Una noticia que esta semana hizo boom mundial se relaciona
con el alemán Claas Relotius, periodista estrella de Der Spiegel, la más importante revista de todo Deutschland y una de
las más importantes de Europa. Según los diarios, el tal Relotius tenía tiempo
dedicado a la redacción de reportajes verdaderamente impactantes, llenos de
crudas revelaciones, informantes casi inaccesibles y prosa de alta gama, pero
ficticios en su totalidad o parcialmente. Antes de ser crucificado, Relotius,
joven de 33 escasos años, ganó con sus trabajos un montón de premios que lo
encumbraron a la cúspide del oficio. Nadie, pues, podía sospechar nada de este
rock star del reporteo.
El hecho que terminó por desenmascararlo tuvo que ver con la
casualidad. Juan Moreno —nombre sin glamour— es un periodista freelance del Der Spiegel. Español radicado desde hace
muchos años en Alemania, recibió una orden para trabajar cierta investigación a
cuatro manos con Relotius, lo que no le agradó tanto pese a las altas
credenciales de su coequipero. Poco antes había notado algo raro en los textos
del Relotius. Pero en fin, acató la orden. Cuando recibió el primer borrador de
su compañero, quiso comprobar información, pero en la redacción no lo
atendieron: “Después,
Relotius le envió un nuevo borrador en el que aparecía una escena final nueva,
en la que un miliciano disparaba contra algo que se movía, insinuando que era
un migrante. Ese pasaje no aparecía en la primera versión. ‘Es imposible que un
buen periodista presencie una escena semejante y no la incluya desde el primer
momento’, pensó” (El País). A partir
de allí indagó, cruzó información, hizo preguntas y poco a poco dio con la
verdad: Relotius era un farsante, un inventor de fabulaciones que de
contrabando hacía pasar por periodismo.
Cuando la careta del reportero estrella se vino a tierra, la
noticia cundió por todo el mundo y Der
Spiegel tuvo que publicar un número casi exclusivo al mea culpa. El caso del impostor inverosímil —que por supuesto, como
todo ahora, quedará para la anécdota— dio pábulo al debate sobre las llamadas fake news. Para mí comprueba que pese a
la superabundancia de medios y redes, o quizá precisamente por ello, las mentiras
pueden circular con o sin el aval de los medios. Para comprobarlo basta ver que
also sprach Claas Relotius, con puras malditas mentiras.