Por razones sobre todo literarias, en los más recientes
tres meses he hecho varios viajes por tierra en nuestro país. Forzosamente, por
ello, he tenido que salir de la central camionera de Torreón y he tenido que
llegar a las centrales de cada uno de mis destinos. El contraste de nuestra
terminal y las ajenas es, lo digo con tristeza, abrumador en casi todos los
casos, tanto que no veo razón para ocultar que la torreonense no es una central
de autobuses comerciales, sino un muladar del que deberíamos estar avergonzados.
No sé qué empresa la administra ni qué tanto tiene que
ver allí el ayuntamiento municipal, pero es un hecho que desde hace muchos años,
por no decir que desde siempre, y más hoy, se encuentra en el olvido. Todo en
esta central es un desastre. Desde que uno llega, es horrible la entrada por un
pequeño laberinto de tres carriles apretujados y mal divididos. A los lados
ofrece dos zonas de estacionamiento para visitantes; sólo funciona la del flanco
oriente, y ambas son espantosas, sin señalamientos, separadas de la calle con
malla de alambre; la que funciona tiene una caseta desvencijada donde alguien,
un pobre trabajador, cobra la salida de los vehículos y levanta la pluma.
Dentro de las instalaciones todo huele a fealdad y obsolescencia. Los baños son
de torniquete y ni siquiera en la zona de abordaje, cuando se supone que uno ya
pagó el servicio de transporte, hay sanitarios libres y limpios. El área de
andenes está por las mismas: polvosa, lamentable. Aquí, de veras, da vergüenza
salir de (o llegar a) Torreón.
Salvo la de Querétaro, que casi parece un aeropuerto por su iluminación, su aseo y sus espacios comerciales, las que vi recientemente no son una maravilla pero al menos mantienen un mínimo estatus de cuidado y consideración a los viajeros. La de Monterrey ha decaído, cierto, pero sigue mucho mejor que la de aquí. La de Durango es muy decorosa todavía, e igual pasa con la de Guadalajara. Y así sea por muy poco, incluso la de Gómez luce mejor que la de Torreón. El caso es que el elefante blanco de la avenida Juárez tiene un aspecto ruinoso y por esto tal vez sea la terminal de autobuses más precaria entre las ciudades importantes del país, una mancha en el rubro infraestructural de nuestro municipio.