Nacido en Murcia el 19 de agosto de 1919, hace exactamente un
siglo, Joaquín Soler Serrano fue un periodista español especializado en el
género de la entrevista televisiva. Culto y cordial, fue conductor del programa
A fondo (1976-1981), donde dialogó con
una serie impresionante de artistas, sobre todo escritores. Gracias a la
tecnología, el privilegio de ver y oír aquellas conversaciones no quedó
limitado a su tiempo, como ocurría entonces. Hoy, a la vuelta de YouTube
podemos acceder al vasto archivo de Soler Serrano y adentrarnos en la vida y en
la obra de personalidades que reviven con la magia del documento audiovisual.
Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Octavio
Paz, Rafael Alberti, Salvador Dalí, Camilo José Cela, Alejo
Carpentier, Manuel Puig, José Donoso, Julio
Cortázar, Ernesto Sabato, Mario Vargas Llosa, Juan Carlos
Onetti, Carlos Fuentes, Atahualpa Yupanqui, Manuel Mujica
Lainez, Emilio Indio Fernández, Federico
Fellini y Marguerite Duras son apenas algunos de los nombres que
desfilaron en A fondo. Sé, porque he
visto otras entrevistas de este tipo, lo difícil que es a veces dialogar con
los artistas. Esto se debe, creo, a dos razones: por un lado, a la manera de
ser de los entrevistados, muchas veces tenue o abiertamente mamona; en segundo
lugar, a la impericia del entrevistador, que en la mayor parte de los casos
suele encarar la charla sin saber nada sobre su interlocutor. Joaquín Soler
Serrano logró lo increíble: crear un clima de confianza en sus conversaciones e
inspirar respeto a sus entrevistados gracias a que en general sabía qué
preguntar más allá del consabido “¿en qué se inspira?”
De esta forma, A fondo
es ahora una referencia imprescindible si queremos conocer, así sea por encima,
el universo de muchos creadores que al hablar con Soler Serrano hablan para
nosotros. En todos los casos es muy importante el contenido de las
declaraciones, por supuesto, pero también, ya que vemos “en acción” a los
personajes, es interesante la forma en la que se expresan. Por ejemplo,
confirmamos la contención de Rulfo y Onetti, quienes al responder preguntas
parece que no quisieran estar allí, o la soltura cosmopolita de Fuentes y
Vargas Llosa, quienes se ven permanentemente bien encanchados en el diálogo
televisivo.
No sé si en algún otro lugar fue recordado el siglo de
nacimiento de Joaquín Soler Serrano, quien murió en 2010. Yo lo recuerdo aquí
con gratitud y no poco asombro ante la proeza de sus entrevistas.