La crisis edifica un mundo de paradojas. Leo un largo reportaje del Semanario publicado por Vanguardia, en Saltillo, y me informo sobre las tendencias del apetito venéreo mercantilizado en medio del desastre económico. Al parecer, los calenturientos han emigrado a otras prácticas, acaso a la continencia monacal impuesta por las calamitosas circunstancias que vivimos. Pueden ser dos las razones de la sequía, ambas relacionadas con el billete: a) el estrés que produce no tenerlo pega directamente en las zonas erógenas; y b) el apetito puede permanecer incólume, pero sin dinero no es posible comprar absolutamente nada en el mercado de los placeres carnales.
El reportaje se ciñe a la realidad de Saltillo, donde los despidos provocados por la recesión han aumentado escandalosamente los casos de disfunción eréctil: cuando la cartera está vacía, los pájaros languidecen como si hubieran sido pintados por Dalí. Consigna la investigación que es un fenómeno comprobadísimo: a más líos económicos, menos ganas, lo que no sólo ha alejado a la clientela potencial de téiboles, sino de hotelitos con cortina en cada habitación y de sex shops. En otras palabras, la crisis ha estremecido al mercado de los pelos y el sudor a precio, y ya en este momento lo mantiene a raya y en shock.
Lo extraño es que, mientras lo non sancto se aleja obligadamente de su nonsanctidad, lo supuestamente tocado por la pureza coquetea con el mercado de la libido alborotada. Son las contradicciones nacidas en el seno del colapso financiero. Porque suena de veras muy raro que en Italia un fotógrafo haya tenido la supercalifragilisticaespiralidosa ocurrencia de captar las imágenes de algunos curas bien parecidos para incluirlas en un calendario. Con sotana, con alzacuellos, todos bien afeitados y peinados con absoluta sobriedad, los jóvenes ensotanados miran a la cámara sin hacer poses voluptuosas ni insinuantes: sólo miran a la cámara, pero como son tipos elaborados con nonio (o vernier), a la medida, alaindelonescos, esa sola pose puede ser muy excitante, no sé, para ciertas mujeres que alguna vez hayan jugado con la pecaminosa fantasía de agenciarse un padrecito de muy buenas hechuras. El material ha sido reunido en un producto denominado Calendario Romano 2009, y el vaticano todavía no se pronuncia en contra de él, por lo que el fotógrafo, de nombre Piero Pazzi, seguirá en la promoción para su venta y en futuras convocatorias para nuevos calendarios de índole sexiclerical.
Como la santa sede ha sostenido que cada sacerdote aparece allí “a título personal” y no lo ha condenado, los fotógrafos artísticos mexicanos tienen una enorme posibilidad de entrar al negocio, de abrir, como dicen los expertos en negocios, un “nicho de mercado” nuevo en nuestro país. No sé si haya suficientes curas caritas en México, pero no tendría ningún chiste buscar a sacerdotes de rango menor, desconocidos. Sería un hitazo, más bien, que algún artista de la lente convocara en un solo calendario a los figurones de la más alta jerarquía mexicana. Imaginemos que excitante sería ver, por ejemplo, a:
1) Norberto Rivera: ideal para el mes de marzo, por su rostro fresco y primaveral. Como modelo podría posar sentado en alguna silla de country club, y al fondo se podrían ver golfistas y esos cochecitos que ellos suelen usar para no cansarse con ese deporte tan fatigoso.
2) Juan Sandoval Íñiguez: por la gelidez de sus convicciones y por ser uno de los que siempre toman la iniciativa para todo, sería un modelo inmejorable para enero. Como le gustan mucho los grandes negocios, en su foto posaría dentro de la espaciosa oficina (prestada) de algún empresario, con caobas y brillos por doquier.
3) Onésimo Cepeda: es uno de los más vinculados a las elites económicas del país. Como sabe moverse entre la gente de muchísimo dinero, es un buen modelo para diciembre, el mes de los aguinaldos. En la foto podría lucir, buen símbolo de lo que representa, la poderosa puerta de una bóveda bancaria y él de frente, con los brazos cruzados y en contrapicado, como si fuera portada de Poder y Negocios.
El reportaje se ciñe a la realidad de Saltillo, donde los despidos provocados por la recesión han aumentado escandalosamente los casos de disfunción eréctil: cuando la cartera está vacía, los pájaros languidecen como si hubieran sido pintados por Dalí. Consigna la investigación que es un fenómeno comprobadísimo: a más líos económicos, menos ganas, lo que no sólo ha alejado a la clientela potencial de téiboles, sino de hotelitos con cortina en cada habitación y de sex shops. En otras palabras, la crisis ha estremecido al mercado de los pelos y el sudor a precio, y ya en este momento lo mantiene a raya y en shock.
Lo extraño es que, mientras lo non sancto se aleja obligadamente de su nonsanctidad, lo supuestamente tocado por la pureza coquetea con el mercado de la libido alborotada. Son las contradicciones nacidas en el seno del colapso financiero. Porque suena de veras muy raro que en Italia un fotógrafo haya tenido la supercalifragilisticaespiralidosa ocurrencia de captar las imágenes de algunos curas bien parecidos para incluirlas en un calendario. Con sotana, con alzacuellos, todos bien afeitados y peinados con absoluta sobriedad, los jóvenes ensotanados miran a la cámara sin hacer poses voluptuosas ni insinuantes: sólo miran a la cámara, pero como son tipos elaborados con nonio (o vernier), a la medida, alaindelonescos, esa sola pose puede ser muy excitante, no sé, para ciertas mujeres que alguna vez hayan jugado con la pecaminosa fantasía de agenciarse un padrecito de muy buenas hechuras. El material ha sido reunido en un producto denominado Calendario Romano 2009, y el vaticano todavía no se pronuncia en contra de él, por lo que el fotógrafo, de nombre Piero Pazzi, seguirá en la promoción para su venta y en futuras convocatorias para nuevos calendarios de índole sexiclerical.
Como la santa sede ha sostenido que cada sacerdote aparece allí “a título personal” y no lo ha condenado, los fotógrafos artísticos mexicanos tienen una enorme posibilidad de entrar al negocio, de abrir, como dicen los expertos en negocios, un “nicho de mercado” nuevo en nuestro país. No sé si haya suficientes curas caritas en México, pero no tendría ningún chiste buscar a sacerdotes de rango menor, desconocidos. Sería un hitazo, más bien, que algún artista de la lente convocara en un solo calendario a los figurones de la más alta jerarquía mexicana. Imaginemos que excitante sería ver, por ejemplo, a:
1) Norberto Rivera: ideal para el mes de marzo, por su rostro fresco y primaveral. Como modelo podría posar sentado en alguna silla de country club, y al fondo se podrían ver golfistas y esos cochecitos que ellos suelen usar para no cansarse con ese deporte tan fatigoso.
2) Juan Sandoval Íñiguez: por la gelidez de sus convicciones y por ser uno de los que siempre toman la iniciativa para todo, sería un modelo inmejorable para enero. Como le gustan mucho los grandes negocios, en su foto posaría dentro de la espaciosa oficina (prestada) de algún empresario, con caobas y brillos por doquier.
3) Onésimo Cepeda: es uno de los más vinculados a las elites económicas del país. Como sabe moverse entre la gente de muchísimo dinero, es un buen modelo para diciembre, el mes de los aguinaldos. En la foto podría lucir, buen símbolo de lo que representa, la poderosa puerta de una bóveda bancaria y él de frente, con los brazos cruzados y en contrapicado, como si fuera portada de Poder y Negocios.