Cuando yo era niño no había Halloween ni
nada de eso. Íbamos al panteón y allí nos aterrábamos en los dos sentidos del
verbo "aterrar".
Nota. En la foto, el CEO de este blog versión western en los tiempos del cólera. El lugar donde irradia su miedo es probablemente el parque Morelos de Gómez Palacio, Durango.