miércoles, enero 23, 2013

De montajes y otras inmundicias
















Busqué en YouTube el primer deslinde de Televisa con respecto del montaje perpetrado por Genaro García Luna en el caso de Florence Cassez. No hallé nada, aunque de antemano puedo aceptar que en efecto la televisora se sintió ultrajada por el ex mandón de la ya desaparecida Secretaría de Seguridad Pública y de inmediato procedió a denunciar que se trató de una pantomima. ¿Qué dijo Televisa en aquel momento, poco después de que en los medios fue dado a conocer el falaz operativo de la AFI? Ignoro si fue una nota breve o un reportaje ambicioso. Lo que sí sé es que luego de esa aclaración, si la hubo, Televisa no subrayó la calidad de sujeto infame que tenía el secretario García Luna y lo dejó actuar, digamos, con total normalidad, como si no fuera un funcionario anómalo, tan poderoso y siniestro que sólo con la oposición de muchos, entre otros de la televisora más importante de América Latina, podía ser despedido de su cargo y hasta procesado.
Pero no. Según Carlos Loret de Mola, Televisa fue engañada al calor de la noticia y unos pocos días después, al darse cuenta de que se trataba de un operativo hollywoodense, denunció el montaje y estableció “protocolos” institucionales para no verse de nuevo sorprendida por los montajes de García Luna o de cualquier otro funcionario proclive a la dirección de cine.
Así nomás. En unos cuantos minutos, Loret de Mola despachó un asunto de una gravedad del tamaño de México: que un sujeto como Genaro García Luna, responsable de la seguridad en todo el país, siguiera al frente de una Secretaría que drenó millones de pesos (lo que en este caso, asombrosamente, es lo de menos) y dejó el saldo mortal más siniestro que recuerde la historia de la función pública internacional.
Lo que quiero decir es que hoy, al calor del Caso Cassez en el que salió a relucir con todo su pavoroso brillo el nombre del ex secretario y la presunta colaboración de Televisa en la difusión del montaje, el monstruo mediático sólo aclare que aclaró puntualmente lo que en su momento debió aclarar y punto. Por decir lo menos, creo que esa autoexculpación de Televisa es insuficiente, y voy a tratar de explicar por qué.
Es cierto que cuando ocurrió el montaje, el 9 de diciembre de 2005, el hoy ex secretario Genaro García Luna no era todavía el Genaro García Luna que poco después conoceríamos. Si en efecto Televisa se deslindó del montaje y hasta lo denunció, debió colocar reflectores especiales en la figura de ese funcionario recién encumbrado al, quizá, cargo de mayor responsabilidad en la administración calderonista, sólo ubicado un peldaño abajo al de quien detentaba la presidencia de la República. Digo que García Luna merecía reflectores especiales desde el principio, ya que engañó a México, engañó a Televisa, engañó a todo mundo en un área delicadísima, tanto que pasados los meses creció de manera infernal el número de muertos por violencia en nuestro país.
Pero no, no hubo reflectores especiales, sólo una tardía aclaración reiterada por Loret de Mola en estos términos:

El 9 de diciembre de 2005 nos tocó transmitir la información de su captura [de Cassez]. A la ciudadana francesa la habían detenido un día antes y la autoridad fingió y simuló un operativo como si estuviera sucediendo en vivo. Con lo que yo estaba viendo en pantalla en ese momento, que es lo mismo que se estaba viendo al aire en la señal de Televisa, con la información que estaba dando el reportero, con la supervisión encargada a los jefes de las áreas de producción y contenidos, quienes no me alertaron de nada extraño, yo no me di cuenta de este montaje, no me di cuenta de esta trampa. En retrospectiva, con un análisis más minucioso de todas las imágenes, creo que pude haber descubierto el engaño. Al calor de la noticia, como el árbitro de futbol que no tiene acceso a la repetición y debe decidir de botepronto, no lo hice, y lo lamento. Para nosotros el asunto no quedó allí. El primer medio de comunicación que documentó públicamente este montaje de la autoridad fue justamente Noticieros Televisa. Unas semanas después, el 5 de febrero de 2006, lo exhibimos y lo denunciamos. A partir de ese caso, en Noticieros Televisa y en Primero Noticias tomamos medidas y establecimos protocolos para que una cosa así no volviera a suceder. El montaje orquestado por la Agencia Federal de Investigaciones para la captura de Florence Cassez no fue desde luego la única irregularidad de este caso. En la averiguación previa se establece que la ciudadana francesa no tuvo derecho a solicitar de inmediato, como marcan las leyes internacionales, el apoyo de su embajada, le negaron un traductor, hubo cambios en las declaraciones de los testigos… las denuncias de que se violaron los derechos humanos de la detenida han llegado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que pasado mañana miércoles debe resolver el controvertido caso de Florence Cassez.

