Durante el confinamiento he recibido, como todos, invitaciones para dialogar por la vía digital. Una de ellas fue la rara entrevista del reportero Eugene Rupinski para una web deportiva norteamericana. El texto apareció en inglés. Dado que él cubre al Santos Laguna, me interrogó sobre La Laguna, sobre su gastronomía y su gente, y ahora que husmeo las respuestas me asombra que, aunque cercano, todo parece parte de un pasado ya remoto, el pasado prepandémico. ¿Volveremos a vivir esa vida y salir a donde nos apetezca? Este es el diálogo-paseo por La Laguna y otras yerbas. Debo recordar que en la edición gringa apareció en inglés:
Cuéntame un poco sobre ti y tú conexión de la Comarca Lagunera.
Una semblanza fría de mi vida supone
lo siguiente: Jaime Muñoz
Vargas nació en Gómez Palacio, Durango, en 1964, y reside en Torreón, Coahuila,
desde 1977. Siempre ha vivido pues en la Comarca Lagunera. Actualmente es
responsable del Centro de Difusión Editorial y maestro de la Ibero Torreón, y
coordinador del taller literario del Teatro Isauro Martínez. Entre otros
libros, ha publicado las novelas El principio del terror, Juegos
de amor y malquerencia y Parábola del moribundo; los libros de
cuentos El augurio de la lumbre, Las manos del tahúr,
Monterrosaurio, Ojos en la sombra, Leyenda Morgan, Polvo somos
y Grava suelta; y los libros de periodismo Tientos y mediciones, Solazos
y resolanas y Gambeta corta, además
de haber sido incluido en numerosos libros colectivos como la antología La otra
mirada, publicada en Palencia, España. Ha ganado los premios nacionales de
Narrativa Joven, de novela Jorge Ibargüengoitia, de composición del himno del
Instituto Mexicano del Seguro Social, de cuento de San Luis Potosí, de
narrativa Gerardo Cornejo y de novela Rafael Ramírez Heredia. Reseñas y
artículos suyos han aparecido en periódicos y revistas de México, España y
Argentina. Escribe la columna “Ruta Norte” para el periódico Milenio
Laguna y es articulista de la revista Nomádica. Desde 2006
mantiene actualizado el blog rutanortelaguna.blogspot.mx
Al margen del currículum está lo más importante: tengo tres hijas, todas nacidas en Torreón y todavía estudiantes (de literatura inglesa en la UNAM, de psicología en la Ibero Torreón y de preparatoria en la Universidad Autónoma de Coahuila); tengo seis hermanos (todos nacidos en Gómez Palacio, igual que mis padres, ambos ya fallecidos), y mi pareja es de Matamoros de La Laguna, ciudad aledaña a Torreón. Esto significa que mi vida y mis relaciones más cercanas tienen que ver con La Laguna, de suerte que para mí ser lagunero es entrañable. En suma, todo lo que soy y hago se relaciona de alguna manera con esta amada región.
Cuéntame de la cultura y la gente de la Comarca
Lagunera. El centro es una metrópolis, pero fuera de las ciudades (Torreón,
Gómez Palacio, y Lerdo) es un rancho. Toda la gente que conocí fui muy amable y
agradable.
Nuestra comarca se llama así, Comarca
Lagunera o La Laguna porque se autoconcibe como una región, no como un conjunto
de ciudades aisladas. Si bien una parte de La Laguna pertenece al estado de
Durango y la otra a Coahuila, y si bien cada municipio es administrativamente
autónomo, todos aquí nos asumimos como laguneros, como parte de una misma
comarca, y en general no tenemos pugnas entre nosotros. Todas las ciudades de
la región tienen más o menos los mismos rasgos culturales en gastronomía,
habla, acento, iconos históricos, voluntad para el trabajo, equipo de futbol y
beisbol, etcétera. En efecto, la zona metropolitana (Torreón, Gómez Palacio y
Ciudad Lerdo) configuran un conglomerado compacto con rasgos de mayor
desarrollo comercial e industrial; los municipios cercanos como Matamoros de La
Laguna, San Pedro, Francisco I. Madero, Viesca, Mapimí, Tlahualilo y Cuencamé
tienen un menor desarrollo económico y todavía, por suerte, hermosos y
pintorescos tintes de carácter rural. No me parece exagerado afirmar que la naturaleza
de los laguneros es amable, cordial, dispendiosa, compartida, alegre, y esto se
manifiesta principalmente frente a los fuereños. Creo que difícilmente un
lagunero trata mal a alguien que viene de fuera. Al contrario, rápidamente
busca incorporarlo, ayudarlo, convertirlo en “lagunero”.
En el desierto los recursos son escasos.
En inglés hay un dicho “doing more with less” (hacen más con menos, utilizando
todo a la máximo). ¿Es el caso de la comida de la región, es igual?
