sábado, febrero 24, 2024

Genial genio del idioma












Escribió José G. Moreno de Alba (Minucias del lenguaje, FCE, México, 1992, p. 30) que aumentativos como “camionzote” son menos comunes en la escritura que en el habla, y así es, por eso la dificultad que nos plantean a la hora de precisar cómo asentarlos. Por lo pronto, muchos sustantivos terminados en “ón” como “camión”, “pelón”, “león”, “camarón”… y otros como “lonche”, “bonche”, “pinche” y demás dan en el habla “camion/zote/sote”, “pelon/zote/sote”, “leon/zote/sote”, “camaron/zote/sote”, “lonche/zote/sote”, “bonche/zote/sote” y “pinche/zote/sote”, y no, como sería lo lógico si nos atenemos a la existencia del prefijo aumentativo “ote”/“ota”, “camionote”, “pelonote”, “leonote”, “camaronote”, de la misma manera en la que de “libro” sale “librote” o de “puerta” sale “puertota”, y no “libresote” o “puertesota”.

 La falta en la escritura del aumentativo “zote” o “sote” para algunas palabras mueve pues la reflexión de Moreno de Alba; lo plantea así: “Hace unos días alguien me preguntó cómo debería escribir el aumentativo del sustantivo camión. Podría haber sugerido, para evitar problemas, la forma camionazo; sin embargo es obvio, por una parte, que los hablantes dan a este derivado un sentido no precisamente aumentativo sino más bien el de acción contundente, golpe, choque, colisión, etc.; y, por otra, que todo el mundo emplea el aumentativo camión (s,z)ote, aunque es mucho más difícil encontrarlo escrito”.

Más adelante, luego de hacer otras consideraciones, señala: “No veo por tanto inconveniente en decir que -(s,z)ote es una variante, un alomorfo del sufijo -ote. Sabemos que la z alterna con c en algunos casos (cocer, cuezo). Por ello podría quizá sugerirse que la variante de -ote se escriba con -z (-zote, camionzote), letra que, como se sabe, sustituye a la c, cuando le siguen las vocales a, o, u”.

El problema no parece existir en palabras que con “z” o con “s” en la sílaba final podrían construirse sin romperlas: “pescuezo-pescuezote”, “pedazo-pedazote”, “menso-mensote”, “intenso-intensote”. Tal vez de ahí, lo digo como mera corazonada, nació el aumentativo “zote”/“zota”, que como ya estamos viendo no existe en español. Por otro lado, es posible que ante la duda en la escritura sigamos sin querer queriendo el aumentativo puesto en circulación por la marca comercial del jabón Zote, con “z”.

Este debate interno por una simple letra me nació en un supermercado. Allí, en el rótulo con el precio de un producto, vi una palabra del grupo terminado en “ón” (“chicharrón”) que motiva estas líneas: “chicharronzote”, decía, atenido a la forma popular del aumentativo y con “z”, no “chicharronote”.

En otras palabras, tanto en el habla como en la escritura, el genial genio del idioma parece haber dado con dos soluciones apegadas a la recomendada por el maestro José G. Moreno de Alba, expresidente de la Academia Mexicana de la Lengua.