sábado, junio 21, 2025

Un ejemplo de guerra

 











La bibliografía sobre la guerra es inabarcable. De hecho, los libros de historia no serían tabiques de papel si fueran aliviados de las páginas consagradas a describir los combates entre ejércitos y su consecuente y exhaustivo derramamiento de sangre. La guerra es, entonces, protagonista fundamental y triste de la historia, el común denominador por siglos de la interacción humana, y aunque tendemos a pensarla como fenómeno del pasado, bien vemos que hoy nos acompaña, que no ha desaparecido, que en varias partes del planeta se libran conflictos cada vez más enconados y letales. La monstruosidad del genocidio perpetrado contra Palestina y los ataques entre Israel e Irán dan siniestra cuenta del polvorín que ahora es nuestro mundo.

Una de las guerras (en este caso civil, es decir, no entre países, sino entre ciudadanos de una misma nación) más cruentas fue la española que se desarrolló entre 1936 y 1939. Es casi imposible no saber, al menos de manera general, qué sucedió en aquellos años sobre el mapa de España. Si no, un libro que puede ayudarnos en ese propósito es Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie (Planeta-Booket, Barcelona, 2005, 400 pp.), de Juan Eslava Galán (Arjona, 1948). Se trata de un trabajo de divulgación muy estimable, ya que a trazo grueso expone las características del encontronazo fraticida que en cientos de obras, incluidas muchísimas de ficción, es uno de los temas más recurrentes de la bibliografía española.

Y cómo no, si fue una carnicería en la que se despedazaron los combatientes de la República, encabezada por Manuel Azaña, contra las huestes de las que poco a poco, como lo muestra Eslava Galán, se apoderó Francisco Franco hasta ganar la guerra y convertirse en el Generalísimo, en el Caudillo que instauró en España un régimen con mando perrunamente unipersonal, autoritario en todos los rincones de la vida cotidiana. Franco murió el 20 de noviembre de 1975, así que viene en camino un cincuenta aniversario que reavivará en España el ya de por sí efervescente debate entre prorrepublicanos y profranquistas.

El libro contiene 53 capítulos breves y profusamente aderezados con imágenes agradecibles pese a que en la edición de bolsillo (2020) que comento no lucen, por pequeñas, lo suficientemente bien. Eslava Galán pespuntea en esta historia de una trinchera a otra. Trata de colocarse en un punto equidistante (por eso aquello de que su historia “no va a gustar a nadie”) de ambos bandos, y consigna, también con abundantes citas textuales, los ítems relacionados con toda guerra: tácticas, armamento, moral de las tropas, batallas, avances, retrocesos, comunicados, número de muertos y heridos, apoyo de aliados, discursos, defecciones, prisioneros, fusilados y un prolongado etcétera. Presta particular atención a las características del material bélico usado para despedazar al enemigo en ambos casos: fusiles, granadas, pistolas, camiones, tanques de guerra, bombas, barcos, submarinos y, sobre todo, aviones de combate en esa conflagración que puso a prueba, ya de manera dominante en la víspera de la Segunda Guerra, la importancia de los ataques desde el cielo para imponerse a los rivales, como lo recuerda bien el bombardeo a Guernica, en el País Vasco. Y a propósito del armamento, el autor no pasa por alto que el origen de muchas de las herramientas letales de esta guerra fueron donaciones de Alemania e Italia, en favor de los rebeldes franquistas, y de la Unión Soviética en apoyo a los republicanos.

Aunque el fresco es general, panorámico, Eslava Galán detiene a trancos su mirada en protagonistas de todos los tamaños: desde los encumbrados hasta los más pequeños que en algún documento han dejado testimonio de su participación en la lucha. Entre los famosos del bando fascista están, claro, el despiadado Franco y el todavía más despiadado José Millán Astray; del otro, el ya mencionado Azaña e Indalecio Prieto, entre muchísimos más, como la Pasionaria y los fotógrafos Robert Capa y Gerda Taro, o artistas que en Valencia participaron en el Segundo Congreso Internacional de Escritores Antifascistas (1937), como Ernest Hemingway, André Malraux, Pablo Neruda, César Vallejo, Nicolás Guillén y Octavio Paz (de México también estuvieron allí Elena Garro, Juan de la Cabada, José Mancisidor, Carlos Pellicer y Silvestre Revueltas, pero no son mencionados en este libro).

Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie, otro buen libro del abundante Eslava Galán, abarca tres años de combates despiadados en todos los rincones de España. Lo hace con agilidad, saltando por geografías, personajes, trincheras y acontecimientos que todavía hoy pueden dejarnos una lección: que la guerra, que cualquier guerra, es siempre una tragedia, la más grande de todas las que han ensombrecido y ensombrecen a la humanidad.