrir consecuencia alguna. Esto no es lo que queremos para el estado de Sinaloa ni para México. Es por ello que solicitamos su ayuda para esclarecer este infanticidio y procesar judicialmente a la persona o personas que le quitaron la vida a Sebastián, actuando siempre conforme a derecho.
Contamos con que la fiscalía a su cargo hará todo lo posible por comprobar la validez de las actas de nacimiento y demás documentos que acrediten la supuesta minoría de edad de los tres “probables responsables”, como usted los llamó en conferencia de prensa, el pasado 15 de abril.
Por último, le informamos que tanto escritores como periodistas seguiremos muy de cerca este caso que ha conmocionado a la comunidad artística y a todo el estado de Sinaloa”.