Uno de los peores males
que ha azotado a México es el de sus presidentes. Salvo honrosas y momentáneas
excepciones, todos o casi todos han tenido dos características: dejar al país
peor de lo que lo recibieron y dejar sus finanzas personales mejor, mucho mejor
que como estaban antes de que aterrizaran en el más alto cargo de la nación.
Sumado a esto, la mayoría no ha renunciado a la pensión vitalicia que en teoría
sirve para asegurar que no anden haciendo desfiguros como ex mandatarios.
Obviamente, tanto el enriquecimiento inexplicable como la partida jubilatoria
son dos obscenidades que sólo pueden explicarse por la ruta del cinismo.
Dos son, creo, los ex
presidentes que recientemente han incurrido con más ahínco en ambas formas de
la desvergüenza: Vicente Fox y Felipe Calderón. Ambos panistas o ex panistas,
ya no sé, los dos gozan de la pensión millonaria y el pago de personal a su
servicio no para que, en el mejor de los casos, se retiren a rumiar solos o con
sus camarillas el desastre que provocaron en sus respectivos desgobiernos. Con
un fervor digno de mejores causas, en lugar de ofrecer conferencias o escribir
serenamente sus memorias se han dedicado a participar como orates en la vida
pública, y esto deja la impresión de que no llenaron con los sexenios de locura
que nos infligieron.
Me detengo sobre todo aquí,
por ahora, en las estultas declaraciones del guanajuatense, quien, desbozalado,
no cesa de opinar y opinar como si todavía tuviera capital moral. Con lujo de
mentecatez, Fox ha encontrado en Twitter un foro idóneo para emitir sandeces en
las que el fondo es odio y la forma, mierda. El odio, su odio, ha sido
encaminado, ya por tercera vez, a López Obrador, al que no le concede ni el
mérito de la perseverancia. Odiar no es raro, y todos o casi todos los
ciudadanos albergamos en nuestro fuero íntimo esta lamentable pasión y cuando
se presenta la oportunidad no dejamos de externarla. Pero un ex presidente no
es un ciudadano cualquiera. Si ya fue desastroso, debería tener al menos el
decoro de parecer inteligente, ecuánime, sensato en el retiro. Fox, al
contrario, pelea así, con tuits como este en el que “debate” contra Tatiana
Clouthier: “Mi querida tatiana que dira tu padre verte sumada a ese equipo d
delincuentes.Que verguenza al apellido CLUTHIER,sumandote a un caudillo con
CERO principios.Que diran los ciudadanos a quienes nos inspiró y movilizó el
MAQUIO. Me pregunto quien ha perdido la razón?” ¿En esto se gasta la
pensión? ¿No le alcanzará para comprar un Tafil y una gramática? Da pena.