jueves, diciembre 25, 2008

Cursi y ruda



Las fotos que pude hallar con el buscador icónico de Google son contundentes: Laura Zúñiga Huízar, nuestra belleza Sinaloa 2008, es en efecto un bombonazo que alegra la pupila más apática. Frágil, encantadora, la chica oriunda de Culiacán se ve como palomita mensajera al lado de los bisontes con los que se codeaba hasta que la detuvieron, el martes, en Zapopan. El contexto de su captura fue surrealista, como de hecho lo es buena parte de la información que fluye en México: Zúñiga Huízar avisó a su familia que sólo iba a una posada. De Culiacán a Zapopan, sí, a una posada. La realidad era otra: estaba metida, no sabemos hasta dónde, en el negocio de la droga, y allí cayó el reinado que por su espectacular facha bien merecía.
Hallé en una de las páginas relacionadas con el mundo de los certámenes de belleza una brevísima entrevista; se la hicieron cuando aspiraba apenas a la corona de su entidad, que por cierto es tierra de mujeres triple A. No hay diferencia entre lo que puede contestar cualquier otra miss, pero en este caso la cosa cambia (o “varea”, como me dijo alguna vez un vendedor de tunas): del mundo rosa, del ámbito lupitajonesco donde la cursilería sienta sus reales, Zúñiga Huízar pasó al universo de la rudeza donde el cuerno de chivo determina quién es quién en los deportes. Este es mi país, esta es mi gente. De un día a otro la realidad se encarga de hacer travesuras extraordinarias, situaciones que desbordan la ficción más descabellada. Esta es la entrevista a la hermosura culichi:
Aficiones
Leer y estar con mi familia
Comida Favorita
Comida típica mexicana
¿Ciudad o país que te gustaría conocer?
Egipto y Sudáfrica
¿Qué es lo que más te gusta de ti?
Que tengo mucha paciencia.
¿Por qué crees merecer ser la ganadora de Nuestra Belleza Sinaloa?
Más que merecer, es el honor de poder representar a mi estado y ayudar a otras personas.
¿Qué se siente salir seleccionada para el certamen?
Alegría y a mis padres les llena de orgullo”.
La noticia ha dado obvio pábulo a los juegos de palabras: narcobeldad, narcomiss, narcorrorra, y así hasta agotar existencias. Al ritmo que vamos, pues, pronto no habrá actividad que no sea tocada frontal u oblicuamente por el negocio, de manera que más vale preparar las palabras de ese vocabulario hipotético: narcolegislador, narcopayaso, narcocantante, narcosoprano, nacoestilista, narcoplomero, narcoarquitecto, narcomaestro, narcodentista, narcocorredor de bienes raíces, narcojoyero, narcopoeta, narcoeditor, narcosacerdote, narcodiplomático, narcoastronauta, narcorreportero, narcocazador de narcos, narcodeportista, narcorregidor, narcobanquero, narcoactor, narcochef, narcomodisto, narcopeluquero, narcopadrote, narcofilántropo, narcoescultor, narcopríncipe, o sus variantes más especializadas, como narcolateral derecho de los Tiburones Rojos del Veracruz, narcoabogado penalista con especialidad en casos de robo, narconovelista policiaco.
El caso es que la realidad cómica, mágica y musical mexica no se agote de dar tema. Mientras siga la mata dando, seguiremos fumando.

Terminal
En nuestra gustada sección “Ocurrencias misceláneas”, va: el martes en la noche estuve en una posada con los amigos Gilberto, Javier y Miguel Prado Galán, Fernando Montano y los hermanos Salvador y Enrique García Cuéllar. El último de los mencionados es director de un periódico en Tapachula, y traía a su tierra, La Laguna, ocurrencias harto interesantes que fueron brotando durante la charla. Anoté tres: 1) comenta que en Tapachula supo de dos sujetos que eran conocidos como “Los Hermanos Torpedo”, porque uno era torpe y el otro pedo; 2) alguien preguntó que cuál había sido el pecado de Onán, y su respuesta fue metafóricamente genial: “Bajarse en marcha”; y 3) hizo una definición muy original de la ouija: lap top de madera.