sábado, noviembre 22, 2014

Clamor con eco global














En julio de 2010 publiqué aquí uno de los muchos textos editoriales que en esta columna se han referido, con o sin estilo elíptico, al problema de la violencia en La Laguna o en México. Llevaba como título “Madrugada internacional” y, como todo lo que aparece con mi firma en estas páginas, está archivado y visible en el blog Ruta Norte Laguna desde 2006 a la fecha. En aquel texto, recuerdo, hice notar con un  recurso sencillo que por fin la violencia lagunera era nota no sólo local, pues la información sobre la matanza de la Quinta Italia Inn, una de las más brutales que han sacudido nuestras vidas, apareció en periódicos de todo el planeta.
Mi preocupación en aquel momento, también documentada en varios textos de esta columna, era que la violencia padecida por los laguneros no trascendía informativamente los cerros grises y pelones de nuestra región, que aquí era posible matar por puños y apenas aparecía algo, una arrinconada notita, en los periódicos de la capital. Luego de algún crimen multitudinario, como acto casi reflejo yo hurgaba durante las mañanas en El Universal, La Jornada, Excélsior, Reforma y Milenio, y lamentablemente no sentía el mismo eco periodístico que sí tenían ciudades igualmente violentadas como Juárez, Tijuana, Culiacán, Reynosa, Laredo y demás. Mi pregunta era obvia, y la hice: ¿por qué si en La Laguna caen acribillados por decenas no hay una cobertura periodística nacional? ¿Qué no tenemos la misma importancia que otras regiones del mapa mexicano? Mi inquietud, obvio, no tenía que ver con el ansia de glamour, sino con la urgencia de que muchos ojos del exterior vieran el infierno en el que vivíamos y quizá lo denunciaran.
Pero ocurrió la masacre de la Quinta Italia Inn, recordamos, y fue entonces cuando no sólo pasamos a ocupar las primeras planas de los diarios nacionales, sino de decenas de periódicos y portales de internet en todo el mundo. Pude comprobarlo con el traductor de Google: La Laguna era noticia internacional, por fin veían nuestro calvario más allá de Bermejillo y León Guzmán. Así, armé  mi columna con la transcripción de los primeros párrafos de notas publicadas en diferentes idiomas. Por ejemplo, en italiano decía así (con todo y el error, que no debería serlo ya, sobre la capital de Coahuila): “Diciassette morti e una ventina di feriti. Questo il bilancio drammatico dell'ennesimo fine settimana di sangue in Messico. Dove un commando armato ha fatto irruzione in un centro residenziale dove era in corso una festa alla quale partecipavano tutti giovani fra i venti e i trent'anni. Teatro della strage Torreon, capitale dello Stato di Coahuila, una zona a ridosso della frontiera con il Texas. Il bilancio potrebbe aggravarsi, poiché alcuni dei ragazzi feriti, condotto negli ospedali della zona, sarebbero in condizioni molto critiche”.
El jueves 20 de noviembre de 2014, lo vimos todos salvo quienes habitualmente no ven esto, decenas de medios de comunicación en el mundo fueron testigos del clamor que hasta la fecha, creo, es el más sonoro entre todos los que alguna vez han jalado la atención del planeta hacia nuestro país. Esto es importante, insisto, no por caché geopolítico, sino porque da fe internacional de que se ha manifestado una inquietud generalizada y legítima entre los mexicanos, lo que a su vez posibilita la presencia de organismos y más medios foráneos que puedan luego exhibir las condiciones en las que se mata, se ejerce la justicia y se distribuye la riqueza en nuestro país.
Por último y a propósito del 20-11, un diario alemán comienza su nota del 21 con estas palabras: “Tausende gingen aus Solidarität auf die Straße”, lo que en el romance del traductor Google significa “Miles de personas salieron a las calles en solidaridad”.