sábado, septiembre 01, 2007

Saldo de la Argentina



Transcribo la entrevista matriz que le sirvió a Karla Lobato, reportera de La Opinión Milenio, para armar la nota que apareció hoy en ese periódico. En la foto aparezco con Fernando Fabio Sánchez, amigo lagunero con quien coincidí en nuestra reciente estancia porteña.


¿Cuál fue el resultado de este encuentro?
Fue muy satisfactorio; es la primera vez que participo en un encuentro sobre micronarrativa y encontré una comunidad compacta de teóricos y de creadores tan lúcidos como afectuosos. Reafirmé lo que ya intuía: que sobre la narrativa breve hay ahora una gran preocupación crítica y editorial. Además de hacer nuevos contactos literarios, establecí algunos compromisos con escritores de la Argentina, de México y de España. Uno de esos compromisos es participar en 2008 en el quinto Congreso Internacional de Micronarrativa a celebrarse en la provincia de Neuquén, en la Patagonia argentina. Ese será un encuentro mucho más amplio e incluyente, el más grande de su temática en el mundo.

¿Qué enseñanzas nuevas te deja este foro?
Que si bien se puede intentar buena literatura en el aislamiento, es mejor compartir lo que uno va trabajando con otros escritores de otras nacionalidades, eso para ver su reacción, las posibilidades del texto como producto aldeano o universal. Suena muy presuntuoso lo que quiero expresar nomás a manera de resumen: en la mesa donde leí algunos de mis microrrelatos me fue espléndidamente, tanto que un editor español se interesó en tenerlos para ver qué tan viable es su publicación en libro. No me puedo quejar: comprobé en los hechos que además de la novela y el cuento de amplio aliento, el relato brevísimo me acomoda y de alguna forma puede gustar a quien lo lee.


¿Cuál fue la respuesta de tu exposición?
Aunque creo que llevaba un buen trabajo de lo que se ha hecho en materia de microrrelato en Saltillo y Torreón, eran tantas las ponencias y tan poco el tiempo disponible para leerlas, que no me sentí muy satisfecho con esa lectura. Pese a ello, creo que será publicada una memoria del encuentro y allí, entre todas los ensayos leídos, aparecerá el que yo llevé y cuyo título es “Actualidad del microrrelato en los predios de Julio Torri”.


¿Con qué proyectos nuevos regresas?
Regreso con dos o tres nuevas convicciones: a) al margen de mi trabajo como cuentista y novelista, seguiré haciendo microrrelatos; b) preparar el volumen que tal vez sea publicado en España y c) asistir en 2008, sin falta, al encuentro internacional.


Por otro lado, vas a presentar el libro de Vicente Alfonso El síndrome de Esquilo, ¿cuál es tu percepción de este libro?
Según sé gracias al propio Vicente, este nuevo libro es una refundición de los cuentos que alguna vez aparecieron en su primer volumen, Naufragio en tierra firme, al que le hizo correcciones y al que añadió nuevos relatos. Como yo reseñé Naufragio… y como conozco la obra de Vicente, sé que se trata de un buen libro, de una obra que, pese a tener como autor a un joven, está llena de aciertos literarios. No podía ser de otra manera: Vicente es un talento, uno de los escritores con mayor futuro en la actual Comarca Lagunera. Mis palabras no profetizan nada: Vicente Alfonso es ya uno de los escritores más importantes que hayan nacido en La Laguna.

A casi ya 100 años de la ciudad, ¿cómo consideras que esté situado el ámbito de la literatura en Torreón?
Podría ser mejor, pero para las oportunidades que hay en la región es asombroso ver cómo nacen aquí buenos escritores. A mí me siguen asombrado las obras de Saúl, de Fer Martínez, de Gilberto Prado, de Gerardo García, de Pablo Arredondo, de Marco Jiménez, de Magda Madero y Yolanda Natera, pero a esos nombres no dejo nunca de sumar a los que conforman una generación anterior: Miguel Morales, Fernando Fabio Sánchez, Édgar Valencia, Miguel Báez y otros un poco más jóvenes como Daniel Maldonado, Carlos Velázquez, Daniel Lomas, Daniel Hernández, Carlos Reyes, César Cano, Iván Hernández y el propio Vicente. Aunque no lo creamos, La Laguna es, proporcionalmente, un semillero de buenos escritores, como lo demostraré dentro de poco en un libro que ya preparo en función de las celebraciones centenaristas.