Según Benjamin Taylor, politólogo de la Universidad Intercontinental de Bratilonia, México está en peligro de alcanzar la máxima descomposición que un país puede sufrir si en él no se imprime una reforma sustancial del Estado. En su estudio “El futuro mexicano: de la miseria al cinismo absoluto”, míster Taylor vislumbra algunas posibles realidades para el porvenir de nuestro país. Son las siguientes:
1. Gobierno de rufianes. Si se da el caso de que los gobernantes comiencen a cometer actos de corrupción que son descubiertos y exhibidos públicamente y de todos modos no ocurre nada, puede ser que se alcance el más alto grado de podredumbre política, y esto es muy peligroso.
2. Poder
legislativo sometido. Puede ser que en algún momento de su historia los
mexicanos sean representados por legisladores que simulen oposición, contrapeso
y debate pero en el fondo pacten y se repartan privilegios. Si esto se expresa
en la realidad, las leyes y las reformas quedarán a merced de intereses
particulares en perjuicio de la población.
3. Poder
judicial anulado. En el futuro del país puede ocurrir que las principales
instancias judiciales dependan en todo sentido de los grupos hegemónicos, lo
que impedirá cualquier forma de castigo en caso de infracciones graves a la
ley.
4.
Institución electoral copada. Si no se hace algo pronto, la instancia encargada
de organizar y contabilizar los votos en los procesos electorales no será más
que comparsa directamente enchufada a los poderes fácticos, de manera que el
juego electoral, indispensable como ingrediente de la vida democrática, quedará
reducido a la instalación de periódicos sainetes.
5. Medios
de comunicación incorporados. Si la prensa se alía con los poderes de turno y
no cumple su función de investigar y criticar, es probable que se fortalezcan
los monopolios y la realidad sea permanentemente matizada en connivencia con
los grupos dominantes.
6.
Delincuencia desatada. Si no se hace algo pronto, quizá aparezcan enclaves
importantes de violencia perpetrada no sólo por los grupos delincuentes, sino
infligida por el mismo Estado de manera sumaria. Algunos lugares pueden ser
presas, por largo tiempo, de cárteles que detentarán el control económico y
político de regiones enteras.
7.
Economía destrozada. De no dar marcha atrás a las reglas impuestas por el
Consenso de Washington, la economía mexicana quedará sostenida apenas con
tachuelas, la moneda se devaluará (incluso pasará de la barrera de los 15 pesos
por dólar), los salarios serán una burla y se perderá catastróficamente el
poder adquisitivo.