miércoles, agosto 30, 2017

Arte de orejear















No pude no pensar en aquel político español de nombre Jaime Mayor Oreja cuando supe que Rafael Moreno Valle, ex gobernador de Puebla y actual aspirante del PAN a la candidatura por la presidencia de la República, había dedicado parte de su vida al espionaje de altos vuelos. El poblano acaparó los reflectores nacionales porque al parecer ha sido una de las “mayores orejas” de este sexenio caracterizado, entre otras fechorías, por ordeñar información comprometedora mediante los más sofisticados sistemas de succión disponibles en el mercado, como el software llamado Pegasus de fabricación hebrea.
No sabemos todavía si el señalamiento contra Moreno Valle —quien por cierto hace poco fue portada de la revista Vértigo, ¡waw!— es infundado o si, al contrario, en efecto se inmiscuyó como James Bond camotero en peliagudos asuntos de espionaje. Si es cierto, se dice que grabó harta sopa soltada, entre otros, por Miguel Ángel Osorio Chong, Rosario Robles, Juan Antonio Meade, Luis Videgaray, Ricardo Anaya, Margarita Zavala de Buchanan y muchos más. ¿A cuánto asciende la colección de grabaciones obtenidas por la Productora RMV? En caso de existir, ¿qué tan comprometedores son esos documentos conseguidos a la mala? La denuncia es, creo, un primer asomo de lo que muy probablemente escucharemos cuando las campañas entren en calor, lo que calculo comenzará a darse en el mismísimo arranque de 2018.
No es posible desvincular este caso de un antecedente muy cercano a los coahuilenses. En alguno de los días de campaña política panista en Coahuila anduvo por acá Rafael Moreno Valle. Se le vio contento, saludador, entregado al placeo de su imagen. Eran los momentos de mayor tiroteo, de lodo a toma y daca entre anayistas contra riquelmistas. Curiosamente esa visita coincidió con la puesta en órbita, vía YouTube, de algunos audios perfectamente grabados, hasta de alta fidelidad, en los que es (no “era”, pues todavía están en la red) posible oír al candidato del PRI en su más íntimo esplendor. Destacan dos: aquel que permite apreciar sus pocas pulgas pues casi sin eufemismos ordena reprimir una manifestación pública en su contra, y otro, un tanto peor, en el que reacomoda varios millones para mostrar que un informe de gobierno no costó lo que costó.
¿Es posible pensar que la oreja de Moreno Valle también nos dio un llegue por acá? No lo sé, pero en el México actual es posible lo inaudito.