Uno
de los proyectos de Arte Resiliente seleccionados recientemente en Coahuila fue
“El milagro del milagrito: testimonios ante la violencia de género” realizado
por Lorena Monserrat González Esquivel. La evidencia de sus resultados se
encuentra en la página web de la Secretaría de Cultura del Gobierno de Coahuila,
y constituye una prueba notable de la creatividad puesta al servicio de la
denuncia de uno de los problemas sociales en los que más se ha colocado el acento en
la actualidad: la violencia histórica contra la mujer.
González
Esquivel basó su propuesta en la constitución de un taller de exvotos en el cual
se generarían piezas gráficas y textuales con el estilo del retablo
tradicional. Explica la autora que “La palabra exvoto proviene del latín ex,
de, y votus, que significa promesa. Los exvotos han estado presentes en todas
las culturas y toman diferentes formas dependiendo las características
religiosas, representan un intercambio entre lo terrenal y lo sagrado, un
símbolo de agradecimiento que muestra la necesidad de contar o revelar la
historia de un milagro. (…) Para este proyecto se eligió el formato de exvoto
pictórico por su característica ilustrativa que se vuelve un testimonio ante
los casos de violencia de género que buscan retratar nuestras participantes.
Para fines de nuestro taller resulta conveniente, ya que el exvoto no guarda
una técnica compleja”.
A
partir de esta definición, Lorena Monserrat González impartió un curso por Zoom
con numerosas participantes, y en él explicó las características de esta expresión
pictórica/textual popular. “El taller se dividió en 3 sesiones de 120 minutos,
durante los meses de octubre y noviembre. En un principio se consideró un solo
grupo de 15 participantes, pero debido a la gran afluencia durante la
inscripción se abrió un segundo grupo, beneficiando a 34 participantes. (…) Se
incluyeron dinámicas de integración, memoria emotiva y autoconciencia con el
fin de fortalecer los lazos de solidaridad, ya que creo firmemente que la
sororidad es una herramienta clave de cambio social y una forma de empatizar y
acercarnos a mujeres de diferentes contextos. (…) Como resultado de este taller
se crearon 21 retablos en diversas técnicas, con testimonios propios de las
autoras sobre violencia de género”.
El
resultado del trabajo quedó expuesto en un documento que testimonia cómo un
quehacer popular —y por lo común anónimo— puede servir para expresar iniquidades/inequidades
como la violencia de género. En sus páginas se nos despliega la crudeza de varias
agresiones reiteradamente comunes contra las mujeres. Además del exvoto
elaborado según el gusto de este género de expresión, la editora cita las
palabras que son parte del recurso habitual en el retablo popular, es decir, de
gratitud a alguna forma de la divinidad: “Gracias a la triple Diosa porque
desperté justo cuando un señor se sentó al lado de mí en el camión de regreso a
Saltillo y estuvo a punto de masturbarse, pero pude cambiar de lugar y no me
siguió y tuvo que bajarse en la primer parada”, dice un exvoto. Y otro: “Gracias
sagrado corazón porque me libraste de los tratantes de mujeres cuando salí a
comprar un pulque al panteón que está en la carretera de Apizaco. Por favor
cuídanos a todas siempre”.
“El
milagro del milagrito: testimonios ante la violencia de género” es un trabajo espléndido
por su originalidad y su sentido social, una combinación perfecta de arte
resiliente en el que participaron Adela Luna Ríos, Alejandra Olguín, Alejandra
Zapata, Alma Delia Bravo, Alma Lidia Vázquez, Ana Laura Vázquez, Andrea Román, Ariadna
Lozada, Bárbara Jörg, Citlalli López, Daniela González, Daniela Hernández, Dennise
Carrillo, Diana García, Esther Rivera, Evelin Ledezma, Gabriela Vega, Karla
Velasco, Liana Ruiz, Lourdes López, Luciana García, Magali Montelongo, Maia
Corona, Marcela Gaona, Melisa Rodríguez, Miryam Concha, Montserrat Vega, Nicol
Martínez, Nimsi González, Norma López, Patricia Cruz, Rita Ramírez, Samantha
Pérez y Ydalid Melo.
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