Enfatizo varios detalles de ese lánguido mea culpa. Loret de Mola habla sin eufemismos de un “montaje”, de una “trampa”, de un “engaño”. O sea, tiene perfecta conciencia de lo que fue aquella maniobra policial. Luego, apenado o embusteramente apenado, como queramos, da lo mismo, usa una metáfora futbolera para señalar que al calor de los hechos, por la vertiginosidad inherente a la transmisión en vivo, no captó de “botepronto” el tinte cinematográfico del operativo, pero después, tras analizar minuciosamente el artificio, en Noticieros Televisa notaron que se trataba de una patraña y por ello fueron los primeros en denunciarla y luego, en el plano de sus políticas internas, se impusieron “protocolos” que sirvieran para evitar nuevas coreografías tramadas por la autoridad.
Mi inquietud es ésta: supongamos que en efecto, como dije hace unos renglones, Televisa no sólo se deslindó del montaje transmitido en vivo, sino que además lo “documentó”, lo “exhibió” y lo “denunció”, parece poco, muy poco, para el tamaño del agravio que le hicieron y, sobre todo, parece poco, o nada, para el tamaño polifémico que desde entonces alcanzó la maldad del secretario García Luna. A Televisa no le habían birlado un dulce, sino que la habían involucrado en una maniobra vergonzosa, que comprometía su credibilidad informativa (es un decir) y que desde ese mismísimo momento daba una idea perfecta sobre la peligrosidad del tipo que encabezaba la SSP, una peligrosidad que jamás volvió a ser exhibida por Televisa pese a que en todos lados se sabía que García Luna estaba atropellando todo a su paso en una guerra cuyas monstruosas consecuencias todavía no alcanzamos a dimensionar.
Si el agravio lo hubiera padecido el periódico La Voz de Viesca o La Gaceta de Sombrerete sería injusto pedir que estos pobrecitos medios se las vieran frente a frente contra García Luna, pero lo sufrió Televisa, y por lo que se pudo ver sólo aclaró que fue víctima de un montaje y listo, dejó actuar al delirante secretario cuando lo que se requería —ahora uso yo una imagen del balompié— era un perruno marcaje personal.
Hoy, como ocurre siempre, a sabiendas de que el pasado es borroso y los expedientes de la comunicación electrónica son de difícil seguimiento, Televisa se lava las manos, acusa al funcionario ido de tramposo y demás, y sigue tan campante con su telaraña de arreglos y noticias montadas de acuerdo al interés de los grupos hegemónicos, a los cuales pertenece y representa.
Por último, se me ocurre esto: sé que siempre lo tuvieron por loco y revoltoso, pero si Televisa sabía que García Luna había diseñado un operativo apócrifo desde el arranque de su gestión, si sabía que el país estaba en llamas, si sabía que Calderón lo dejaba hacer y deshacer como verdugo, ¿por qué jamás, entre otros documentos, aprovechó y difundió un video como el de Gerardo Fernández Noroña espetando la palabra “asesino” a quien ya por entonces tenía convertido a México en un matadero?
Como dicen los tuiteros: es sólo una pregunta.