viernes, diciembre 07, 2007

Burrotes



La noticia tronó como palomita de a peso en todo el país: “Reprueba México examen de la OCDE sobre rendimiento escolar”. ¿A poco? ¿Qué no somos chipocludos mundiales en todos los rubros? Pus nel, como dijo el fósil universitario, el examen de la OCDE nos suministra una pastilluca de Ubicatex para que sepamos en qué lodazales de ignorancia se revuelca, cual marrano recién cebado, nuestro sistema educativo.
No sé por qué nos creemos a diario el mito del desarrollo. Salvo para una minoría de verdaderos potentados (Slim y Cía.), en México no hay desarrollo en ningún plano, sólo estancamiento o retroceso, y el área de la educación es un ejemplo acabado de tal parálisis. Presumimos infraestructura, libros gratuitos, enciclomedias, bibliotecas de aula, novedosas técnicas pedagógicas y de evaluación, pero la realidad es que fracasamos todos los días en el intento de formar a los mexicanos del negro mañana.
Así que perdón por el exabrupto: nos azoramos por los crímenes del narco que ya brotan a diario en cualquier lado, nos alarmamos con provocaciones como la de Norberto Rivera y sus campanazos, nos inquietamos por el cinismo de Felipurio en entrevistas televisivas, pero dejamos pasar (como si se tratara de un choro más) el peor crimen que se puede cometer contra un pueblo: imbecilizarlo, neutralizar su impulso creativo, amputar su capacidad crítica. Pues bien, eso han hecho los sexenios recientes y sus políticas, por ello era necesario echarlos por la borda, acabar con la perversidad enquistada en México tras la imposición del modelo salinista que padecemos todavía y sigue dando pésimos dividendos, como el resultado de la OCDE que nos coloca unas orejas de Platero tan grandes como sombrero charro.
Y a propósito de charros, en la dinámica de asnamiento nacional no es poca la responsabilidad del sindicato que regentea, igual a madrota en sillón floreado, la primera profesora del país. ¿Cómo queremos buenas calificaciones en la ODCE si, para empezar, la Cleopatra de nuestros preceptores tiene una trayectoria que Atila envidiaría? Con ese cáncer encima, la educación en México está condenada al fracaso, y sólo dudan que eso no suceda quienes almacenan un monumental optimismo o, de plano, quienes tienen raja económica si se relacionan en buenos términos con la mandona del pobresorado.
Los números, números que sólo son una constatación de lo que ya sabemos, son más escalofriantes que el rostro de Linda Blair en su cama y poseída por el demonio: “50 por ciento de los jóvenes de 15 años se ubicó en los niveles cero y uno, los más bajos del rendimiento escolar en las habilidades científicas, matemáticas y de lectura, lo que significa que están poco calificados para pasar a los estudios superiores y resolver problemas elementales”; “el país cayó 12 puntos en lectura y ciencias, y sólo aumentó 19 en matemáticas, si se comparan los resultados con los obtenidos en 2000. Así, México se distingue una vez más por ocupar el último lugar no sólo en ciencias —como se adelantó la semana pasada—, sino también en las competencias lectoras y de matemáticas de las 30 naciones integrantes de la OCDE”. A ese paso, dentro de algunos años batiremos todas las marcas en materia de burros con dos patas. Mientras tanto, los imperios de Televisa y de Elba Esther siguen creciendo. Enhorabuena.