Dos libros más de Saúl Rosales han salido espalda con espalda, simultáneamente. Son Sor Juana en un vitral y Jesús Morales Hernández. Un vikingo en la guerrilla urbana. Ambos comenzaron a circular en noviembre y ninguno ha sido presentado por la razón que todos conocemos. Espero que este 2021 no avance tanto sin abrir la posibilidad de reunirnos para presentar libros pendientes y todo lo demás. Sor Juana en el vitral fue editado por Ruth Castro, y por mí Un vikingo en la guerrilla urbana. Ambos libros están disponibles en El Astillero, librería ubicada en la avenida Morelos entre Ildefonso Fuentes y Leona Vicario. Quiero por ahora detenerme brevemente en el segundo.
Saúl
me pidió que escribiera el texto de la contratapa, y esto así: “En los sesenta
y setenta el sistema político mexicano mostraba a plenitud su verdadero rostro
autoritario y cerrado. La autodenominada ‘familia revolucionaria’ se había
petrificado en el poder político-económico y cada seis años echaba a andar la
maquinaria electoral que paría otro sexenio autoritario, cerrado y cada vez más
rapaz. Debido a este contexto y con el fresco ejemplo de Cuba en la mente,
muchos jóvenes de nuestro país fueron forzados a tomar el camino de la lucha armada
en sus dos vertientes: la rural y la urbana. Estos jóvenes radicalizados en su
deseo revolucionario fueron brutalmente perseguidos por el régimen que, por
supuesto más numeroso y mejor armado, en muchos casos los alcanzó para luego
someterlos a torturas indecibles y, en buena parte de los casos,
matarlos/desaparecerlos. Jesús Morales Hernández es uno de aquellos jóvenes. Su
ejemplo de idealismo, su temprana y sólida convicción política, lo llevaron a
la prisión y al horror de la tortura. Como él, y éste es su triunfo, muchos
jóvenes aceleraron la erosión del sistema político que de otra manera no
hubiera cambiado ni un milímetro. Un
vikingo en la guerrilla urbana, diálogo del exguerrillero con Saúl Rosales,
testimonia que aquellas luchas, por heroicas, jamás deben ser olvidadas”.
Este
es el segundo libro que el autor de Autorretrato
con Rulfo ofrece sobre la guerrilla mexicana de los sesenta-setenta. El
primero fue El Guerrillero, un
acercamiento a la vida de Raúl Florencio Lugo, quien en su juventud, el 23 de
septiembre de 1965, formó parte del grupo que emprendió el Asalto al Cuartel de
Madera, en Chihuahua, hecho que hacia 1967 documentó profusamente otro
lagunero, el profesor José Santos Valdés.
En
Un vikingo en la guerrilla urbana,
Rosales vuelca una larga entrevista sostenida con Jesús Morales Hernández,
quien vive en Guadalajara. El motivo principal que derivó en la hechura del
libro fue expresado sin rodeos por el entrevistador en el mismísimo arranque de
la introducción: “Desde los primeros años de la guerrilla socialista, la rural y la urbana, he
sentido la necesidad de purgarme del sentimiento de haber andado por caminos
que sólo espinaban con las incomodidades convencionales de la militancia en la
izquierda mientras un puñado creciente de jóvenes llevaba al grado heroico su compromiso
con el pueblo. Esta obra intenta satisfacer tal necesidad”.
Las páginas de Un vikingo —Vikingo es el apodo de Jesús Morales— en la guerrilla urbana recorre, en efecto, el difícil camino
elegido en la juventud por alguien que a la fecha puede contar de qué estaba
hecha la realidad en aquellos años políticamente tortuosos, duros sobre todo
para quienes se radicalizaban en su lucha por alcanzar cambios sociales.