Llegó a mis oficinas secretas ubicadas en algún Oxxo de Torreón una carta redactada a macanazos por un policía. Me parece reveladora. La transcribo sin alterar su peculiar sintaxis; retoco, eso sí, su lamentavle y pegajoza hortografía:
Apreciable conciudadano: Los acontecimientos difundidos hace poco, dados a conocer la semana pasada, en los que en un video se ve a nuestros jefes en una fiesta donde bailó una bailarina desnuda, es decir, ni siquiera en paños menores, es un poco difícil de digerir dentro de la misma corporación, pese a que por nuestra actividad no nos asustamos tan fácilmente de nada, mucho menos de una bailarina que baila desnuda, no deja de ser una pena y una mancha para todo el cuerpo de policía, pues sabido es que cuando la cabeza anda mal, el cuerpo suele andar en iguales proporciones. Por ello, como le vengo diciendo, nuestros superiores han dado un ejemplo digno de la molestia ciudadana, pues no es fácil aceptar que una bailarina baile desnuda ante la alegría de nuestros superiores, quienes en lugar de haberse dado a respetar, gozan y disfrutan y se deleitan con la bailarina que baila desnuda ante sus ojos. Eso, para el ciudadano de la ciudad, es molesto, dado que causa irritación, al grado de molestarnos también a nosotros, oficiales de rango menor pero no por ello insensibles ante el sensible error de nuestros superiores de rango más alto.
Junto con la molestia de los ciudadanos que ahora están molestos por el baile de la bailarina frente a nuestros superiores (con justa razón están molestos los ciudadanos, es decir, los torreonenses en este caso), pero al interior de la corporación también hay inquietud, habida cuenta de que el respeto se gana, y cuando no se gana, se pierde. No voy a negar que no todo mundo estamos molestos, porque hay compañeros que hasta festejan lo de la bailarina y más admiración sienten por nuestros superiores agarrados con las manos en las masas dentro del video difundido, pero la mayoría de quienes formamos parte de esta dependencia sin duda sentimos que es un duro golpe a la imagen del ayuntamiento encabezado por quien usted sabe, pero más duro lo resentimos los oficiales que patrullamos la ciudad.
Le doy un ejemplo. Como usted sabe, una de las faltas a la moral más frecuentes es sorprender a las parejas en un coche en flagrante ejecución de actos ilícitos en plena noche en parques y en vía pública. Aunque algunos piensan que esto es una tontería, pues nadie en verdad ve lo que ocurre dentro de un coche con novios en su interior, hemos sorprendido últimamente a muchas parejas, como ocurre frecuentemente, y ellos sorprendidos nos critican y nos dicen que con qué autoridad moral los lampareamos si nuestros jefes son tan de cascos ligeros. No sabemos qué hacer al respecto, pero esto se lo comento porque no deja de ser una realidad que mancha la imagen de nuestra policía, ya que deseamos ser la mejor de México.
Apreciable conciudadano: Los acontecimientos difundidos hace poco, dados a conocer la semana pasada, en los que en un video se ve a nuestros jefes en una fiesta donde bailó una bailarina desnuda, es decir, ni siquiera en paños menores, es un poco difícil de digerir dentro de la misma corporación, pese a que por nuestra actividad no nos asustamos tan fácilmente de nada, mucho menos de una bailarina que baila desnuda, no deja de ser una pena y una mancha para todo el cuerpo de policía, pues sabido es que cuando la cabeza anda mal, el cuerpo suele andar en iguales proporciones. Por ello, como le vengo diciendo, nuestros superiores han dado un ejemplo digno de la molestia ciudadana, pues no es fácil aceptar que una bailarina baile desnuda ante la alegría de nuestros superiores, quienes en lugar de haberse dado a respetar, gozan y disfrutan y se deleitan con la bailarina que baila desnuda ante sus ojos. Eso, para el ciudadano de la ciudad, es molesto, dado que causa irritación, al grado de molestarnos también a nosotros, oficiales de rango menor pero no por ello insensibles ante el sensible error de nuestros superiores de rango más alto.
Junto con la molestia de los ciudadanos que ahora están molestos por el baile de la bailarina frente a nuestros superiores (con justa razón están molestos los ciudadanos, es decir, los torreonenses en este caso), pero al interior de la corporación también hay inquietud, habida cuenta de que el respeto se gana, y cuando no se gana, se pierde. No voy a negar que no todo mundo estamos molestos, porque hay compañeros que hasta festejan lo de la bailarina y más admiración sienten por nuestros superiores agarrados con las manos en las masas dentro del video difundido, pero la mayoría de quienes formamos parte de esta dependencia sin duda sentimos que es un duro golpe a la imagen del ayuntamiento encabezado por quien usted sabe, pero más duro lo resentimos los oficiales que patrullamos la ciudad.
Le doy un ejemplo. Como usted sabe, una de las faltas a la moral más frecuentes es sorprender a las parejas en un coche en flagrante ejecución de actos ilícitos en plena noche en parques y en vía pública. Aunque algunos piensan que esto es una tontería, pues nadie en verdad ve lo que ocurre dentro de un coche con novios en su interior, hemos sorprendido últimamente a muchas parejas, como ocurre frecuentemente, y ellos sorprendidos nos critican y nos dicen que con qué autoridad moral los lampareamos si nuestros jefes son tan de cascos ligeros. No sabemos qué hacer al respecto, pero esto se lo comento porque no deja de ser una realidad que mancha la imagen de nuestra policía, ya que deseamos ser la mejor de México.