La percepción de la
historia suele apuntalarse en hitos, y es así como nuestra mente se acomoda a
la comprensión del pasado para parcelarlo, para evitar que todo el pretérito
sea una masa de tiempo uniforme y aplastante. Por ello pensamos en la
larguísima duración y dividimos paleozoico, mesozoico y cenozoico, o más cerca
de nuestra hora en prehistoria e historia, y en términos todavía más próximos
en Medievo, Renacimiento, Ilustración, Revolución Industrial y demás. Cada
momento suele tener un punto de arranque y otro de cierre en muchos casos
artificial, definido por la ciencia y los historiadores. Esta es la manera en
la que construimos líneas de tiempo, segmentando etapas aunque sepamos de
antemano que los siglos han avanzado sin solución de continuidad.
Por lo común, para
establecer los límites entre una etapa y otra se determina un hito, como ocurre
con la Toma de la Bastilla, por ejemplo. Así, no resulta tan difícil presentir
que en el futuro la pandemia de Covid-19 será la bisagra entre dos momentos de
la historia, ya que por primera vez la humanidad en pleno, sin excepción de
personas ni de continentes, se vio acosada por un fenómeno global cuyas
consecuencias económicas y sociales todavía no han sido computadas. Falta
perspectiva —léase falta que transcurra cierto tiempo— para saber
bien a bien qué civilización seremos luego de la pandemia. Lo que sí sabemos, o
al menos sí podemos suponer, es que la pandemia es desde ya un parteaguas, un
punto de partida para acceder a algo nuevo.
Vendaval de cambios.
Anotaciones sobre el origen, la trayectoria y algunos saldos de la pandemia, libro colectivo
del taller de periodismo de opinión de la Universidad Iberoamericana Torreón,
reflexiona sobre el antes, el ahora y el posible después de la crisis sanitaria
que se apoderó del planeta en 2020 y aún (octubre de 2021) no deja de amagarlo.
Los cambios se dieron en torrente y de manera simultánea, como un oscuro
vendaval que recorrió, que sigue recorriendo, aunque ya con menos fuerza, toda
la tierra.
Escritos en clave divulgativa,
son siete los textos que articulan esta compilación, todos vinculados desde
distintos ángulos al fenómeno de la
pandemia. En “Las bibliotecas
ante la pandemia: la transformación se acelera”, Clara Cecilia Guerra Cossío
reflexiona sobre los cambios que sobrevinieron en el ámbito de las bibliotecas;
si ya de por sí con las nuevas tecnologías de la información las bibliotecas
acusaban una modificación profunda en su operación y propósito, el paso de la
vida abierta a la vida en confinamiento aceleró la necesidad de construir otro
tipo de bibliotecas y otro tipo de relación con el usuario.
Por su parte, Claudia Guerrero Sepúlveda
propone “Twitter y la comunicación pública de la salud sobre el Covid-19 en
México”, examen sobre el manejo de la información relacionada con la pandemia
en una de las más influyentes redes sociales. El análisis nos aproxima al
juego, ciertamente absurdo, de las simpatías y las diferencias que generan una
paradoja comunicativa: hay miles de mensajes, pero parece ser que las redes no
pueden sacudirse su “carácter endogámico”, unidireccional, babélico.
“Bioética y sindemia. Retos después del
Covid-19” es la propuesta de Laura Elena Parra López. Aquí, la académica
observa que la interconexión de la vida planetaria ha provocado que nada de lo
que hacemos deje de tener, así sea en grados mínimos, alguna repercusión. Nos
aproxima al concepto de “sindemia” y recuerda que el camino de la bioética es
ineludible si queremos edificar un futuro más armónico y equitativo.
“Covid-19 y ecosistemas:
una relación infravalorada”, de Claudia Rivera Marín, indaga en la cronología
de la pandemia, en su aparatoso desarrollo, en las teorías atendibles y
descabelladas sobre su origen y en las consecuencias que posiblemente acarreará
para el futuro de la sociedad. Quizá no sabemos hoy con exactitud qué pasará,
pero, apunta la autora en su conclusión, cambiar y dañar menos, o nada, a la
naturaleza parece ser un imperativo que nadie debe soslayar.
Uno de los rubros de la vida que sufrió
y sigue sufriendo más los efectos de la crisis sanitaria fue el del empleo.
Miles de trabajadoras y trabajadores vieron que se cimbraba su cotidianidad
debido a la pérdida de puestos o a la reducción de salarios. Asimismo, hubo
tantos cambios en lo laboral que ya no es posible pensar que las actividades
productivas se desarrollarán al modo prepandémico. Esto lo plantea Andrés
Rosales Valdés en “Reflexiones sobre la pandemia. Una mirada desde las
relaciones laborales”.
“Covid-19: Lecciones por aprender”, de
Zaide Patricia Seáñez Martínez, es un recorrido general por la crisis con
acentos en lo laboral, lo educativo, lo sanitario y lo político. Una verdad
emerge de esta visión: ya no es viable demorar la puesta en escena de
comportamientos individuales y colectivos que converjan en la preocupación por
el destino de la colectividad global.
Por último, “Síndrome metabólico y
pandemia: caldo de cultivo ideal para los virus”, de Maricarmen Zolezzi Sada,
expone que la aparición del Covid-19 atrajo todos los reflectores sobre la
pandemia y nubló, acaso pasajeramente, otros males vinculados con la salud,
como las enfermedades crónicas no transmisibles y en especial el síndrome
metabólico derivado de la pésima, de la lamentable alimentación que hoy atesta
de veneno el estómago de la humanidad.
Dejamos en las
manos del lector este Vendaval de cambios y esperamos que sirva como
detonador de reflexiones que nos ayuden a seguir pensando la realidad que hoy
se despliega —como amenaza, sí, pero también como
oportunidad— ante nosotros.
Comarca Lagunera, 7, octubre y 2021
Nota. Prólogo del libro Vendaval de cambios. Anotaciones sobre el origen, la trayectoria y algunos saldos de la pandemia, colectivo de Clara Guerra Cossío, Claudia Guerrero Sepúlveda, Laura Elena Parra López, Claudia Rivera Marín, Andrés Rosales Valdés, Zaide Patricia Seáñez Martínez y Maricarmen Zolezzi Sada, Universidad Iberoamericana Torreón, Torreón, 2021. El libro está disponible en la Ibero Torreón con jaime.munoz@iberotorreon.edu.mx o en El Astillero Librería, avenida Morelos 567 poniente, entre Leona Vicario e Ildefonso Fuentes.