Nuestro principal problema en la
región es la escasez de agua. Acá casi no llueve, es un semidesierto. Lo que aquí
se siembra debe ser regado con agua diestramente guiada por canales y acequias,
además del agua extraída del subsuelo. Pese a esto, La Laguna como región ha
configurado una de las economías más pujantes de México. Dado que esta zona fue
poblada por grupos étnicos de muchas partes del mundo, tiene una gastronomía exquisita
aunque a mi juicio no muy variada. Sus platillos más populares son sencillos y
deliciosos, como la emblemática “gordita” o el poderoso “lonche”. Su carne es
muy buena, de la mejor del país, y creo que en ninguna parte del mundo hay
hamburguesas como las que se han diseñado por acá. Es además, por el calor, una
región altamente consumidora de gaseosas y cerveza, y buena para la creación de
golosinas saladas y dulces. Soy un informante muy parcial, puesto que nací y
radico aquí, así que créanme la mitad si afirmo que nuestra comida popular es
la mejor del mundo.
En el caso de Santos Laguna, dicen que
una de sus fortalezas es que hace más con menos. ¿Tienes ejemplos en tu
experiencia viviendo todo relacionado con el equipo?
Yo soy fanático de dos equipos
mexicanos: Cruz Azul y Santos Laguna. Del primero por mi infancia: cuando yo
era niño, el Santos Laguna no existía y dado su tricampeonato, adherí a los
colores de la Máquina Celeste. Luego, en 1983, nació el Santos Laguna y de
inmediato, por ser el equipo de mi tierra, comencé a apoyarlo. El equipo
lagunero es un equipo joven, cierto, pero ya muy exitoso, y nunca lo ha sido
por su dinero, sino porque juega bien y es aguerrido, luchón, orgulloso como la
gente de aquí. Estas características han permitido que crezca exponencialmente
su número de seguidores no sólo en México, sino en Estados Unidos, país en el
que su playera es muy solicitada. Cuando uno piensa en un equipo triunfador
como en Santos Laguna y al mismo tiempo lo relaciona como oriundo de un
semidesierto, crece el valor de sus logros.
Eres de la Comarca Lagunera, ¿cuáles son
tus lugares favoritos para comer?
Por lo común voy a establecimientos
populares, no muy caros, pues acá hay de todo, desde lo muy muy económico hasta
lo muy caro. Yo me muevo en la mitad de la tabla de precios, o quizá un poco
más abajo. Me agrada la comida popular. En gorditas me gustan dos
establecimientos: Gordirricas (Javier Mina y Escobedo, en Torreón) y Garza y
Garza (Abasolo y Donato Guerra). En hamburguesas me gustan las de un lugar
llamado Fofoy (Victoria y Zaragoza, en Gómez Palacio) y La Laminita (Allende y
Donato Guerra, en Torreón). En tacos me gustan los de una taquería sin nombre
ubicada en la Bravo y García Carrillo, en Torreón, y los de Juanchorrey
(González Calderón y Juan Terrazas, en Torreón). El menudo o pozole me gustan
en El Danubio (Escobedo y Leandro Valle, en Torreón), y la mejor birria que he
probado la preparan en un modesto estanquillo llamado Beto (Allende y Valdés
Carrillo, en Torreón). Los lonches que más me placen son los de El Sabrosito
(Escobedo y González Ortega, en Torreón). También me agrada comer pescados y
mariscos en El Güero (Donato Guerra e Hidalgo, en Torreón), y por último,
cuando quiero darme un agasajo un poco más caro, voy al restaurante Pampas
Gaucha (mall Galerías, en Torreón) o
a un café llamado Makiata, no tan caro pero de tipo y menú menos popular.
¿Cuáles son tus lugares favoritos en la
región que no sea de comer?
No soy de mucho salir, de ir al cine
o eso. Los lugares que más me gustan de La Laguna son el Teatro Isauro Martínez
y la Universidad Iberoamericana, donde trabajo. Soy adicto a la lucha libre,
así que voy tan seguido como me resulta posible a la que ofrece la Arena
Olímpico Laguna de Gómez Palacio. También me gusta la alameda de Torreón. Soy habitué,
eso sí, de nuestras pocas librerías: muy seguido voy a ver y comprar libros en
El Astillero, hermosa librería ubicada en la Morelos y Leona Vicario, en
Torreón. También voy a Gonvill, en el mall
Cuatro Caminos, y a la librería Educal ubicada en el Museo Arocena, un espacio
bellísimo. Asimismo, compro en El Libro Usado, librería de viejo ubicada en
Falcón y Morelos, y, también de viejo, a la Otelo, en Juárez e
Ildefonso Fuentes, Torreón.
¿Qué dirías a la gente sobre la ciudad
en donde vives?
Puesto que me gusta como es, a nuestra gente le diría lo que a la patria le escribió el maravilloso poeta Ramón López Velarde: “te doy de tu dicha la clave / sé siempre igual, fiel a tu espejo diario”. Insisto: no soy un entrevistado imparcial si hablamos de esta región y de su gente. Para mí, la Comarca Lagunera es un lugar más bien feo, de clima difícil, incluso hostil, pero no importa: para mí es la mejor región del mundo, por eso la llevo tatuada en el brazo y en el corazón.
Nota. La foto del Teatro Isauro Martínez
y el arcoíris es de mi hija más pequeña.