domingo, mayo 06, 2018

Carta abierta al Santos Laguna



















Querido equipo:
Hoy sí me estremecieron en serio, hoy sí volví a vivir la experiencia de ver unos Guerreros en la cancha. Por ello sólo tengo palabras de felicitación, agradecimiento, y un abrazo emocionado para todos. El futbol, ciertamente, no es ni de lejos lo más importante en la vida, pero hay pequeños momentos en los que se convierte en nuestra pasión central, en una pasajera forma de la alegría. Hoy domingo 6 de mayo de las seis a las ocho de la noche eso pasó: fuimos testigos de una hazaña futbolística, es verdad, pero más importante que eso fue el permanente ejemplo de tesón, de pundonor, de entusiasmo, de lucha que mostraron sobre el césped de nuestro estadio. Hoy no hubo mejor ni peor jugador: todos salieron a partirse el cuerpo y el alma para que la camiseta verdiblanca siguiera adelante en el torneo. Lograron otra vez, como en otros tiempos, que vibrara la afición del Nazas. Los habitantes de los diez municipios de nuestra amada comarca, y todos los que fuera de nuestra región quieren al Santos Laguna, se unieron en un solo pálpito y admiraron la persistencia indoblegable con la que ustedes salieron a pelear. Como en cualquier partido, hubo pequeños y grandes errores, pero todo queda opacado por lo que presenciamos en el estadio y en los televisores: cada balón fue disputado como si fuera el último, cada jugada fue encarada como pocas veces se había visto en los años recientes. Extrañábamos lo que vimos este día, y venturosamente ustedes lograron revivirlo.
Una costumbre muy común es minimizar al equipo derrotado. En este caso, creo, no es prudente hacer eso: el tamaño de su triunfo se agranda en función del rival que tuvieron enfrente. No era nada fácil vencer y anular a Tigres, un gran equipo, y ustedes lo lograron. Todavía en el minuto ochenta era posible que los rivales anotaran, pero en un momento de lucidez en medio de la tensión pensé esto y lo confieso sinceramente: ¿qué importa perder si uno ve a sus jugadores en ese plan, remando con esa heroica convicción contra una corriente tan adversa? Perder jugando así no hubiera sido perder, pero ni eso: ustedes ganaron y hoy se merecen, creo, el aplauso de esta tierra seca, árida, luchona y alegre llamada La Laguna. Muchas gracias por revivir así, este día, el espíritu de Guerreros, el espíritu de nuestra amada estepa.