viernes, febrero 15, 2008

Cojo por todos lados



Aunque parece albur, no lo es. Me refiero con este título a la cojera, a la inestabilidad del caminar. Uso la metáfora para insistir en las visibles limitaciones que padece la realidad gomezpalatina, esto pese a los discursos que ponían y siguen poniendo al alcalde Rebollo como salvador del municipio. Ni lo fue, ni lo es, no lo será, pues los pendientes son harto notorios y, al parecer, inherentes al triste destino de esta ciudad a la que le han impuesto el atole con el dedo. Dije el miércoles pasado que varias cartas me han solicitado un poco más de atención a la urbe donde nací. Una de ellas me advierte un hecho dramático. “¿Cómo vamos a tener calles bien pavimentadas, agua potable con presión y alumbrado público si nuestras autoridades ni siquiera son capaces de armar una sitio virtual respetable?”
Y sí, no es errónea dicha observación. Si lo virtual (una web) está llena de lagunas y desatenciones, ya podemos imaginar lo que ocurre con lo real, con lo tangible, con las vialidades y el drenaje y las bombas de agua y el servicio de limpieza y todo lo demás. Echemos un ojo a la web del ayuntamiento y apreciemos algunos de sus disparates: preside la página una foto del acueducto que no es acueducto, un símbolo de la ciudad acuñado al cuarto para las doce. Pulso una liga debajo de la foto, la de “Atención ciudadana”; abre de inmediato la foto de una rubia chulísima contestando el teléfono; arriba de esa foto racista y plagiada de no sé dónde, el logo actual del gobierno gomezpalatino, el que dice ¡VAMOS! con la “O” color naranja-panista. Surgen las preguntas: ¿qué les dan vergüenza las telefonistas mestizas? ¿Acaso la suculenta rubiecita de la foto atenderá nuestras llamadas a la alcaldía de Gómez? Si es así, mañana mismo empiezo a llamarle. Luego, dentro de ese espacio pulso la liga “Alcalde virtual” (excelente y realista definición). Y bolas, hallo un espanto de mensaje redactado a punta de huarachazos; sin la lógica más elemental, las ideas (llamémoslas así) avanzan como con ruedas cuadradas: “Mi compromiso como Presidente de Gómez Palacio de servir a mi gente, a través de este módulo tendrás la oportunidad de comunicarte, solicitar peticiones así como información de tu interés, además podrás presentar quejas y denuncias. Hazme llegar tus Peticiones, Denuncias, Quejas o Solicitudes de información a través de (liga) Si deseas consultar el estado en que se encuentra tu solicitud ingresa a (liga) Si deseas recibir información relevante referente a las actividades de la administración municipal, suscríbete gratuitamente en (liga) y semanalmente las recibirás en tu correo”. Ya vemos aquí el caos: inconcordancias, anacolutos, torpísima puntuación, mayúsculas innecesarias. Más adelante, el mismo “mensaje” sigue plasmando disparates: el gentilicio “Gómezpalatinos” con mayúscula y tilde, “mas” (adverbio de cantidad) sin tilde, etcétera.
Pero si preocupa la forma, aterra el fondo. En la liga “Ayuntamiento” aparecen a la derecha ocho ligas. Pulso “Dependencias” y allí, también a la derecha y en caída libre, hay 39 ligas a igual número de “dependencias”. Pues bien, cómo estará la virtualidad que 26 no abren, no contienen nada, son el puro membrete y se acabó (no sirven, entre otras, contraloría, egresos, educación, ¡comunicación social!). Eso es grave. Si en casi seis meses este gobierno no ha podido ni llenar con letras una malacucha web, ¿qué esperanzas podemos abrigar los “Gómezpalatinos” (sic) de que algún día mejore realmente lo demás, lo concreto? ¿Será que las dependencias no funcionan o sólo se afantasman en la red? No lo sé. Lo que sí queda claro es que, pese a sus intentos por revertir la realidad con propaganda, hay un enviciamiento de política ficción en el gobierno gomezpalatino. Y conste: apenas nos asomamos a la virtualidad. Lo otro, lo tangible, raya en lo patético.